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Picos de Europa sopesa crear cupos en la ruta del Cares como en Gaztelugatxe y Caminito del Rey

Un estudio sitúa en 77 personas por hora el número máximo de accesos / Medio Ambiente se posiciona a favor de regular la afluencia pero no impondrá ninguna medida: ya las evalúa con ayuntamientos y hosteleros

Visitantes recorren la ruta del Cares, en el Parque Nacional Picos de Europa. / Eduardo Margareto (ICAL)

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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¿Cuántas personas caben en la Senda del Cares? Un estudio señala que no deberían entrar más de 77 cada hora para garantizar un recorrido satisfactorio, seguro y respetuoso con el entorno. A partir de ahí, se masifica. Y eso es lo que de hecho sucede casi una cuarta parte de los días del año. Por sistema, cada verano y Semana Santa. Así lo recoge un pormenorizado informe que recomienda, entre otras medidas, restringir el acceso a esta espectacular ruta natural de once kilómetros entre Caín y Poncebos, creando un sistema de cupos diarios y cita previa como el que ya funciona en espacios protegidos como en el vizcaíno San Juan de Gaztelugatxe o el malagueño Caminito del Rey.

La pelota está ahora en el tejado de los gestores del Parque Nacional. Asturias, Cantabria y Castilla y León tienen que decidir si implantan o no las medidas contenidas en ese estudio que ellos mismos encargaron a la federación independiente Europarc. Las conclusiones fueron presentadas a finales de diciembre en la última reunión del Patronato, con presencia de las tres autonomías. 

Los resultados dejan fuera de toda duda la conveniencia de frenar la creciente presión turística que soporta el enclave. Otra cosa es cómo y cuándo. Por lo pronto, la Junta se posiciona «partidaria» de poner coto a los accesos, al menos, «en los meses de más afluencia». «La regulación es necesaria. Si no ponemos límite, hay días en que la carretera que baja a Caín se satura. No podemos mirar para otro lado» , resume José Ángel Arranz, director general de Patrimonio Natural. La experiencia en otros parques –continúa– demuestra «que regular la acogida de visitantes siempre es favorable» pero advierte de que «eso no significa que todas las propuestas formuladas puedan ser implantadas» . «Se deben analizar con los ayuntamientos y sectores implicados», añade.

La postura oficial es ahora abiertamente a favor de introducir limitaciones, frente a la reticencia expresada hace sólo dos meses por dos consejeros, los de Economía y Medio Ambiente. En diciembre ambos rechazaron prohibir la entrada al Cares respondiendo a la actuación de oficio promovida por el Procurador del Común, que planteaba limitar la afluencia y restringir la entrada a niños y animales de compañía, en la misma línea del nuevo estudio. «No lo contemplamos hoy», aseguró el portavoz Carlos Fernández Carriedo, al entender que aquí no se dan las aglomeraciones que sí se registran en otros puntos, como los lagos de Covadonga. Su homólogo Juan Carlos Suárez-Quiñones también rechazó restringir los accesos porque eso supondría «limitar la llegada de personas al medio rural, la promoción turística y la actividad económica», informó entonces Ical.

Poner coto al peregrinaje de turistas es una posibilidad controvertida que divide a visitantes, vecinos y operadores turísticos; estos últimos ven en la regulación una posible amenaza a sus negocios. Por eso cualquier iniciativa requiere mucha pedagogía antes de ser implantada.

Y eso es lo que plantea el director general de Patrimonio Natural. «La primera actuación que corresponde ahora a las Administraciones gestoras del parque es analizar estas propuestas con los representantes municipales y con el resto de actores de estos pueblos, especialmente con los que mas pueden verse afectados, como la hostelería, las empresas de actividades de naturaleza, transportistas, comerciantes etc. No se van a imponer medidas en contra de los vecinos de esta zona. Sí se tratará de explicar el alcance de las medidas de regulación, la forma de implantarlas y las posibles ventajas que esto tenga», puntualiza.

