Diario de Castilla y León

El nuevo reglamento taurino limita a 30 minutos los encierros urbanos y el espacio de las capeas

La norma autonómica incluye cortes, forcados y crea un registro de plazas de toros / Crecen los requisitos veterinarios, objeto de la mayoría de alegaciones / Dispone más medidas de bienestar animal en respuesta a los «cambios sociales» en 28 años

Encierro urbano en la localidad segoviana de Cuéllar en una foto de archivo.

Encierro urbano en la localidad segoviana de Cuéllar en una foto de archivo.ICAL

Publicado por
Valladolid

Creado:

Actualizado:

El nuevo reglamento taurino de Castilla y León cerró su plazo de audiencia pública el pasado 3 de abril. La norma limita los encierros mixtos a 90 minutos y los urbanos a 30, crea un registro de plazas de toros y, lo que ha sido objeto de gran parte de las alegaciones, limita también el espacio para la celebración de capeas urbanas. La definición de ‘ciclo de festejos’, la exigencia de dos reses como mínimo para la realización de encierros y las elevadas exigencias sobre el número de veterinarios que deben intervenir también han sido diana de las alegaciones presentadas.

La norma pretende actualizar y unificar la regulación de la tauromaquia después de 28 años de la publicación de algunas de las normas ahora en vigor, argumenta la Administración autonómica. El nuevo marco responde a los «cambios sociales, técnicos y jurídicos» de este cuarto de siglo, de tal forma que pone como uno de los pilares fundamentales el bienestar animal, y se vuelca en la regulación de nuevos festejos populares que han ganado en afición, como las exhibiciones de cortes, los forcados, las capeas con obstáculos o los espectáculos populares mixtos. Uno de los extremos más llamativos es la propuesta para limitar el tiempo de los encierros mixtos (camperos y urbanos) a 90 minutos, y los urbanos a 30.

El auge de estos festejos ha evidenciado la necesidad de un nuevo reglamento. Y es que si los espectáculos taurinos llamados ‘formales’, fundamentalmente corridas, rejones o novilladas, llevan décadas perdiendo, o bien manteniendo a duras penas, el número de seguidores, ocurre lo contrario con los festejos populares, que cada año van a más.

Los datos que muestra la exposición de motivos de la norma evidencian esa tendencia. Y es que en Castilla y León se celebraron 2.331 espectáculos taurinos en 2023, lo que supone un 2,24% más que el último año precovid, 2019. La tendencia ya llevaba años creciendo (2.278 espectáculos en 2018; 2.285 en 2017; 2.259 en 2016...). Son cientos de miles los aficionados a los encierros y capeas a lo largo y ancho de los municipios de Castilla y León, así como a los concursos de cortes.

El arraigo de estas celebraciones se demuestra con las cifras: existen ganaderías de bravo en ocho de las nueve provincias de Castilla y León, que pastan a lo largo y ancho de 70.000 hectáreas de campo libre; «las plazas de toros en uso están extendidas por toda la Comunidad; perviven festejos populares de tanta raigambre como el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo (Salamanca) o los Sanjuanes de Soria», expone la misma fuente. El reglamento en audiencia pública, al que se puede acceder a través del Portal de Gobierno Abierto de la Junta de Castilla y León, también atiende al régimen de las escuelas taurinas, a fin de evitar dispersión normativa, dotando de claridad y seguridad jurídica. También se busca «clarificar y adaptar la normativa a la actual perspectiva de simplificación y reducción de cargas en la tramitación de las pertinentes autorizaciones», asegura la Administración autonómica.

Otro de los objetivos es potenciar la celebración de espectáculos taurinos y dar empuje a la formación taurina, así como garantizar la seguridad de intervinientes, tanto de profesionales y aficionados, como de alumnos de escuelas taurinas, «aspectos que se observan tanto en la composición de los equipos médicos como en la actualización de las cuantías de seguros», reza el texto. Este aspecto es, precisamente, uno de los más polémicos de la normativa, ya que el incremento de esos equipos y esas pólizas podrían encarecer notablemente los festejos.

Formación

Por otro lado, la norma busca potenciar la formación de los futuros profesionales de la lidia, ampliando la regulación de las clases prácticas o la edad del alumnado. En lo que respecta a los festejos formales, se busca modernizar determinadas prácticas de la lidia propias de la llamada ‘liturgia’ taurina, con nuevos útiles de lidia o con una actualización del régimen del indulto a la res. Una apuesta clara está en «potenciar el bienestar animal de las reses utilizadas en los festejos taurinos populares, de acuerdo con la sensibilidad social imperante en aspectos tales como la limitación de duración de los espectáculos, la limitación de edad de las reses hembras o la limitación de tiempo de permanencia de la res en el ruedo», detalla el proyecto.

