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La Junta anuncia batalla con los pisos turísticos y les exigirá lo mismo que a los hoteles y a las casas rurales

El director general de Turismo hace hincapié en la profesionalización de estos alojamientos y pide ayuda a los ayuntamientos para garantizar el cumplimiento de la normativa

El director Pablo Lago y los ponentes en el Foro del Turismo Interior.

El director Pablo Lago y los ponentes en el Foro del Turismo Interior.J.M. LOSTAU

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Valladolid

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La proliferación de pisos y viviendas de uso turístico está desestabilizando el tablero de juego en algunos territorios, sobre todo en grandes ciudades de España y, conscientes de las repercusiones que está teniendo su auge en esos focos más masificados, la Junta ya está moviendo ficha para que en Castilla y León no se conviertan en una amenaza para el sector tradicional, sino en una pieza más de la oferta, con las mismas exigencias y las mismas garantías de funcionamiento.

En el foro titulado El turismo de interior en Castilla y León como motor de emprendimiento y oportunidades, organizado por El Mundo de Castilla y León, el director general de Turismo, Ángel González Pieras, dejó claro que no consentirán «ni economía sumergida ni competencia desleal» y que centrarán sus esfuerzos en vigilar que este tipo de alojamientos funcionen como «servicios profesionales realizados por profesionales», no en el mercado negro.

En este sentido, rechazó que se vayan a regir por una normativa más laxa que la que regula en la actualidad a los establecimientos hoteleros y extrahoteleros y, por eso, avanzó que en la legislación en la que trabajan exigirán unas condiciones mínimas en cuanto a superficie, accesibilidad, registro o cumplimiento de medidas de seguridad.

«La actividad en una vivienda de uso turístico tendrá que ejercerla un profesional, bien a través de una empresa, o bien dado de alta como autónomo, y tienen que cumplir los mismos requisitos que los tradicionales», insistió González Pieras para despejar las dudas que planean sobre los responsables o portavoces de diferentes negocios, quienes consideran que estas alternativas representan un «problema acuciante» o lo consideran una «lacra».

Así se expresaron el vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Palencia, David Sánchez Moreira, y el propietario de la Posada Real Mingaseda, Jaime Herrero Lobo, durante el foro de debate que tuvo lugar en el hotel Sercotel de Valladolid. «Los pisos turísticos nos están haciendo mucho daño», añadió el primero, más crítico con la situación y más gráfico en la exposición del problema. «En muchos comentarios de las plataformas que los alquilan se puede leer que el piso lo limpió la tía del propietario o que para arreglar la caldera que se había estropeado vino su primo, y eso es un fraude fiscal y laboral», expresó.

Por eso, los ponentes que participaron en el acto insistieron en que se regule su funcionamiento y se les demande la misma regulación que al resto de establecimientos, a fin de evitar que «cualquiera que tenga una vivienda pueda sacarla al mercado», manifestó Sánchez Moreira antes de recordar que los hoteles tienen que certificar que su actividad se acomoda a la legislación. «O queremos la selva y que cada uno actúe por libre, o actuamos todos con unas normas».

También en este sentido se expresó el dueño de la Posada Real Mingaseda, para que todos los alojamientos se sometan, «como es lógico y normal», a los mismos controles y las mismas auditorías de calidad. «No es cuestión de competencia, sino de ser equitativos, por eso pedimos que se regule a todo el sector turístico bajo los mismos parámetros».

Consciente de la preocupación de los empresarios que regentan o trabajan en las propuestas ‘clásicas’, el director general de Turismo de la Junta de Castilla y León se mostró firme y recordó que ya han mantenido varias reuniones no sólo con los portavoces del sector para definir el futuro texto, sino también con los ayuntamientos de las capitales para explicarles que la intención es que se encarguen de verificar, por ejemplo, que cumplen con el Plan General de Ordenación Urbana, igual que les exigirá a los propietarios de las viviendas una declaración responsable a la hora de dar de alta el piso en el censo, o de contar con el beneplácito de la comunidad de vecinos para ejercer esa actividad.

Además, para enmarcar que Castilla y León no sufre los problemas que se están viviendo en grandes urbes, cifró en 183 los pisos turísticos de Ávila o en 403 los de León, frente a los más de 10.000 de Barcelona, los alrededor de 11.000 en Madrid, los más de 12.000 en Málaga o los prácticamente 12.000 de Valencia.

En cuanto a los bloques de apartamentos turísticos –invitó a no mezclar conceptos–, González Pieras contabilizó 24 en Valladolid, 73 en Salamanca, 22 en León y diez en Ávila, frente a los casi 300 de Barcelona y Málaga.

A pesar de que con estas cifras el director general de Turismo trató de evidenciar que en Castilla y León el auge de las viviendas turísticas no tiene la misma fuerza que en otros puntos geográficos, sí mostró su preocupación respecto al peso que ejercen en localidades de pequeño tamaño porque pueden causar estragos al turismo rural. «Me preocupa que el 36% de las viviendas de uso turístico estén en localidades de menos de 3.000 habitantes, porque puede haber un trasvase del turismo rural a este tipo de ofertas», sostuvo.

Un problema, además, con más ramificaciones, pues los ayuntamientos de pequeños enclaves llevan años poniendo sobre la mesa el problema de escasez de vivienda que sufren y que impide o, al menos, dificulta, la llegada de habitantes que quieren fijar allí su residencia. En muchas comarcas ni siquiera los trabajadores encuentran alojamiento y se tienen que desplazar varios kilómetros para acceder a su puesto de trabajo.

La Junta, por tanto, tiene por delante el importante reto de equilibrar la partida, para cubrir el déficit de plazas hoteleras que existe en algunas zonas, pero con las mismas exigencias para quienes se mueven por el tablero. «Conclusión: tengamos alojamientos turísticos, pero pongamos las mismas condiciones en seguridad y en todo, con la misma normativa para que compitan en el mismo mercado», finalizó González Pieras.

Las oportunidades superan las debilidades 

«Las oportunidades y fortalezas superan a las posibles amenazas y debilidades», expresó el director general de Turismo de la Junta de Castilla y León, Ángel González Pieras, a la hora de analizar el sector turístico en la Comunidad, con datos que certifican su buena salud, pues en junio se batió «el dato histórico en la creación de empleo desde que existen registros», con cerca de 80.000 afiliados a la Seguridad Social. «Nunca se puede estar satisfecho porque siempre hay posibilidad de mejora y crecimiento, pero con estas cifras se puede afirmar que no es una cuestión coyuntural, sino estructural», sentenció después de recordar que entre enero y junio los visitantes crecieron más de un 4% y las pernoctaciones por encima del 3%.

Sobre esta base, el director de Turismo reconoció sentirse «muy contento» y aplaudió la labor de los empresarios como «verdaderos artífices» de la posición de liderazgo que ostenta Castilla y León en un sector «pujante» cuyo éxito se asienta, resumió González Pieras sobre cinco pilares: el «turismo del yo», puesto que es «muy personal y no está masificado; el «turismo de experiencia» desde la óptica del patrimonio, la naturaleza y la enogastronomía; la seguridad jurídica; la digitalización; y la accesibilidad.

Entre las asignaturas pendientes, eso sí, el director general de Turismo consideró que en Castilla y León existe un «déficit» a nivel estadístico que permita tener proyecciones de visitantes, por lo que destacó la relevancia que adquirirá la plataforma digital en la que está trabajando el Gobierno autonómico con una inversión de 5 millones de euros, en aras de disponer de una herramienta de estudio estadístico. «Será una especie de big data entre oferta y demanda para hacer análisis prospectivos, saber por dónde va el mercado y tener claras las tendencias, a fin de promover las políticas que se consideren más oportunas».

Inversiones perdidas 

El déficit de especialistas en el sector turístico es uno de los problemas que pusieron sobre la mesa los ponentes en el foro titulado El turismo de interior en Castilla y León como motor de emprendimiento y oportunidades que organizó ayer El Mundo de Castilla y León en Valladolid, como constató el vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Palencia, David Sánchez Moreira, quien escenificó con un sencillo ejemplo la importancia de potenciar la red de actividades que giran en torno a los alojamientos para garantizar la correcta prestación de servicios.

En una de sus intervenciones, el también miembro de la asociación de hoteles de Castilla y León explicó cómo un hotelero de la provincia palentina tenía dificultades para encontrar una lavandería que se encargara de gestionar la limpieza de la ropa del establecimiento, porque los que ya operaban no tenían capacidad de ampliar sus negocios al no poder contratar más plantilla. «Se están perdiendo oportunidades de inversión porque falta personal; porque no hay empresas prestadoras de servicios o porque no hay vivienda», reflexionó.

