Sacyl externaliza por «déficit de radiólogos» los informes de las mamografías del cribado
Licita por 1,75 millones la lectura de las pruebas a mujeres de entre 45 y 69 años «para garantizar la celeridad de los resultados» / Omite la ampliación hasta los 74 años anunciada para este año para mejorar la detección precoz
Las pacientes seguirán yendo a su hospital o centro de salud, como hasta ahora, para someterse a una mamografía cada dos años dentro del programa de detección precoz de cáncer de mama. Y allí serán atendidas, como hasta ahora, por personal de Sacyl. Pero serán radiólogos externos los que escruten las imágenes obtenidas en busca de células sospechosas y los que redacten el informe correspondiente en cada caso. El «déficit de radiólogos» ha llevado a la Consejería de Sanidad a externalizar esa tarea, hasta ahora centralizada en el servicio de radiodiagnóstico del Hospital Río Hortega de Valladolid.
El departamento que dirige Alejandro Vázquez acaba de licitar el trabajo por 1,75 millones de euros para un periodo de dos años, a razón de 7 euros por cada informe para las cerca de 125.000 mamografías que cada ejercicio se realizan con carácter preventivo en Castilla y León.
Los pliegos –publicados el 19 de abril– precisan que el programa de cribado está dirigido a mujeres de entre 45 y 69 años, que son invitadas a realizarse una mamografía de control, como norma general, cada dos años. Lo que no incluye la contratación es la extensión de estas pruebas a pacientes mayores de esa edad, una mejora del programa que el titular de Sanidad anunció el pasado mes de febrero para Castilla y León, aceptando la recomendación previamente formulada por el Procurador del Común, que pedía a Sanidad seguir la estela de autonomías como Andalucía y Comunidad Valenciana, que ya lo han implantado por encima de los 69 años.
El 14 de marzo, la Junta aprobó el gasto de 1,75 millones para externalizar los informes mamográficos (prorrogable por otros dos años por un total de 3,85 millones). La nota de prensa enviada ese día tras el Consejo de Gobierno explicó que será «este 2024» cuando la población diana se amplíe «a las mujeres de hasta 74 años, con el fin de disminuir la mortalidad por esta causa y aumentar la calidad de vida de las mujeres afectadas». Esa extensión, según los datos de Sanidad, supondrá la realización de unas 4.000 mamografías más al año.
La memoria de la licitación, firmada el 10 de abril por la jefa de servicio de actividad concertada, no incluye, sin embargo, a ese tramo de edad. La población diana del cribado –dice la licitación para los próximos dos años– incluye «a las mujeres que dispongan de Tarjeta Sanitaria y con una edad comprendida entre 45 y 69 años».
«Debido a la elevada actividad asistencial en las unidades de radiología de las Gerencias Asistenciales de la Comunidad de Castilla y León, el déficit de radiólogos y para garantizar la imprescindible celeridad de los resultados diagnósticos es necesario externalizar la lectura e informado de las pruebas diagnósticas realizadas con medios propios», apunta el documento.
Desde 2013, la lectura e informado de mamografías está centralizada en el Hospital Río Hortega de Valladolid, pero «dicho centro ha manifestado que, por razones organizativas del servicio de radiodiagnóstico, no es posible informar la totalidad de mamografías realizadas como resultado de la invitación recogida en el Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama», explican los documentos de la Consejería de Sanidad para justificar la insuficiencia de medios.
El plazo para presentar ofertas concluye el 20 de mayo. La previsión es que el trabajo se externalice a partir del «1 de julio de 2024 o desde la fecha que se indique en el contrato si fuera posterior». El grueso del contrato corresponde a los gastos de personal, con un mínimo de cuatro radiólogos externos para la lectura y redacción de informes.
Las mamografías son la mejor prueba de detección precoz y permiten detectar entre el 90 % y 95% de los tumores por muy pequeños que sean. Es la principal prueba de los cribados o screening para buscar células cancerosas en pacientes que no tienen síntomas. Cada año, Sacyl realiza en torno a 125.000 mamografías gratuitas dentro del programa de prevención, a las que hay que añadir las pruebas que cada día realizan los servicios de radiodiagnóstico de la Comunidad ante la aparición de algún signo de alarma (como la aparición de bultos, hoyuelos, secreción del pezón, hinchazón, irritación, dolor o cualquier cambio en el tamaño, forma o apariencia de la mama).
En los últimos años, el número de invitaciones en la Comunidad oscila desde las 117.778 del año 2020 a las 157.104 del 2019.
En cuanto al número de mamografías realizadas, ha ido creciendo en hasta las 122.500 del último año. La pandemia dejó un pico destacable en la estadística: en 2020 apenas se realizaron 79.000 y el año posterior absorbió parte de las pruebas no practicadas con el estallido de la crisis sanitaria, al sumar 130.000 en 2021.
