La donación de órganos desciende en Castilla y León mientras continúa la demanda de riñón, hígado, pulmón y corazón

Caen las donaciones de órganos y los trasplantes en Castilla y León. El balance oficial de la Coordinación Autonómica de Trasplantes confirma que, durante el primer semestre del año, la Comunidad ha alcanzado la cifra de 52 donaciones (22 en el primer trimestre y 30 en el segundo), generando así 163 órganos destinados al trasplante: 94 riñones, 42 hígados, siete corazones, 16 pulmones y cuatro páncreas. 

Las cifras son ligeramente inferiores respecto al año 2023, cuando en el mismo periodo, la Comunidad registró 62 donaciones (10 más que este año), generando 204 órganos (41 más que este año), con 108 riñones, 46 hígados, 10 corazones, 36 pulmones y 4 páncreas. Se realizaron 77 implantes renales (40 en Salamanca y 37 en Valladolid) y 63 implantes de córneas.

Según este informe de la Junta de Castilla y León, los números de donantes de órganos entre enero y junio de 2024 por provincias han sido los siguientes: Salamanca encabeza la lista con 14 donantes, le sigue Burgos con 9, León con 8, el Hospital Clínico de Valladolid con 8 y el Río Hortega con 7, Soria con 3, Zamora con 2 y Segovia con un donante.

Asimismo, la actividad trasplantadora registrada en este periodo, refleja que se han realizado 73 implantes renales, correspondiendo 47 al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y 26 al Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Además, el centro salmantino realizó seis trasplantes renales de vivo/cruzado y cinco de páncreas-riñón.

Por otro lado, este balance también indica que se han llevado a cabo 17 injertos hepáticos en el Río Hortega de Valladolid, mientras que el Clínico realizó siete trasplantes cardiacos. En cuanto a las córneas implantadas, los trasplantes alcanzan la cifra de 65 durante este periodo. 

Pablo Ucio, coordinador de trasplantes comenta a este medio que manejan cifras similares a las del año pasado. "Cualquier donación es bien recibida, especialmente de riñones, que es el órgano que más se trasplanta". Siguen existiendo numerosas listas de espera y hay menos donaciones de las que se esperaban, aunque no se muestra pesimista al comparar los datos con los del semestre pasado en estas fechas: "Son cifras prácticamente iguales".

En cuanto a la media de edad de los donantes, señala que se encuentra en torno a los 65 años. 

Y es que los datos de los últimos tres años demuestran un descenso progresivo en este tipo de intervenciones. En el año 2022, la Comunidad alcanzó la cifra de 109 donantes, que supuso un 11,2% de crecimiento respecto a 2021. Este aumento permitió que se generasen 323 órganos: 173 riñones, 91 hígados, 12 corazones, 41 pulmones y 6 páncreas. Entre enero y diciembre de ese año, se realizaron un total de 199 trasplantes de órganos en los hospitales públicos de la región, entre los que sobresalieron el de Burgos y León, con 22 trasplantes en ambos, seguidos de Salamanca con 20, el Clínico de Valladolid con 18, Segovia con 11, el Río Hortega de Valladolid con 6, El Bierzo y Palencia con 3, Zamora con 2 y Soria con 1. Ávila no realizó ninguna intervención de este tipo.

Asimismo, se realizaron 137 implantes renales , correspondiendo 65 al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y 72 al Hospital Clínico Universitario de Valladolid. En el Río Hortega se produjeron 33 injertos hepáticos, mientras que el Clínico realizó 13 trasplantes cardiacos. En cuanto a la implantación de córneas, se contabilizaron 136.

No cabe duda que se está produciendo un descenso significativo y esto invita a plantearse qué es lo que está sucediendo. La donación es un gesto de solidaridad y altruismo se la sociedad moderna para con las personas que lo necesitan. En España las actividades relacionadas con la donación de órganos y el trasplante están regidas por la Ley 2070/1999 que garantiza la solidaridad, la gratuidad, el altruismo, la equidad y la confidencialidad en todo este proceso.

