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Jesús Posada - Expresidente del Congreso de los Diputados

«Felipe VI está haciendo una magnífica labor acercando la monarquía»

Presidió la Junta de Castilla y León y estuvo al frente de dos ministerios, pero el momento político más relevante del político soriano, hoy retirado, fue la coronación de Felipe VI, de la que el día 19 se cumplen diez años

Jesús Posada, expresidente del CongresoF.V.

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En el tiovivo de la política, como él dice, lo importante es estar subido. Jesús Posada estuvo 40 años dando vueltas y en una de ellas le tocó ser el único presidente del Legislativo que, en la etapa democrática, ha proclamado a un rey en España. El miércoles se cumplen 10 años de la coronación de Felipe VI en la que el que fuera diputado por Soria durante 26 años tuvo su momento político culminante, dentro de una trayectoria en la que pasó por la Presidencia de la Junta de Castilla y León y llevó dos carteras ministeriales (Agricultura y Administraciones Públicas). Estaba ahí para vivir el momento de gloria. Eso sí, también el día antes, en la abdicación, le tocó responder a «una ligera bronca» de Juan Carlos I.

Pregunta.- «En cumplimiento de la Constitución, queda proclamado Rey de España Don Felipe de Borbón y Grecia, que reinará con el nombre de Felipe VI. ¡Viva el rey! ¡Viva España!» ¿Le buena esa frase?

R.- Pues sí, porque era una frase que llevaba preparando algunos días cuando la dije, tenía que quedar bien (ríe).

P.- Usted puede decir que proclamó al Rey de España.

R.- Sí, lo puedo decir, yo proclamé al Rey, y lo digo con auténtico orgullo y satisfacción. También añado que son de esas cosas que ocurren porque uno está ahí, le corresponde, le toca en ese momento cumplir esa función. Pero una vez que me correspondió a mí, pues me siento muy orgulloso de haberlo hecho.

P.- Y le hizo jurar…

R.- Y le dice el jurar, claro. No, no, él juró. Ahora mismo puede que pudiera prometer también... Él decidió jurar. Y yo creo que hizo bien.

P.- Es usted el único presidente de las Cortes en la democracia que ha proclamado a un rey…

R.- En efecto, porque la anterior coronación era justo después de la muerte de Franco. Por lo tanto, el nuestro era otro tipo de Corte. Me siento muy orgulloso de haberlo hecho, pero también, y quiero decirlo, que como diputado por Soria que he sido durante 26 años, en el Congreso, pues hombre, para la provincia de Soria que su representante durante tantos años sea el que haya proclamado a Felipe VI, yo creo que también es un motivo de satisfacción para los sorianos.

P.- ¿Ese fue su acto político más importante?

R.- Indudablemente, sí, sin duda ninguna. Aunque haya sido ministro, presidente de Castilla y León. He sido muchas cosas y tomé algunas decisiones importantes, pero indudablemente en toda mi carrera política a lo largo de 40 años, el momento culminante fue este.

P.- ¿Cómo recuerda ese 19 de junio de 2014? ¿Cómo lo vivió, con nervios?

R.- No, nervios no es la palabra, porque lo tenía todo muy estudiado. No fue fácil organizar ese acto, porque asistieron diputados y senadores, por lo tanto estábamos al máximo y, a su vez, las tribunas. Había que hacerlo bien porque había representantes importantes que tenían que estar, pero yo estaba muy convencido de que los que lo estaban llevando lo estaban haciendo muy bien, tanto del Congreso como de Presidencia del Gobierno, y yo no tuve nervios. Pero, en efecto, fue un acto que al final salió estupendamente, pero que podía no haber salido tan bien, porque a veces ocurren cosas, pero no ocurrieron.

P.- ¿Y hubo alguien que incordiara, alguien que diera la lata?

R.- En absoluto. Hubo diputados que no asistieron, no voy a decir quienes, está claro, pero visto en perspectiva, yo creo que fue una buena decisión por su parte. Nadie decidió causar ningún problema. Entonces, los que no querían asistir no asistieron y los que asistieron lo hicieron de forma entusiasta, tanto diputados como senadores, y aplaudieron y siguieron el acto con verdadera emoción

P.- ¿Hoy igual hubiera sido más peligroso?