Las mejoras en el programa de cribado y en las tecnologías aplicadas han permitido afinar la búsqueda y mejorar la detección del cáncer de mama: hace veinte años el 2,4% de las mamografías resultaban positivas, un porcentaje que ha ido creciendo hasta el 6,5% de la actualidad. Cuando los resultados presentan alguna sospecha de cáncer, los radiólogos pueden indicar pruebas complementarias como una ecografía, biopsia o proyecciones adicionales para alcanzar el diagnóstico.
El programa de detección precoz de Sacyl contempla el procedimiento de doble lectura, de modo que las imágenes del cribado sea leídas siempre por al menos dos radiólogos en tiempos diferentes. En caso de discrepancia se requiere el arbitraje de un tercer radiólogo experto. Una vez externalizado el servicio, los radiólogos de la sanidad privada redactarán los informes siguiendo el modelo establecido por Sacyl. «El informe mamográfico completo deberá estar a disposición de la Unidad de Gestión establecida por Sacyl en el plazo máximo de 8 días hábiles desde la fecha en que la Unidad Mamográfica envíe la mamografía» a la empresa adjudicataria. Si resultado arroja signos evidentes de presencia cancerosa será comunicado de manera «inmediata» a Sacyl.
El Sistema Nacional de Salud implantó el cribado gratuito en 1990. Desde entonces, todas las autonomías realizan controles preventivos que, en la actualidad, abarcan, como mínimo, a todas las residentes en España a partir de los 50 años y hasta los 69.
Castilla y León es una de las autonomías que hace años mejoró esa cobertura adelantando un lustro los controles periódicos: a los 45 años reciben las mujeres aquí una carta con la cita para su primera mamografía, una prueba rápida y sencilla que usa bajos niveles de radiación para obtener una imagen clara del tejido mamario. A esa edad también lo hacen Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra. Otras comunidades ya han empezado a extender esos programas de cribado por el otro extremo, el de mayor edad. Es el caso de Andalucía y Comunidad Valenciana, que lo están implantando de forma progresiva por encima de los 69 años.
En una resolución de oficio, el Procurador del Común pidió a la Consejería de Sanidad que extienda los controles a mujeres de entre 70 y 74 años y emplazaba a la Junta a plantear esta ampliación en el Consejo Interterritorial para blindar los cribados en todo el país entre los 45 y los 74 años, incluyéndolos en la cartera nacional de salud, con un acuerdo entre las autonomías que garantice los recursos necesarios para realizar estas pruebas.
Tomás Quintana apoyaba su argumentación en las nuevas recomendaciones del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, basadas a su vez en la evidencia científica. A finales de 2022, la UE actualizó su indicación y emplaza a los estados a realizar controles periódicos y preventivos a mujeres de entre 45 y 74 años.
La incidencia del cáncer de mama en la Comunidad supone el 10,78% de todos los diagnósticos de cáncer en Castilla y León.
La Asociación Española Contra el Cáncer en Valladolid considera «muy acertada» la ampliación del programa por encima de 70 años al constatar que muchos casos se siguen diagnosticando a partir de esa edad, después de estar años sometiéndose a los controles.
Los datos del Observatorio contra el Cáncer de la propia asociación avalan esta tendencia. En Castilla y León se detectaron el año pasado 1.938 nuevos casos, de los cuales 710 fueron en mujeres con 70 ó más años. En concreto, fueron diagnosticadas 176 de entre 70 y 74 años y otras 533 mayores de 75. Es decir, más de un tercio (el 37%) de los carcinomas fueron en mujeres a partir de los 70 años.
Otro 53% de las mujeres tenían entre 45 y 69 años, que es el rango de los cribados: fueron 1.027 casos detectados, ya sea a través de los controles preventivos o a raíz de la aparición de algún síntoma.
En los tramos más jóvenes la incidencia es mucho menor: se dieron 112 casos en mujeres de entre 40 y 44 años (el 6%) y otros 89 en chicas de entre 15 y 39 años (el 5%).
En Castilla y León, las mamografías de cribado se seguirán realizando en las unidades mamográficas de los hospitales y centros de salud, así como en la unidad móvil contratada para localidades de difícil acceso o alejadas de los centros de referencia.
Pese a los riesgos de los cribados –como el sobrediagnóstico, el sobretratamiento o los falsos positivos y falsos negativos–, la detección temprana es crucial para la supervivencia por esta enfermedad. El diagnóstico precoz de este tipo de tumores permite reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de las pacientes porque, detectados a tiempo, pueden evitar, por ejemplo, cirugías más agresivas, como una mastectomía, o prescindir de tratamientos con notables efectos secundarios para combatir la propagación de la enfermedad, como la quimioterapia o la radioterapia.