Las personas que pueden donar sus órganos son, habitualmente, fallecidos por muerte encefálica a causa de accidentes cerebro vasculares agudos y de traumatismos craneoencefálicos. Estos enfermos están en ventilación mecánica y son tratados en el Servicio de Medicina Intensiva. Aunque es poco frecuente, también se pueden donar los órganos tras fallecer por una parada cardíaca.

Por ello, es fundamental que, en vida, las personas interesadas en donar, manifiesten su voluntad a sus familiares para cuando el equipo médico les pregunte acerca de esta cuestión. Asimismo, se puede manifestar esta intención en vida a través del teléfono del Registro de Instrucciones Previas de Castilla y León para informarse acerca del procedimiento: 983 413671.

Los avances científicos y el desarrollo de los fármacos inmunosupresores hacen posible que los órganos que se trasplantan funcionen de forma eficaz durante muchos años, proporcionando, además, una buena calidad de vida a quien lo recibe.

Con frecuencia, se suele pensar que la edad es un obstáculo para convertirse en donante y nada más lejos de la realidad. Tal y como informa Sacyl, la edad avanzada no impide la donación. Como se ha mencionado previamente, la media de los donantes tienen más de 65 años y el Hospital Río Hortega de Valladolid ha donado órganos de pacientes fallecidos de hasta 87 años.

Los órganos donados se trasplantan a enfermos que se encuentran en las listas de espera de trasplante por la grave condición clínica que tienen. La distribución de órganos se realiza desde la Organización Nacional de Trasplantes siguiendo criterios establecidos que garantizan la equidad y la idoneidad de cada trasplante. Para ello, se tiene en cuenta la necesidad urgente de un trasplante, la compatibilidad de grupo sanguíneo donante-receptor, la situación del enfermo y el tiempo que lleva en lista de espera.

Por otro lado, la donación en nuestro país es completamente anónima. Los familiares del donante no conocen a los receptores y los enfermos que reciben un órgano no saben quien fue su donante. Y no solamente se pueden donar los órganos completos, sino también los tejidos. Al igual que en los órganos, cualquier persona viva o fallecida por muerte encefálica o paro cardíaco puede ser donante siempre y cuando no haya manifestado lo contrario en vida. La legislación española establece que todo ciudadano español que en vida no manifestase esta oposición, será donador a su fallecimiento si fuese válido para ello. Es lo que se conoce como consentimiento presunto. Sin embargo, la práctica en España, desde siempre, obedece a un consentimiento informado, es decir, a una solicitud formal de la donación a la familia del fallecido. En el caso de que ésta se oponga, independientemente de que el fallecido posea un carnet de donante, la donación no se hará efectiva, ya que este documento no tienen ninguna implicación legal como el registro de las instrucciones previas.

Los tejidos que se pueden donar son: las córneas, la piel, el hueso, los cartílagos y tendones, los vasos sanguíneos (arterias y venas), las válvulas cardíacas, la sangre y los progenitores hematopoyéticos (de la médula ósea, de la sangre periférica y de la sangre de cordón umbilical) y la membrana amniótica de la placenta. La utilidad de estos tejidos va desde injertos de piel para pacientes de grandes quemados, córneas para pacientes con problemas de visión o hueso para ciertas intervenciones quirúrgicas.

En el caso de la médula ósea, únicamente pueden donar todas aquellas personas sanas con edades comprendidas entre los 18 y los 55 años siempre que sean compatibles con los pacientes.

Para la realización de los trasplantes, en cada centro hospitalario existe un equipo de Coordinación de Trasplantes, formado por médicos y enfermeros que tienen la responsabilidad de llevar cabo el proceso. La red de coordinación de los hospitales depende las coordinaciones autonómicas, que, a su vez, se articulan en la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial. La Organización Nacional de Trasplantes es el organismo coordinador de carácter técnico, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Política Social, encargado de desarrollar las funciones relacionadas con la obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y células.

Por último, hay que mencionar que la intervención quirúrgica para extraer órganos y tejidos, no repercute en el aspecto externo de la persona, ya que se suturan los cortes una vez finalizada la extracción, sin perjuicio alguno para la persona viva o fallecida.