«Me gusta vestir a mujeres en momentos especiales de sus vidas»

La anterior entrevistada, Silvia Ortuñez, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:

Pregunta.- ¿Qué tipo de vino le gustaría ser?

Respuesta. Un Xamprada. 

P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?

R.- Aquel que toma sus propias decisiones. En mi caso, mi madre me enseñó a ser libre. 

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Me gano la vida cosiendo. 

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Lo que soy, porque ahora mismo soy lo que quiero ser. 

P.- ¿De qué se siente más orgullosa en su vida?

R.- De la familia que he creado, tanto personalmente como profesionalmente.  

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- No. Soy muy feliz. 

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- El eterno, el que es para siempre.  

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Muy bien.

P.- Un espíritu libre al que admire.

R.- A Bernardina Álvarez, mi madre. 

P.- ¿Cuándo comienza a tener claro que se va a dedicar a la aguja y al dedal?

R.- Con 22 años. Necesitaba trabajar y acudí al viejo oficio de la familia. Empecé en el mundo de las novias.

P.- ¿Empezó como modelo?

R.- Eso fue antes, de los 17 a los 22 fui modelo en Madrid, luego me pasé a la aguja porque regresé a Ponferrada por amor. Fue entonces cuando abrí Abril Novias, mi primera tienda. Hace ya 26 años de aquella primera vez. 

P.- ¿Siempre alfombra roja y vestido blanco?

R.- Siempre. Me gusta vestir a mujeres en momentos especiales de sus vidas. 

P.- ¿Se ha clavado alguna aguja?

R.- Alguna, sí. Y me han clavado muchas…

P.- ¿Cose sin dedal?

R.- Sí, ya tengo callo.    

P.- ¿Se puede triunfar en la moda desde una ciudad como Ponferrada?

R.- Creo que soy el ejemplo de que se puede hacer algo así. 

P.- ¿Por qué Atelier?

R.- Porque es artesanal, no industrial. El atelier se hace a mano, a medida. 

P.- Si se vuelve a casar, ¿repetiría traje de novia?

R.- Sí…y marido, también.  

P.- En una boda entre dos mujeres, ¿quién lleva el vestido?

R.- Dos personas que se quieren tienen un hilo en común. Hay que encontrarlo y a partir de ahí crear los vestidos. Y no tiene que ser una femenina y otra masculina. Cada historia es un mundo diferente. 

P.- ¿Los vestidos de alfombra roja son para un solo día?

R.- Sí, por exclusividad. No podemos hacer un vestido de alfombra roja que sea en serie. Cada mujer es un mundo. 

P.- ¿El vestido de gala existirá siempre?

R.- Siempre ha existido. En España se nota que somos un país católico, es algo que influye a la hora de vestirse para una boda.  

P.- ¿Ganaría menos dinero si no existiese el glamur? 

R.- No lo sé, pero sí sé que el mundo sería menos bonito. 

P.- ¿Cómo ve en el futuro los vestidos de novia?

R.- Creo que vestimos una prenda que es tradicional porque tiene que quedar en el corazón y en el recuerdo. Así que nunca sería tan transgresora como para dejar de ser elegante con el tiempo. No me gustaría que una novia mirara hacia atrás y pensara, ‘¿cómo me pude poner esto?’. 

P.- ¿Es más de raso o de lana?

R.- De lisos porque no se pasan de moda.  

P.- Rojo, blanco y… ¿qué más colores?

R.- La paleta que favorezca a esa mujer en concreto. No me fijo en los colores que se llevan en ese momento. 

P.- ¿Cuántos puestos de trabajo ha creado su empresa?

R.- Ahora mismo generamos más de 100 empleos directos y más de 250 indirectos. 

P.- ¿Reza a la Virgen de la Encina?

R.- A la Virgen de la Encina y a la Virgen del Pilar. Soy muy creyente. Y este año hago el Camino de Santiago porque durante la pandemia hice una promesa y tengo que cumplirla.  Lo haré con mi equipo de diseño. 

P.- ¿Qué es lo que le hace más feliz de su trabajo?

R.- Hacer felices a mujeres que se sienten inseguras en un momento muy importante de su vida, conseguir quitarles esos miedos. 

P.- Déjeme una pregunta para el próximo invitado. 

R.- ¿Qué deseo le falta por cumplir?