METEOROLOGÍA
La impresionante aurora boreal del Bierzo, Salamanca, Segovia y Ávila
El cielo se tiñó de rosa y morado la pasada madrugada en Castilla y León
España ha sufrido en la noche de este viernes unas tormentas geomagnéticas severas que han permitido que en varios puntos del país, en Castilla y León en El Bierzo, Salamanca, Segovia y Ávila, y también en Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Mallorca o Andalucía, se observen auroras boreales, un hecho "muy poco habitual" en la Península, según ha reconocido la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en X.
Estas auroras boreales se han producido a latitudes muy bajas del hemisferio norte. En el caso de España, la Aemet justifica la presencia de este fenómeno porque la actividad solar es "muy intensa".
Además de la impresionante imagen que deja en el cielo y que se ha visto en El Bierzo, Segovia y Salamanca, la tormenta solar puede provocar interrupciones en los sistemas de comunicación por satélite, GPS y las señales de radiofrecuencia, aunque de momento no se han detectado grandes incidencias.
Según eltiempo.es, desde 2003 no se experimentaba una tormenta solar geomagnética de esta magnitud "tan extrema". Por ejemplo, desde la Comunidad de Madrid, el cielo rosado se ha podido ver desde la sierra, ya que la contaminación lumínica es menos intensa, informa Europa Press.
¿CÓMO SE PRODUCEN?
Según explica la Aemet, la aurora boreal (auroras polares del hemisferio norte) es un fenómeno de electricidad atmosférica (electrometeoro) "consistente en un fenómeno luminoso que aparece en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, cortinas, etcétera".
Detalla que, al contrario que los fenómenos meteorológicos habituales, se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros.
"Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años", cuenta la Aemet.
Actualmente, se está cerca del máximo de actividad solar, por lo que las auroras polares se deben a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), las cuales actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera. Así, se desencadena una tormenta geomagnética, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas.