Diario de Castilla y León

Veganzones esperaba el indulto

El ex consejero de Empleo, símbolo nacional de VOX por ser azote de los sindicatos y por su vehemente defensa de los postulados de la formación, abandona el partido, desobedece a Abascal y se niega a dimitir en el anhelo de ser rescatado por Mañueco, que lo cesa

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Valladolid

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Veganzones en una imagen de archivo.

Veganzones en una imagen de archivo.Red social X

Hizo todo lo posible por conservar su puesto hasta el último minuto, pero nada le funcionó. Mariano Veganzones abandonó su barco, el de VOX, ese que con tanto ahínco –merchandising de atuendo y despacho incluido– había defendido, aspirando a que desde el PP se apiadaran de él, pero no encontró acomodo. Desobedeció la directriz de su líder máximo, Santiago Abascal, y se negó a dimitir como consejero de Industria, Comercio y Empleo en su anhelo de ser rescatado por Mañueco, pero el indulto no llegó. No para él. Un indulto con el que evitaría la como poco curiosa situación de tener que regresar a trabajar al CES, ese organismo al que desde su privilegiado cargo se ha enfrentado a cuenta de los sindicatos, del Serla y del diálogo social.

En un acto de rebeldía con el que confiaban que podían aferrarse al cargo, los tres consejeros de VOX, Mariano Veganzones, Gerardo Dueñas (Agricultura) y Gonzalo Santonja (Cultura y Turismo) hicieron oídos sordos a la orden y se negaron a dimitir. Sólo Santonja, que no es militante de la formación de García-Gallardo, continuará al frente de la cartera que gestionaba, esta vez bajo el abrigo de Mañueco ante una nueva etapa de un gobierno monocolor.

Mayúscula fue la sorpresa en Bambú número 12, cuartel general de los de Abascal en Madrid, fundamentalmente por las maniobras y la reacción de Veganzones tras la confirmación de la ruptura entre PP y VOX en los gobiernos autonómicos por decisión unilateral de VOX. Y es que para la formación nacional Veganzones representaba el principal exponente de Abascal en Castilla y León por, entre otras razones, ser el azote de los sindicatos y un vehemente defensor de los postulados del partido, banderita de España de 30 metros y 35 kilos mediante o en formato pin para la solapa. Gruesa ha sido su guerra contra UGT y CCOO, el Serla y el diálogo social.

Cuando la crisis migratoria había comenzado a desatarse y la fractura entre PP y VOX parecía ya inevitable, o al menos más que posible, Veganzones jugó la carta que creía que le haría mantenerse en la partida. Sin ir más lejos, a inicios de semana en un foro de El Mundo le espetó a Mañueco ante la sorpresa de los presentes: «Yo te voté en las primarias». El presidente popular no recogió el guante.

Eso de pasar por varios partidos es lo que tiene porque Veganzones guarda un pasado con el PP, y hasta con Ciudadanos. A ambos se afilió. Antes de ser nombrado consejero en la que sería su tercera etapa en la Junta, esta vez con VOX, desde 2008 había ocupado varios puestos en las consejerías de Educación, de Familia y de Empleo (fue técnico y secretario técnico del Ecyl).

Durante varios años ejerció de secretario del CES (Consejo Económico y Social de Castilla y León) y con el desembarco de Ciudadanos en Empleo pasó a esa cartera -que más tarde dirigiría- como coordinador (2019 a 2020). Antes del último salto a la primera línea política, ocupaba el puesto de jefe de área técnica del CES. Un organismo donde es de imaginar que no le esperan, precisamente, con flores y tarjetas de bienvenida.

Con ese pasado, parece que el apego a las siglas no va demasiado con Veganzones, quien tenía un despacho ‘tuneado’ con pulseritas, mecheros, chapas y cartelería de VOX. Cuando Santiago Abascal compareció ante los medios este jueves, tras el comité ejecutivo nacional de VOX en el que decidió dinamitar los gobiernos regionales en coalición, y a la vez dinamitar un poco su partido, ya anunció que los vicepresidentes dimitirían (Gallardo así lo hizo). Y esperaba lo mismo de los consejeros, pero se quedó con las ganas, y con el chasco. Pues los de Castilla y León antes de perder el sueldo y el cargo se la jugaron dada la buena sintonía de ambas formaciones en el seno de la Junta.

Veganzones llegó a verbalizar esa querencia y le dijo a Alfonso Fernández Mañueco que quería seguir. Le pidió continuar, pero el presidente le explicó que era miembro de VOX y que VOX era el que había roto la alianza, porque Mañueco no quiere tener ningún roce ni una confrontación directa con el partido de Abascal, que es la tónica que ha mantenido en estos dos años y medio como socios de gobierno. Y desde VOX entienden que los consejeros deben irse y que de ahí para abajo ya es asunto del PP decidir si los mantiene en su puesto o los releva.

De hecho, el propio presidente de la Junta cuando anunció este viernes la remodelación de su gobierno, ahora en solitario, aseguró que «la dirección nacional de VOX se ha equivocado», poniendo de manifiesto lo ya reiterado por el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, de que por ellos hubieran seguido adelante en compañía.

La misma senda que Veganzones siguió Gerardo Dueñas, pero con similar resultado. Dimitió como vicepresidente del comité provincial del partido en Palencia y abandonó la formación. Lo que no quiso fue dimitir como consejero, se negó, y Mañueco lo ha cesado, así que aseguró que regresará a su anterior trabajo.

Igual que Veganzones, Dueñas era militante de VOX, aunque con un perfil menos polémico, al no verse un día sí y otro también envuelto en enfrentamientos y polémicas como el caso del hasta ahora consejero de Empleo que en uno de sus frecuentes encontronazos con UGT y CCOO, por ejemplo, los llamó ‘comegambas’ y recibió un ‘comemierda’ de respuesta.

Sí se aguanta en el gobierno autonómico el tercer consejero díscolo, Gonzalo Santonja. Su condición de independiente y su buena sintonía con el presidente de la Junta, llevaron a Alfonso Fernández Mañueco a mantenerlo al frente de Cultura y a manifestar su «total confianza» en él, el único superviviente de los cuatro de VOX.

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