«Si un día llegan 5.000 personas, esos visitantes no disfrutan de la experiencia, seguramente no vuelvan y aumenta el riesgo de accidentes», relata. Pero, además, prosigue Arranz, es que el sector «tampoco puede dar un servicio» a ese volumen de turistas en un sólo día, porque no tiene tanta capacidad de acogida. «A partir de cierto número de visitantes, se generan más problemas que beneficios», resume.

¿Y cuál es ese número? El estudio de Europarc calcula que en invierno el acceso debería limitarse a un máximo de 770 personas , en primavera y otoño hasta las 924 y en verano (por el mayor número de horas de luz) llegar como mucho a los 1.078. Esos son los umbrales para evitar la masificación, una percepción que refieren la mayoría de los visitantes encuestados para este informe. Según los datos registrados en 2022 , esa capacidad se sobrepasó el 23% de los días, con picos de hasta 4.000 personas en las jornadas festivas de Semana Santa. Cuatro veces más de lo recomendable.

«Los propios vecinos no están cómodos cuando se satura su pueblo y no pueden entrar», remacha Arranz. El objetivo, prosigue, «no es reducir el número de visitantes; al contrario, queremos que ese número crezca, pero de forma ordenada» a lo largo los doce meses.

Establecer cupos diarios y un sistema de cita previa como propone el estudio de Europarc «es una posibilidad», explica Arranz. Los umbrales propuestos son «suficientemente elevados para tener a la hostelería al completo», indica al insistir en que la regulación persigue «desestacionalizar» la afluencia para que la visita sea más «regular, sostenible y respetuosa con los elevados valores naturales del entorno».

La dirección general de Patrimonio Natural ya se ha reunido con el ayuntamiento de Posada de Valdeón y mantendrá más reuniones con los vecinos de la zona durante estos meses . Asturias también hará lo propio con la idea de consensuar las propuestas entre las autonomías gestoras antes de verano.

Recuerda Arranz que en Castilla y León ya existen limitaciones de acceso en otro paraje natural, en la plataforma de Gredos: cuando se llena el aparcamiento se veta la subida de coches. La llegada de vehículos es, de hecho, uno de los principales problemas también en el Cares. Y limitar su entrada es otra medida que está sobre la mesa para una «regulación indirecta» de la llegada de visitantes. 

Más aparcamientos en Caín

El estudio de capacidad de Europarc constata que el 88% de los senderistas llegan en coche particular . Y pueden estacionar «a pocos metros del inicio de la ruta, con los consiguientes problemas de circulación, masificación e inseguridad que esto conlleva», al impedir el acceso de vehículos de emergencia al helipuerto o la entrada de efectivos de rescate como ambulancias, bomberos o protección civil. En caso de incendio «sería muy difícil evacuar a todas las personas» o «socorrer a un accidentado» , describe el informe. Por eso lanza varias propuestas, como cerrar el acceso de forma progresiva, hasta los 790 metros por la parte asturiana, acondicionar más plazas de en Arenas de Cabrales y Caín y mejorar el transporte público, con lanzaderas desde Posada y Arenas.

El casco urbano de Caín cuenta con apenas 30 plazas. Los usuarios que acceden por la vertiente leonesa suelen aparcar en los prados del núcleo, «uno de ellos gratis, y otros que alquilan sus dueños», así como en estacionamientos de restaurantes de la zona. «La administración del parque nacional podría alquilar, en épocas de mayor demanda estos prados a los lugareños, habilitando las zonas para poder estacionar los vehículos de forma ordenada y segura», propone Europarc, lo que permitiría ampliar en otras 100 o 200 las plazas para vehículos privados.

Bus lanzadera 

Otra clave es reforzar el transporte público con la puesta en marcha de vehículos lanzadera, eléctricos, desde Posada de Valdeón. «Para ello sería necesario contar con vehículos adaptados» dada la estrechez de la carretera que comunica Posada con Caín. La propuesta pasa por una «frecuencia adecuada de buses» y añadir plazas de parking también en Posada de Valdeón para cubrir la demanda, «ampliando la actual área para caravanas y acondicionando otras zonas del núcleo urbano».

