Mañueco censura la "actitud infantil" de Sánchez y dice que los españoles no se merecen a un presidente "tan débil"

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acusó este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de tener una "actitud infantil" al anunciar que se da de margen hasta el lunes para decidir si dimite o no, después de que un juez haya abierto diligencias tras la denuncia de Manos Limpias sobre supuesto tráfico de influencias de su esposa.

"No es un particular, es el presidente del Gobierno de España y su obligación es trabajar porque, tanto él como sus ministros, están al servicio de las personas", aseguró Fernández Mañueco al tiempo que lamentó que la actitud de Sánchez haya colocado a España en una "situación de desprestigio".

Asimismo, consideró que los españoles no se merecen a un presidente "tan débil". "Además de aceptar constantemente el chantaje de sus socios radicales, ahora, y ante los casos judiciales que le persiguen, parece que se enfada y se va". Por ello, manifestó que el tiempo de Sánchez "ha terminado" y debe ser él, el que dé explicaciones por haberse embarcado en una "legislatura agónica", informa Ical.

Asimismo, y después de que Alberto Núñez Feijoo haya dado en las últimas horas un paso adelante y se haya postulado como alternativa al gobierno del Partido Socialista, Fernández Mañueco respondió que el Partido Popular estará "siempre a disposición de España y de los españoles".

En la misma línea se pronunció presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, durante la firma de un convenio de colaboración entre ambos territorio para mejorar la prestación de servicios públicos en las zonas fronterizas de Burgos, León y Palencia. A su juicio, es "lamentable que un país entero esté dedicado a mirar el ombligo de su presidente. Si Sánchez se quiere ir, que se vaya pero que lo haga ya", sostuvo.

Sáenz de Buruaga cree que los españoles no se merecen "tanta frivolidad" e insistió en que Pedro Sánchez es el "presidente más dañino de la historia del país". Sin embargo, la líder del gobierno cántabro cree que todo forma parte de una estrategia política para "salvarse y presentarse ante el mundo como un mártir y una víctima".