Además de la inclusión de nuevos festejos taurinos en la regulación, como los mencionados forcados, capeas con obstáculos, exhibiciones de cortes o espectáculos populares mixtos, o las propuestas de limitar los encierros mixtos a 90 minutos y los urbanos a 30, otra importante novedad es la creación de un registro de plazas de toros de Castilla y León. No podrá realizarse ningún espectáculo taurino en plazas no inscritas.

Eso sí, una disposición transitoria da a los titulares de plazas de toros un plazo de dos años desde la entrada en vigor del reglamento para inscribirlas en el mencionado registro. Podrán ser permanentes, no permanentes, portátiles y de esparcimiento.

También incorpora el reglamento un incremento de efectivos en los equipos médicos, de tal forma que dentro de los espectáculos formales, en las corridas de toros, novilladas con picadores y rejoneo deberá haber al menos cuatro médicos, uno de ellos anestesiólogo, un enfermero y personal auxiliar. En las novilladas sin picadores habrá, como mínimo, dos médicos, un enfermero y personal auxiliar, y en los bolsines taurinos, un médico y un enfermero.

Además, deberá haber tres veterinarios en las corridas de toros y novilladas con picadores, dos para los demás festejos y uno para los bolsines taurinos. El texto incluye disposiciones relativas al bienestar animal durante el transporte de las reses, su embarque, desembarque y pesaje, así como en su vigilancia y custodia. También a la hora de su lidia. Por ejemplo, en las capeas, una res podrá permanecer en el ruedo un máximo de 20 minutos, mientras el espectáculo no podrá durar más de 120 minutos.

En cuanto a la lidia sucesiva de reses, el reglamento añade a las limitaciones existentes una garantía adicional: no se podrán comprar reses ya lidiadas para nuevos espectáculos taurinos. Esto podía ocurrir si se compran a comunidades autónomas que no exigen el sacrificio una vez lidiadas, como sí ocurre en Castilla y León.

En el caso de la Comunidad Autónoma, las reses de lidia utilizadas en un espectáculo taurino popular podrán ser corridas o toreadas en otro espectáculo popular solo si es del mismo ciclo de festejos de la localidad. Finalizado el festejo o, en su caso, el ciclo de festejos, se dará muerte a las reses en instalaciones autorizadas al efecto, sin presencia de público. Ese sacrificio se realizará, como máximo, el día hábil siguiente.

Alegaciones

Precisamente la definición de ‘ciclo de festejos’ ha sido causa de alegaciones por parte de distintas entidades. La Diputación de Valladolid, por ejemplo, considera que el ‘ciclo de festejos’ que aparece definido en el artículo 3 del proyecto de Reglamento «debe estar referido al conjunto de espectáculos taurinos, sean populares o no, que se vayan celebrando en la misma localidad durante el plazo máximo de diez días, con independencia del número de días entre ellos en que la celebración de festejos se interrumpa. Esta limitación de diez días no existirá para el caso de celebración de al menos un festejo cada día sin interrupción».

Por otro lado, la misma institución pide que se anule la exigencia de dos reses como mínimo para la consideración de encierro prevista en el artículo 116 del proyecto de Reglamento, y que se deje constancia expresa de que la capea urbana prevista en el artículo 118 del proyecto de Reglamento podrá celebrarse con una o más reses.

La cuarta de las alegaciones de la Diputación vallisoletana solicita que se elimine la limitación de longitud y anchura del espacio para la celebración de una capea urbana, prevista en el artículo 144 del proyecto de Reglamento. Este artículo establece unas condiciones para el desarrollo de una capea urbana con una limitación máxima de 100 metros de longitud y anchura mínima de 7 metros, siempre que se garantice la visibilidad de dicho espacio.

Esta limitación, junto a la exigencia de dos reses para un encierro urbano, «supondría que numerosos festejos que se vienen celebrando con una sola res brava, bien por tradición o por una simple cuestión económica, tengan que dejar de celebrarse», explica el documento de alegaciones.

Por otro lado, la Institución provincial pide que se prevea en el artículo 153 del proyecto de Reglamento la intervención de un solo veterinario para aquellos festejos populares en que se lidien tres o menos machos, así como que se deje libertad al organizador de los festejos para contratar a los profesionales veterinarios que intervengan en los mismos, con la única limitación de cumplimiento por parte de estos de las condiciones de acreditación profesional y colegial que reglamentariamente se establezcan.

tracking