«Esto redundaría en un aumento de las visitas y de la estancia de los visitantes en el núcleo urbano de Valdeón, con el consiguiente aumento del gasto y de la actividad económica» en restauración y comercios.

Transporte circular desde Cangas

Covadonga, la ruta del Cares y Fuente Dé son los tres puntos que soportan la mayor presión del Parque Nacional. Repartir esa demanda hacia otros enclaves es otro de los objetivos planteados, a través de una «movilidad sostenible» que circunde el parque nacional. «El servicio de autobuses aquí propuesto, partiría de la estación de autobuses de Cangas de Onís en dirección a Oseja de Sajambre, Posada de Valdeón, Potes, Tama, La Hermida, Urdón, Panes, Arenas de Cabrales y vuelta a la estación de Cangas». El actual servicio de transporte público que hace esta ruta entre Caín y Poncebos, «solo tiene dos servicios diarios, uno a las 12 horas y otro a las 17, y sólo durante pocas semanas en temporada alta». 

Áreas de acogida

El diagnóstico de la ruta concluye que «la actual imagen que se ofrece» tanto en la entrada por Caín como por Poncebos «no es acorde con los estándares de calidad y de prestación de servicios que se espera de un Parque Nacional». Propone acondicionar ambas zonas como áreas de acogida de visitantes. En Caín, el actual punto de información debería mover su ubicación actual hacía el área con mesas y sombra, instalar sanitarios portátiles y un punto de agua potable, disponer un sistema de acceso y control. Además, «el punto de información de Caín debe abrir al público muchos más días de lo que lo hace en la actualidad».

Niños, perros y bicis

El estudio de capacidad en la Senda del Cares es un análisis profundo de 150 páginas con datos de encuestas, accesos, aforamientos de coches y numerosas medidas a considerar. Además de las señaladas, emplaza a los gestores a arreglar los desperfectos en el pavimento para evitar caídas y resbalones, varias actuaciones de limpieza, mejorar la seguridad del túnel, prohibir dos senderos peligrosos y poner balizas de madera orientativas cada kilómetro.

Las encuestas revelan que el 18% desconocía estar dentro de un espacio protegido con ciertas restricciones al uso público. Por eso se propone mejorar la señalización y la información. Por ejemplo, coincidiendo con lo propuesto en diciembre por el ‘defensor del pueblo de Castilla y León’, en lo relativo al tránsito en bici o con animales sueltos, que generan situaciones de peligro. Y porque se promociona como una ruta familiar «y no lo es». «No es una senda para realizar con niños o personas muy mayores», sostiene el estudio. O para disuadir a los visitantes de dar comida a las cabras cimarronas, que al estar acostumbradas acosan a los visitantes metiendo la cabeza en sus mochilas.

Considera que los servicios técnicos «deberían realizar una cartografía de riesgos por desprendimiento de rocas» y, siempre que sea posible, «instalar mallas metálicas». «Esto evitará muchos accidentes».

También plantea cambiar el nombre: en lugar de Senda del Cares llamarla Ruta del Cares. «Muchos usuarios, sobre todo extranjeros, se han quejado del nombre del camino. Parece ser que la senda es conocida, por una inmensa mayoría, como Ruta del Cares», lo que «da origen a confusión. 

Asturias envía en dos días lo que CyL retiene desde hace 50

La solicitud de información sobre la Ruta del Cares evidencia e l dispar compromiso con la transparencia entre unas administraciones y otras. Este periódico pidió a la Junta una copia del ‘Estudio de capacidad de acogida de la Senda del Cares’ a través del portal de transparencia el pasado 22 de diciembre. Transcurridos 50 días, la consejería de Medio Ambiente aún no ha contestado, superando ampliamente el plazo legal de un mes para hacerlo . Y eso es lo habitual en la práctica de la Junta. 

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Esa demora contrasta con la celeridad de otras administraciones. El pasado martes, este periódico envió la misma petición al Ministerio de Transición, competente también en la materia por acoger el Organismo Autónomo Parques Nacionales. Al día siguiente, el Ministerio respondió para indicar que remitía nuestra petición a Asturias. Y dos días después, el director asturiano del Parque Nacional remitía el informe.