R.- Indudablemente. Este acto es la culminación de una situación muy distinta, muy distinta, a la situación política que hay actualmente. Había una colaboración profunda entre los grupos. Había alguna persona que disentía, pero debo decir que los grupos que no eran partidarios de la monarquía, que eran republicanos, en ningún momento causaron ningún problema, sino que facilitaron las cosas, eso sí, dejando claro que ellos no estaban por esa situación.

P.- Acababa de producirse la abdicación del rey Juan Carlos I. ¿Vio en peligro a la monarquía?

R.- No, no, no, en absoluto. Me pareció que era una forma de encaminar hacia el futuro a la monarquía. Ahora, visto en perspectiva, pues dices, hombre, podían haber ocurrido cosas. Es posible, pero en ese momento yo no vi en peligro en absoluto la monarquía. Sí vi que había un incidente, hay que decirlo así, una situación distinta. Claro. Después de 40 años de reinado de Don Juan Carlos, el cambio suponía, naturalmente, dificultades e interrogantes. Las expectativas eran buenas. Pero tengo de decir que, diez años después, los resultados han sido muy superiores a las expectativas que había.

P.- ¿Y hoy en día ve algún peligro?

R.- No, no, no, no. Yo creo que la monarquía está muy afirmada en España. Tiene unos apoyos muy claros. Tiene también, y eso es obvio, a ciudadanos que no están de acuerdo. Pero, en conjunto, tiene un apoyo muy importante. Creo que el rey Felipe VI está haciendo una magnífica labor, acercando la monarquía a los ciudadanos, pero al mismo tiempo manteniendo la importancia y la fuerza de la monarquía. Y claro, el que haya una sucesora, posible sucesora, Doña Leonor, una princesa de Asturias, pues eso también afirma la monarquía. Es decir, yo ahora mismo creo que la monarquía está firmemente establecida en España.

P.- Aquel fue un acto muy solemne, lógicamente, ¿pero hubo algún momento para la complicidad con los monarcas, de más cercanía?

R.- Hombre, ese día no, porque fue un día, por decirlo de alguna forma, muy público. Es decir, todo lo que ocurrió se hizo de cara a diputados y senadores y luego de cara a los ciudadanos que estaban en el camino. Entonces no hubo ocasión de tener esa intimidad, porque desde el primer momento el acto se dirigió al público en general. Sí hubo quizá más posibilidades, muchos más comentarios, el día anterior, cuando se hizo en el Palacio Real la abdicación del rey Juan Carlos. Asistimos muchas autoridades y como luego hubo una copa, pues ahí sí hubo más posibilidades de hablar.

P.- ¿Algún cotilleo que contar?

R.- Hombre, sí. Creo que es interesante contarlo. Fue cuando tomamos la copa. Yo siempre he tenido con el Rey Don Juan Carlos una excelente relación y confianza. Claro, son muchos años, de cuando fui ministro, de antes. He tenido una buena relación. Entonces, esa tarde, hombre, me echó, lo digo así un poco…, pero me echó una ligera bronca (sonríe) porque a él no le gustaba lo que se había dicho al tramitar la ley de abdicación con las intervenciones de los grupos, de algunos grupos, que sinceramente estuvieron muy respetuosos con las personas, pero, claro, manifestaron su desacuerdo con la monarquía porque eran republicanos. Entonces, le dije: Majestad, yo comprendo perfectamente su disgusto, pero hay grupos que son republicanos y no podemos hacer nada, tienen todo el derecho a manifestarse.

P.- ¿Después de la coronación ha hablado usted mucho con Felipe VI?

R.- No, no. Bueno, yo con el rey tuve una relación, pero no, por supuesto, la que había tenido con su padre. Tuve alguna relación mientras fui presidente del Congreso, es decir, desde que lo proclame el 19 de junio hasta el año siguiente. Tuvimos alguna relación, la relación del presidente del Congreso con el rey. Y luego ya no. Algunas veces coincido con él y creo que nos tenemos simpatía mutua, creo. Desde luego yo se la tengo a él. Y creo que él a mí también. Pero vamos, mis relaciones con el Felipe VI no tienen ya nada de política.

P.- Con motivo del décimo aniversario de la coronación sí coincidirá con él, ¿no?

