Diario de Castilla y León

El desigual uso del teléfono de los médicos: el 61% de las citas en Corrales frente al 9% en Astorga

Diez centros de salud de Castilla y León despachan más consultas con una llamada que en persona / La atención en remoto baja dos puntos en lo que va de año, hasta el 39%, frente al 72% de la pandemia

Centro de Salud de Laguna de Duero (Valladolid). PHOTOGENIC

Dos personas esperan en la ventanilla del centro de salud de Laguna de Duero (Valladolid). PHOTOGENIC

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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Las consultas telefónicas se impusieron en pandemia como un mal menor pero han llegado para quedarse y el algunos centros de salud está costando más que en otros recuperar la presencialidad. En diez de ellos, de hecho, son más las asistencias resueltas con una llamada que cara a cara. Diez de los 247 centros de salud de Castilla y León superan el 50% de citas telefónicas sobre el total.

Encabeza la lista el de Corrales del Vino, en la provincia de Zamora, donde el médico resuelve con un telefonazo seis de cada diez casos: el 61% de sus consultas fueron en remoto en lo que va de año, el porcentaje más elevado de la Comunidad, según los últimos datos publicados por la Consejería de Sanidad, con datos de enero a mayo.

El segundo puesto es para Parquesol, el populoso barrio de Valladolid y uno de los centros de salud con mayor actividad de la Comunidad, donde el 54% de las consultas se despacharon con una llamada. Le sigue el centro de salud berciano de Toreno (54%), el zamorano de Virgen de la Concha (52%), el vallisoletano Pisuerga (51%), el de Matilla Caños en Salamanca (51%), Jardinillos en Palencia (51%), Universidad Centro en Salamanca (51%), el segoviano de San Ildefonso (50%) y Villablino en Bierzo (50%).

En el otro extremo de la tabla se encuentra el centro de salud Astorga II, donde sólo el 9% de las consultas se desarrollaron al otro lado del auricular. Tampoco tiran de teléfono demasiado los médicos de Ólvega, en Soria ni los de Carbajales de Alba en Zamora, ambos con el 10%. Los de Aranda Rural (12%), Fuenteguinaldo en Salamanca (13%), Esguevillas en Valladolid (16%) y Ávila Rural (18%) se sitúan a continuación,

Por áreas de salud, es Valladolid Oeste donde los médicos más tiran del teléfono: el 45% en lo que va de año, seguida de Burgos (42%), Bierzo y Palencia, ambas con el 41%. El resto se sitúan por debajo del 40%.

De media, en Castilla y León las consultas en remoto suponen el 39% del total, un porcentaje que se ha ido reduciendo desde la pandemia. Si en el año 2020 rozaba el 72% de las consultas y en 2021 suponían el 63%, en 2022 cayeron hasta el 49% y en 2023 hasta el 41%. En lo que llevamos de año se ha reducido, pues, en dos puntos.

Desde el Colegio de Médicos de Castilla y León defienden «como principio, que la relación médico-paciente tiene que ser presencial». Así lo expone su presidente, José Luis Villarig, al considerar que las consultas telefónicas «tienen que estar reducidas a la mínima expresión» y a circunstancias muy concretas».

El portavoz de los médicos de la Comunidad es consciente de que los tiempos cambian y que puede haber «algunos cosas, que no tengan importancia dentro de la asistencia del paciente o gestiones burocráticas», que puedan ser cursadas por teléfono, pero son «muy poquitas». «La relación que defendemos entre el médico y el paciente, y que queremos que sea Patrimonio de la Humanidad, no puede ser a través de un teléfono o un plasma, tiene que ser presencial», añade.

Tras superar el pico de emergencia sanitaria, la Consejería de Sanidad se marcó como objetivo recuperar el 80% de la presencialidad en Atención Primaria. Los gestores sanitarios son conscientes de que las consultas telefónicas no llegarán a desaparecer del todo, ya que han demostrado su utilidad para agilizar una consulta con el paciente en determinadas situaciones en las que no se precisa el encuentro en persona. De hecho, con frecuencia es el paciente el que así lo solicita al pedir la cita para evitar desplazarse si no es necesario.

El presidente del Colegio de Médicos prefiere no poner un porcentaje al umbral deseable de encuentros presenciales sobre el total de las consultas. «Si por mi fuera, ninguna», responde al añadir que el teléfono debería usarse «lo mínimo y sólo para casos banales o semibanales» porque «es perjudicial para el acto asistencial».

«Telefónicamente se explora muy mal al paciente», ilustra Villarig al asegurar que «el médico, en principio, siempre quiere ver al paciente, tocarle, explorarle». Recuerda, además, que los centros de salud demuestran una mejor resolución que los consultorios locales. Y es, precisamente, porque son espacios físicos que disponen de una mayor dotación de medios que, por teléfono, no existen.

Por lo general, el mayor uso del teléfono se da en los centros de salud urbanos, que son los que suelen registrar una mayor saturación, con cifras de presión asistencial que rozan los 40 pacientes vistos por cada médico al día, de media. En ellos, es frecuente encontrar facultativos con más de 1.500 cartillas asignadas, frente a las 200 que puede rondar el médico de una zona rural.

La elección de una consulta presencial o telefónica es del paciente cuando solicita su cita, aunque hay médicos con mayor disposición para atender en persona al usuario, y así lo proponen, mientras otros han encontrado en la vía telefónica una manera de aliviar su elevada carga de trabajo diaria que permite despachar en menos tiempo la larga lista de consultas asignadas por jornada en una Comunidad donde la falta de profesionales y los problemas para cubrir algunas plazas es un problema creciente que con frecuencia obliga a los sanitarios a doblar turnos para cubrir las ausencias.

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