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La disputada caja de Ozempic

Un tercio de las farmacias de Castilla y León sigue pidiendo más envases / La llegada de Wegovy, autorizado para adelgazar, rebajará la presión sobre el revolucionario antidiabético

Muestra de un inyectable de Ozempic, indicado para pacientes con diabetes tipo 2.Gogo Lobato

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Valladolid

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Coincidiendo con la operación biquini, la llegada estos días a las farmacias de Wegovy –la versión de la semaglutida lanzada para normalizar su uso en dietas de adelgazamiento– rebajará la demanda sobre Ozempic, el revolucionario medicamento indicado para la diabetes pero cuyo uso para perder unos kilos ha agravado los problemas de suministro en las farmacias.

Hace dos semanas, la Agencia Española del Medicamento (Aemps) reconoció lo que profesionales del sector sanitario y farmacéutico llevaban meses contando sottovoce pero no en público: que el antidiabético Ozempic se está prescribiendo para adelgazar pese a no estar autorizado para ese fin en su ficha técnica. Los «servicios de inspección de las comunidades autonómas» han «detectado» este tipo de casos, informó en un comunicado la Aemps, así como dispensaciones «sin la correspondiente receta médica». «Esto puede dar lugar a las responsabilidades administrativas previstas en la legislación», advirtió.

Desde hace año y medio, el inyectable del laboratorio Novo Nordisk registra problemas de suministro en España y en todo el mundo. El fabricante danés –cuya capitalización bursátil ya supera el PIB de su país– no puede satisfacer la alta demanda del producto al constatarse sus buenos resultados para controlar los niveles de azúcar.

Desde entonces, cada semana, el inyectable aparece en la lista de medicamentos más demandados del Centro de Información online de Medicamentos (Cima) de la Agencia Española del Medicamento así como en el sistema Cismed, la herramienta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos que registra incidencias en el suministro. La semana pasada, al menos 289 farmacias de las casi 900 que notifican a esa plataforma en Castilla y León pedían alguna de las tres presentaciones de Ozempic, que se comercializa en plumas precargadas de un miligramo, 0,25 ó 0,5 del principio activo semaglutida, según datos del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla y Leon.

«Eso no significa que haya desabastecimiento», advierte su presidente, Javier Herradón, en su ánimo por «bajar el nivel de alarma» generado en torno al medicamento. «Significa que esas farmacias piden más envases de los que le sirven, para tener stock en la farmacia». «Pides cinco y te mandan tres, parece que falta, pero hay envases en las farmacias», apostilla.

La semana pasada, entre 1.000 y 1.500 cajas reclamaron cada día a la distribución esas casi 300 oficinas de la Comunidad que voluntariamente notifican sus faltas.

El «suministro irregular intermitente» de los últimos meses, asevera Herradón, está «estabilizado», ha ido «autorregulándose» y «no existen problemas en este momento». Confía en que «en un futuro las unidades que se pidan serán las que se sirvan».

Ozempic es el más famoso de los medicamentos análogos del GLP-1. Otras marcas del mismo grupo terapéutico son Trulicity, Saxenda, Byetta y Lyxumia, estos dos últimos alternativas que han cesado su comercialización.

«Los laboratorios titulares siguen trabajando en medidas para aumentar su fabricación a nivel global y satisfacer las necesidades, pero mientras esto se lleva a cabo, pueden continuar produciéndose tensiones en el suministro», indicó la Agencia del Medicamento en su último comunicado de finales de abril.

Pocos días después, el 1 de mayo, llegó a las farmacias Wegovy, fabricado por el mismo laboratorio danés, con composición casi idéntica pero autorizado en este caso como terapia de adelgazamiento. También necesita receta para ser dispensado, no está financiado y su precio oscila entre 180 y 292 euros.

El portavoz de las farmacias de Castilla y Leon explica que «es pronto» para saber cómo afectará la distribución del nuevo inyectable Wegovy. Pero la llegada de esta nueva presentación autorizada para adelgazar invita a pensar que «bajará la presión sobre Ozempic».

Asegura, en todo caso, que los pacientes con diabetes en ningún momento se han quedado sin su caja de Ozempic en Castilla y León. «No ha faltado para quien lo necesita», sostiene. El suministro ha estado garantizado en todo momento gracias al buen hacer del farmacéutico, «que cuida y mima a sus pacientes de referencia», garantizando las dosis necesarias para cada caso. Se les puede reservar el envase para cuando lo requieran. Y si un cliente llega a una farmacia y en ese momento no dispone del fármaco, se puede pedir para esa tarde o al día siguiente. O remitirle a otra farmacia donde lo tengan, gracias al sistema Farmahelp, la plataforma digital «para facilitar la búsqueda de medicamentos de suministro irregular» al que están adheridas más de 800 boticas de Castilla y León.