R.- Pues sí, porque creo que hay un acto ese mismo día, que se dan unas condecoraciones y luego hay una comida a la que he sido invitado. Vamos, que yo asistiré. Es una relación de cariño, que yo se lo tengo, pero luego no intervengo en absoluto, ni aconsejo.

P.- Nació en Soria y desde ahí llegó a lo más alto en política, casi lo único que le falta es ser presidente del Gobierno español…

R.- Muy alegre de no haberlo sido.

P.- … y también hay otro soriano, Juan José Lucas que tiene una trayectoria política muy brillante. ¿Qué le qué le pasa a Soria que es capaz de dar políticos de esa talla y al mismo tiempo es el epicentro de la despoblación?

R.- Es que Soria, desde siempre, esto no es de ahora, es de hace muchos años, es una sociedad que, desde el punto de vista económico, comparado en cada momento con otras zonas de España, está relativamente retrasada, o sea, su renta es menor. Sin embargo, siempre tiene un nivel intelectual, un nivel de conocimiento, de esfuerzo, de trabajo, que hace que sea notablemente superior a otras ciudades, a otras provincias, que tienen más riquezas. Entonces eso hace que los sorianos, dicho con carácter general, claro, tiendan, por un lado, a salir de Soria. Claro, porque no hay allí bastantes oportunidades. Y luego, una vez que están en otras provincias, como tienen una forma de trabajar y de formarse y de conocimientos, pues destacan en esas provincias. Eso ha sido global y, entonces sí se han dado en política como en otros temas, como en ingeniería o en educación o en economía. Es frecuente el caso del soriano que destaca, pero, sin embargo, Soria como conjunto no es de las provincias que está mejor.

P.- Hay quien le atribuye la frase de que estar en política es como estar en un ascensor, en el que una veces estas arriba y otras abajo, pero lo importante es estar. ¿Es cierto?

R.- Bueno, no (ríe). La frase, que sí es verdad que la dije, era que la política es como un tiovivo, que unas veces vas en la carroza, otras en el caballito y otras vas agarrado a la barra, ¿no?, pero que lo importante es estar y que siga dando vueltas. Bueno, fue una de esas ingeniosidades que se dicen, hace muchos años, y me la han repetido. Un poco de base sí tiene (ríe), lo importante es seguir arriba del tiovivo, porque, si no, te bajas del tiovivo y ya no estás en política.

P.- Pues usted ha dado muchísimas vueltas en el tiovivo, desde gobernador civil en Huelva, pasando por la Presidencia de la Junta de Castilla y León, un par de carteras ministeriales (Agricultura y Administraciones Públicas), presidente del Congreso…

R.- Sí, sí, es así. Desde el 79 al 2019, 40 años.

P.- … Y, como testigo excepcional de todos estos años, ¿cree que la política ha cambiado mucho y para mal?

R.- No es fácil globalizar. Desde mi punto de vista, un poco para mal. Había, lo que yo he tenido durante muchos años, una relación entre políticos de un partido y de otro, que tengo que decir que era excelente. Tengo y he tenido, amigos, muy amigos, de otros partidos, o periodistas... y, sobre todo, no he tenido ninguna enemistad por motivos políticos, ninguna. En cambio, yo sí veo que en estos últimos años sí se están creando unas rivalidades en que lo humano ya supera a lo político y hay verdaderos enfrentamientos. Yo creo que ese enfrentamiento político no es bueno para nadie.

P.- Eso es la crispación…

R.- Exacto. Hay una crispación excesiva que no beneficia en absoluto ni a la política ni a ninguno de los actores de la política. A uno le perjudica en un momento y a otro en otro, pero eso perjudica a la política.

P.- Hoy en día hay quien ya no aprecia los valores de la Transición y que considera que no fue positiva...

R.- Pues, hombre, creo que eso sí que es un error. La Transición política española que nosotros hicimos es algo que quedará para siempre. Cuando se estudie, con perspectiva, la Transición será de los momentos más notables que tuvo España. Desde el año 75 al año 2000, por poner el comienzo de siglo, fueron 25 años extraordinarios. Ese es un período magnífico de la historia de España que quedará. Ahora lo atacarán los que estén en contra de semejantes cosas, pero ha quedado consolidado ya.

P.- Los resultados electorales en Europa, con el auge de la extrema derecha, ¿suponen un motivo de preocupación?