Además, recordó que los hoteles son «agentes dinamizadores de la economía local», puesto que quien se aloja en ellos «sale a consumir» y eso tiene repercusión en los comercios del entorno y, en general, del enclave donde se ubiquen. De ahí que solicitara la aprobación de normas más estrictas en las viviendas y pisos de uso turístico para que se equiparen las exigencias.

Más allá del debate sobre la necesidad de definir mejor la regulación de viviendas y pisos turísticos, que copó gran parte del tiempo del foro, Sánchez Moreira confió en que la campaña estival sea buena y puedan «subir la tarifa media y la ocupación», si bien se mostró «prudente» a la hora de poner cifras a sus vaticinios. «Aunque esperamos que sea un buen verano, ya tuvimos la experiencia del Covid y el año pasado nos afectó la celebración de elecciones», así que prefirió ser cauto en su pronóstico.

El legado de los ancestros 

Optimista en cuanto a las previsiones de ocupación de este verano y también respecto a la salud a medio y largo plazo del turismo, Jaime Herrero Lobo, propietario de la Posada Real Mingaseda –ubicada en Navafría, Segovia–, ensalzó el «tremendo potencial» de Castilla y León en un sector que sigue expandiéndose. «El futuro tiene que ser optimista; hay que luchar y trabajar como han hecho nuestros padres y abuelos», valoró en referencia al esfuerzo necesario para lograr la posición de liderazgo que ocupa la Comunidad.

A juicio del interviniente en la mesa de debate El turismo de interior en Castilla y León como motor de emprendimiento y oportunidades, resulta necesario «cuidar la oferta complementaria», en alusión a las nuevas modalidades de pernocta que cada vez tienen mayor presencia, para ofrecer un buen producto, sin perder le vista que la perspectiva global es que «el turismo tenga salud» y de que se necesita una «concienciación de todos» para la generación de empleo. «Creo que vamos a saber trabajarlo y se va a conseguir tener las mismas oportunidades», apuntó respecto a que gracias a la nueva normativa se pueda equiparar en exigencias a todas las alternativas de alojamiento para funcionar en igualdad de condiciones.

El dueño de la posada real y también miembro de la Asociación de Posadas Reales valoró el «tejido» económico y empresarial que se genera alrededor del turismo y auguró cifras positivas este verano, donde «ya se ha visto un aumento de las pernoctaciones».

«Aunque a la gente le cuesta un poco más gastar y está más contenido por el miedo, las previsiones son muy buenas, después de que el verano pasado también fuera muy bueno», expresó Herrero Lobo sin dejar de incidir en que hay que «seguir trabajando» para «aportar entre todos un granito de arena» y así conseguir un tejido fuerte en Castilla y León, hilvanado con la diversa oferta que ofrece la Comunidad.

El tirón de la naturaleza

Los cambios vividos en el sector turístico en las últimas décadas hace necesario establecer cauces hacia la especialización, desde la doble óptica de ofrecer un mejor producto o experiencia a los visitantes y también de potenciar el tejido productivo, razonó el director de Naturcyl, Carlos Sánchez Alonso.

El responsable de la Feria de la Naturaleza de Castilla y León, que este año celebrará su séptima edición del 20 al 22 de septiembre en La Granja de Segovia, después de seis campañas en la Montaña Palentina, ensalzó la «potencia» de la Comunidad, con la naturaleza como «uno de los pilares básicos», junto con «el cultural y el enológico». Gracias a esa «diversidad de espacios naturales» que salpican el territorio autonómico, existen «multitud de microempresas» que ofrecen actividades en las diferentes comarcas y se configuran como un «tejido fundamental».

En este sentido, Sánchez Alonso aclaró que no conciben la feria sólo como un «escaparate promocional» que hace hincapié en la promoción de un destino, sino que consideran que hay que ir «un paso más allá» y servir como punto de apoyo para mejorar ese tejido empresarial que se forma alrededor de los recursos de naturaleza porque son un atractivo turístico. En total, hay un centenar de actividades previstas, más allá del «despliegue» de exposiciones.

«La base empresarial es muy importante para nosotros» sostuvo el director de Naturcyl, «y por eso vamos a hacer una reunión con turoperadores especializados, para que los empresarios puedan contactar con los compradores reales», expresó durante el foro celebrado en el hotel Sercotel de Valladolid.

Otros de los aspectos del turismo de naturaleza en los que están trabajando son la protección y la conservación del patrimonio natural –«igual que no es posible pensar en el turismo cultural sin pensar en la conservación de las catedrales», puso como ejemplo– y en la educación, para que el turista conozca la importancia del recurso que visita.

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