Desde la Asociación de pacientes de diabetes de Castilla y León, Fadcyl, Emilio Fernández, coincide en que no hay desabastecimiento. «Ningún socio se ha quejado por falta de existencias», añade al recordar que esta enfermedad afecta a unos 300.000 pacientes en Castilla y León. Algo más de la mitad, unos 175.000, tienen diabetes tipo 2 (120.000 diagnosticados y el resto sin diagnosticar), que es el grupo susceptible de recibir el tratamiento. «Se prescribe para personas que tienen tipo 2 y obesidad, que no son capaces de controlar la dieta», explica el portavoz de los pacientes. El fármaco se ha demostrado muy eficaz por su poder saciante, para reducir el peso, lo que permite disminuir la resistencia a la insulina. Con ese control glucémico se evita llegar, por ejemplo, a una operación de estómago.

Para paliar las tensiones en el suministro, la Aemps emitió a finales de 2022 y luego en 2023 varias recomendaciones dirigidas a médicos prescriptores, a quienes instó a «priorizar» su uso en pacientes con diabetes tipo 2. Y se pidió a los facultativos que «en la medida de lo posible» no iniciaran nuevos tratamientos hasta que regrese el abastecimiento estable de la demanda.

Castilla y León reaccionó a esos avisos sacando Ozempic del módulo de prescripción de receta electrónica, impidiendo así registrar nuevas prescripciones hasta que se restablezca el suministro de manera sostenida, algo que estaba previsto para finales de 2023 pero que todavía no ha sucedido.

«En la actualidad se pueden prescribir en receta electrónica todas las presentaciones de todos los GLP-1, a excepción de la dosis de inicio (0,25 mg) de Ozempic», explica Sacyl. La gerencia actualiza la situación porque ha «monitorizado la disponibilidad del producto, con las distribuidoras y con el propio laboratorio», añaden fuentes de la Consejería.

Hace tres semanas, la Agencia del Medicamento expuso que «a pesar de estas medidas» adoptadas en España, «los pacientes se siguen viendo afectados por los problemas de suministro que comenzaron a finales de 2022».

Los medicamentos los puede recetar cualquier médico. Por la patología que cuben, los prescriptores suelen ser médicos de familia, endocrinos, nefrólogos, internistas o cardiólogos.

Trasvase a la privada

Las sospechas en torno a la incorrecta prescripción de Ozempic para perder peso se han situado en los últimos meses sobre los facultativos de la sanidad privada, cuyas recetas son esquivas al control de las administraciones sanitarias, en particular cuando se prescribe en papel, sin trazabilidad, porque las farmacias conservan la receta durante tres meses y luego la destruyen. La Agencia Española del Medicamento detectó que el año pasado un elevado porcentaje del medicamento se desplazó a la receta privada, en torno al 42%, según el cálculo recogido por El País.

Preguntado por este asunto, el Ministerio de Sanidad responde que sólo dispone de información «del consumo a través de recetas médicas del Sistema Nacional de Salud, sin tener disponible las ventas realizadas en recetas privadas».

Según sus datos, el año pasado cayó un 11% el número de envases de Ozempic vendidos en España con recetas públicas (de 1,31 millones en 2022 a 1,17 en 2023). Ese descenso contrasta con el aumento de los envases que llegaron al país el año pasado, un 7% más (de los 1,57 millones a los 1,67 millones en 2023), según datos de la distribución registrados por la Agencia Española del Medicamento.

Si llegaron más dosis pero se vendieron menos a través de receta pública (y en las farmacias no abunda el stock), se intuye en la correlación de ambos datos el trasvase: las prescripciones de la pública representaban el 84% de los envases recibidos en 2022 y caen al 70% en 2023.

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La Consejería de Sanidad explica que en Castilla y León sólo se cuantifica lo que se financia a través de Sacyl. Según sus datos, la dispensación de este grupo de medicamentos análogos del GLP-1 creció en el último año un 29%, respecto a 2022, frente al 34% que había subido ese ejercicio en comparación con 2021. En concreto, la el consumo de recetas firmadas por médicos de Sacyl de estos medicamentos fue de 71.588 envases en 2019, 95.226 en 2020, 11.311 en 2021, 148.773 en 2022 y 191.498 en 2023.