R.- Todas estas cosas deben preocupar porque sí indican, sobre todo, motivaciones profundas que se manifiestan de esta forma. Visto con perspectiva, una cosa es la motivación y los síntomas y otra cosa es el resultado, porque el gobierno de la Unión Europea ha sido desde hace decenas de años Partido Popular, Partido Socialista, Liberales. Bueno, pues si ahora vamos al resultado, Partido Popular más Socialista más Liberales tienen mayoría en la Cámara, en la Unión Europea, por lo tanto se va a continuar el tema de fondo y yo estoy seguro de que va a continuar igual. Ahora sí, cuando hay estos síntomas… A mí, lo que más me ha sorprendido es este grupo nuevo de Alvise que ha sacado tres diputados. Ya ocurrió en tiempos con Ruiz Mateos… Pero, vamos, sí, ha sido sorprendente.

P.- Le voy a decir nombres de políticos de su partido y me dice qué le parece. Alberto Núñez Feijóo.

R.- Creo que es la gran esperanza del Partido Popular y estoy convencido de que será un magnífico presidente de Gobierno.

P.- Alfonso Fernández Mañueco.

R.- Ahí tengo decir que mi juicio no es imparcial, porque es una persona a la que tengo verdadero cariño personal. Le he ayudado todo lo que he podido y yo tengo de él una opinión extraordinaria. Pero insisto, es amigo. O sea que la amistad predomina sobre todo.

P.- De nacional a regional, para terminar en el plano provincial, en Soria. Benito Serrano.

R.- No es una persona con la que haya tenido demasiada relación, porque precisamente él entra más fuerte en política justo cuando yo lo dejo, pero mi relación con él ha sido buena y yo creo que está siendo un buen presidente del Partido Popular de Soria y un buen presidente de Diputación. Tengo una opinión positiva de él.

P.- ¿Qué le parece la situación de la capital soriana, donde el PSOE, con el alcalde Carlos Martínez, parece inexpugnable?

R.- Tengo también de decir que mi relación con Carlos Martínez ha sido siempre excelente, pero excelente antes de que él fuera el candidato por el Partido Socialista, cuando era concejal. Verdaderamente, no gustándome que sea el que gane, indudablemente, tiene en la capital una situación que yo creo que es más debida a que sea Carlos Martínez el candidato que a lo que es el Partido Socialista, porque es un poco anómalo dentro de lo que es la provincia de Soria, pero no cabe duda que es un alcalde muy votado. Eso es así.

P.- Dentro de su larga carrera política ¿se arrepiente de algo?

R.- Sinceramente, no me arrepiento de nada porque en todos los momentos de cierta trascendencia, creo, me he comportado adecuadamente. Y en cada caso, cuando estaba de presidente de Castilla y León, cuando he sido ministro, cuando he sido presidente del Congreso, he hecho lo que debía hacer. Por tanto, en ese aspecto, yo estoy tranquilo. Hombre, siempre te queda la cosa de que a lo mejor ha habido gentes con las que podía haber hablado y no hablé. Siempre que alguien ha intentado mínimamente comunicarse conmigo, para decirme cualquier cosa, yo me prestaba. ¿Podría haber hecho más esfuerzo? Pues a lo mejor. Pero, vamos, en conjunto, debo decir que me siento satisfecho de lo que he hecho y no me arrepiento de nada.

P.- ¿Los altos cargos nacionales que ha tenido le han servido para empujar hacia Castilla y León y Soria, o es difícil hacerlo en esas altas responsabilidades?

R.- Sí, hombre, tengo que decir que tanto en Soria como en Castilla y León, sobre todo cuando fui todo ministro, sí hice una serie de actuaciones en las que empujé expedientes y situaciones y las hice. Y me siento muy orgulloso de haberlo hecho tanto por Soria como por Castilla y León.

P.- ¿Cómo ve, ahora desde fuera de la política a Castilla y León?

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R.- Veo que es una comunidad que va saliendo adelante. No es una comunidad sencilla. Desde el primer día se vio, porque es la más extensa, tiene un una población, insisto, muy educada, muy exigente, porque puede serlo, pero tiene dificultades de población en el sentido de que es está muy dispersa. Pero yo creo que se están llevando las cosas muy bien y, ahora mismo, a Castilla y León, en el conjunto de las comunidades autónomas, la veo mejor que hace 15 años.