Espíritus libres | Silvia Ortuñez - Sumiller
«El Duero es importante, pero no lo es todo en materia de vino y enoturismo»
Sus apellidos la delatan: olmedana y pedrajera. Nieta de María y Pedro, los de la cantina de María, en Olmedo. Ahí siguen los suyos en la hostelería. Ese fue el cimiento. Estudió y trabajó duro. Consiguió convertirse en sumiller profesional en la Cámara de Comercio de Valladolid. Diplomada en Viticultura y Enología. Miembro de “los truchas”, saborea las mieles del éxito. Es la sumiller más demanda en catas, guías, jurados y restaurantes de prestigio. Silvia sigue creciendo desde que en 2020 fuese campeona de sumillería de CyL. Hoy, en la sala del Kabuki, en Madrid
¿Crees que el turismo rural es el futuro de los pueblos?
Respuesta. Sí, pero espero que los responsables luchen porque no solo sea eso.
P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?
R.- Alguien que se enfrenta a sus miedos y lucha por cumplir sus sueños.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Transmitiendo mi pasión, defendiendo nuestras raíces. Soy sumiller.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- No me gustaría dejar de ser quien soy.
P.- ¿De qué se siente más orgullosa en su vida?
R.- De tener necesidad de defender el pasado. Y de valorar las pequeñas cosas.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- No dejar de soñar.
P.- ¿Qué es para usted el amor?
R.- El hilo conductor de la vida.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Muy bien. Y espero que él conmigo, también.
P.- Un espíritu libre al que admire.
R.- Félix Ortuñez, mi padre, porque nunca se rinde.
P.- ¿Cómo comenzó su relación con el mundo de la hostelería?
R.- Mis padres abrieron una cervecería y empecé a trabajar con ellos. Allí me di cuenta de que mucha gente pedía una cerveza porque no sabía qué vino pedir. No podía comprender cómo algo tan nuestro podía dar miedo. Así que decidí que tenía que hacer algo.
P.- ¿Qué es el vino?
R.- Un ejemplo para cualquier situación de nuestra vida.
P.- ¿El sumiller manda en sala o es un adorno en plantilla?
R.- El sumiller asesora y transmite.
P.- ¿Qué vino bebería el Caballero de Olmedo?
R.- Un vino elaborado entre Medina y Olmedo.
P.- Tiene ADN de Pedrajas y de Olmedo…
R.- Una abuela mondadora de piñones y pedrajera y un padre de Olmedo. Ser de “los truchas” y de la villa del Caballero y del mudéjar imprime carácter.
P.- ¿Es verdad que en Olmedo se puede tocar el mudéjar con las manos?
R.- En el Parque Temático del Mudéjar. Aún recuerdo cuando Félix puso los ladrillos diminutos para cada obra de arte.
P.- ¿Alguna vez piensa en volver?
R.- Volver es la asignatura pendiente. Pero antes quiero dejar claro que mi tierra tiene mucho que ofrecer fuera.
P.- ¿Sigue teniendo un tesoro divino?
R.- Por supuesto. Es la tienda de mi familia, en la que se comparte historia líquida con los clientes y se transmite el amor por este producto.
P.- Forma parte del prestigioso panel de cata de la Guía Gourmet, ¿puntúa más a los vinos de su tierra?
R.- Catamos a ciegas. Pero cuando detectas, por sus registros sensoriales, algún vino de la región o una bodega del entorno de Olmedo, es una sensación de orgullo.
P.- ¿Para cuándo el Master of Wine?
R.- Para mí, el mayor título es el respeto de mis compañeros. Para hacerlo necesitaría más tiempo y dinero.
P.- ¿Aburrimos al visitante con el enoturismo?
R.- Creo que tenemos que dejar de contar el vino e intentar que la gente sienta el vino. Un vino es una historia y tenemos que transmitir la tradición, el lugar de dónde procede.
P.- Dígame cuatro variedades de uva de Castilla y León con gran influencia.
R.- Tempranillo, verdejo, mencía y tinta de Toro.
P.- ¿Y cuáles pueden irrumpir en breve?
R.- Entre otras, la albarín en León, la rufete de Salamanca o la garnacha en Cebreros.
P.- ¿El Duero lo es todo?
R.- El Duero es importante, pero en materia de enoturismo no lo es todo. Mi río es el Eresma y riega mucho viñedo también.
P.- ¿Un verdejo a 4 euros es un pecado?
R.- No me atrevería a llamar pecador a nadie, pero sí me gustaría que el consumidor final valore el esfuerzo de la elaboración de ese vino. Y al elaborador, el respeto por el campo. En el mercado tienen cabida todos los precios. Un niño de cinco años y un señor de 50 tienen el mismo derecho a expresarse. Eso sí, depende de qué versión quieres oír.
P.- ¿Ha llegado el momento de dejar de triplicar el precio del vino en las cartas del restaurante?
R.- Sí, ha llegado el momento de dejar que el consumidor consuma.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo invitado.
R.- ¿Qué tipo de vino te gustaría ser?