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Sólo uno de cada 7 casos de posible acoso escolar acaba confirmado en Castilla y León

De 622 situaciones sospechosas de bullying apenas se determinan 89, el 14% / La conflictividad entre alumnos se dispara un 37% con 6.783 incidencias el curso pasado / El 70% de los centros notificó conflictos

Aula vacía, en un colegio de Castilla y León. -E.M.

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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Cuando te levantas cada mañana con 8, 10, 12, 14... años y acudir al colegio da vértigo, pensar en entrar en el aula agarrota y mirar el móvil o las notificaciones de redes sociales te estrujan estómago y mente. Cuando la infancia no son juegos, confidencias entre amigos y risas, sino insultos, un ‘vete a tu país’, un ‘qué miras, hija de puta’ o un ‘das asco’. O todos ellos. Burlas, chistes sin gracia o indiferencia absoluta, que también hiere. Castilla y León reconoció el curso pasado 54 casos de acoso escolar (diez menos que el curso 21-22) y 35 de ciberacoso (40 menos). 

Esto supone apenas el 14% de los 622 planteados y analizados como posibles en el entorno educativo de la Comunidad. Es decir, que sólo una de cada siete sospechas de bullying llegaron a confirmarse como tal tras activarse las actuaciones y el protocolo estipulados para estas situaciones, según refleja el informe ‘La convivencia escolar en Castilla y León. Curso escolar 2022-2023’ publicado por la Junta.

El acoso escolar se acentúa principalmente en las distintas etapas de la ESO, donde los alumnos tienen por lo general -sin contar repetidores- entre 12 y 16 años. La Enseñanza Secundaria Obligatoria acapara 39 confirmaciones y 377 situaciones que fueron sospechosas de acoso escolar el pasado curso, más otras 24 ratificadas si entran internet o dispositivos móviles en juego, mientras que en Primaria fueron 12 declarados de los 204 que se analizaron porque se creyó que se podía estar ante una situación de esta naturaleza que tanto repercute en quien lo padece. En este tramo de edad se dieron siete casos digitales.

El propio estudio de la Junta, de 34 folios, indica que «los casos de acoso confirmado y de ciberacoso se comunican principalmente en los tres primeros cursos de ESO», y señala que «las actuaciones de educación en ciberconvivencia llevadas a cabo por los centros escolares han permitido rebajar las cifras de ciberacoso». 

Respecto a la distribución provincial del acoso escolar en Castilla y León, es Valladolid la que más incidencias ha investigado: 129, pero Educación únicamente estimó que el acoso escolar se daba en 16 de esas situaciones y en otras tres los acosadores empleaban las redes para dañar a otro alumno. En Ávila determinó 9 (frente a las 3 del curso previo) más dos episodios de ciberacoso, y en Soria, 8 (por una de 2021-22) más un caso digital. 

El reverso de confirmaciones se da en Burgos y León al descender sustancialmente de un ejercicio a otro y pasar de 17 en ambas el curso 21-22 a cinco y cero, respectivamente, el siguiente, el último año lectivo cerrado. Además del ciberacoso que se tradujo en 4 y 14 casos, respectivamente. Hay que resaltar que en la provincia burgalesa se estudiaron 100 sospechas y en la leonesa 82. 

Más allá del acoso escolar, se han producido otro tipo de conflictos. Hasta el 70% de los centros escolares de Castilla y León, 743 de los 1067 con los que cuenta la región, comunicaron incidencias el último año, lo que supone un aumento del 8%, puesto que en el año lectivo 2021-2022 fueron 686. Dentro de este análisis de Educación, por incidencia se entiende «el número de ocasiones en las que un alumno ha tenido un comportamiento tal que va en contra de las normas de convivencia establecidas en el reglamento del régimen interior de cada centro». 

De los 879 públicos, el 66% (581) registraron algún incidente, mientras que de los 188 concertados esto sucedió en 162, el 86%.

Las actuaciones de corrección ante conflictos entre alumnos llevadas a cabo pasan por «sanciones,  prácticas restaurativas, incoación de un expediente disciplinario o un procedimiento de acuerdo abreviado que presupone el reconocimiento de las faltas cometidas y la aceptación de la sanción por parte del alumnado y sus padres o tutores legales».

Las sanciones consisten en «suspensión del derecho a asistencia a clase no superior a 5 días lectivos» que se impuso a 7.460 alumnos, y la misma pero superando los 5 días sin llegar al mes afectó a 1.585 estudiantes. La suspensión de su participación en actividades extraescolares alcanzó a 3.075 alumnos y el cambio de centro se decidió para 152 menores, mientras que las actuaciones dirigidas a reparar el daño causado ascendieron a 3.227 estudiantes.

El estudio, publicado anualmente, revela además un incremento de la conflictividad en las aulas de la Comunidad al dispararse cuando se trata de conflictos entre alumnos hasta un 37% por crecer de 4.937 a 6.783 respecto al curso anterior, mientras las incidencias entre estudiantes y profesorado aumentan un 30%, al registrarse  7.145 en el curso 2022-23 frente a las 5.479 del anterior. 

Hace dos semanas el acoso escolar tomó de nuevo especial protagonismo público en Castilla y León cuando el Procurador del Común publicó una resolución sobre la denuncia de una madre que aseguraba que su hija de 11 años lo sufría por parte de compañeros de su clase de sexto de Primaria en un colegio concertado de Valladolid capital, aunque no se reveló el centro por respeto y privacidad de la menor. 

La consejera de Educación, Rocío Lucas, subrayó entonces, además de que en ese caso concreto «se había actuado desde el minuto cero», que «Castilla y León es la Comunidad con menos índice de acoso escolar». Lucas puso de relieve «el trabajo que en materia de convivencia desarrollan profesores y coordinadores de convivencia para que las aulas sean seguras y se aprovechen estas actuaciones para reeducar a los alumnos en convivencia, respeto e igualdad». 

La directora general de Planificación, Ordenación y Equidad educativa de Castilla y León, Isabel Tovar, señaló también que «todos los centros cuentan con procedimientos específicos de actuación en casos de posible acoso escolar. En todos se trabaja muchísimo la prevención con medidas que se están demostrando muy eficaces como la ‘mediación entre iguales’». «De hecho, informes internacionales como PISA reconocen que esta gran labor que se hace en Castilla y León por la convivencia está dando sus frutos y somos de las comunidades autónomas con menos problemas de convivencia en las aulas. Gracias al gran trabajo de todos los profesionales».

El informe sobre convivencia de la Junta incide en que «es importante insistir en la mediación o resolución pacífica de conflictos, no sólo como una técnica, sino como la implantación de una cultura para mejorar la convivencia y el clima escolar que promueve la participación, el consenso, el compromiso y la implicación de todos a través de actitudes como la empatía, el respeto y el diálogo». 

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Este aspecto no está exento de controversia puesto que la Federación de Asociaciones Contra el Acoso Escolar, presidida por la salmantina Carmen Guillén, puntualiza que «la mediación está muy bien ante casos incipientes de acoso», pero la desaconseja cuando estas situaciones ya han adquirido mayor entidad. «Cuando el caso ya está avanzado la mediación no debe emplearse porque vulnera los principios de la propia mediación, como el de una posición de igualdad que la víctima no tiene respecto a su acosador», señala Guillén, en referencia al caso de Valladolid conocido hace unos días.