Los dinosaurios de Salas de los Infantes reclaman su sitio
Siete razones de toneladas de peso, especies propias, argumentan el carácter patrimonial de este rincón de la localidad burgalesa. En 30 años de investigación, con fondos limitados, han descrito tres especies de dinosaurios, un lagarto, una tortuga y dos tipos de huellas únicas
- Demandasaurus, el primero de Laurasia
- Europatitan, el vaquero más alto de Europa
- Vegagete, el más pequeño de los Gigantes de la Demanda
- Arcanosaurus ibericus
- Larachelus Morla, la tortuga más antigua de Salas
- La huella de Iniestapodus burguensis
- Huellas en relieve, el paso de Atila
La sierra de la Demanda es Tierra de Dinosaurios. Ya reza en más de un emblema en la comarca que, desde siempre, encontraba piedras raras y grandes huesos al arar la tierra. Así llegó uno de los húmeros de Torrelara , la última zona que ha excavado el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (CAS) . Un grupo incansable de vecinos, apasionados del mundo de los dinosaurios que empezaron a finales en 2002 a preocuparse por lo que allí aparecía. Se han formado, doctorado y encabezan publicaciones de prestigio dedicándose a tiempo parcial a un proyecto que no termina de encontrar el cauce para seguir creciendo.
La Junta de Castilla y León ultima la tramitación de la Ley de Patrimonio que desgaja los restos paleontológicos no vinculados al hombre del carácter de bien patrimonial. Los cientos de restos de los Dinosaurios de Salas ; la eterna ampliación necesaria del Museo de los Dinosaurios donde se expone un 10% de lo que tienen; y la ampliación de la zona de restauración y estudio que lastra el trabajo científico de los restos que se prolonga durante décadas pasan al área de Medio Ambiente. Como si de un parque natural y una casa del parque se tratara.
Sobre la mesa siete holotipos, fósiles que identifican una especie por primera vez en el mundo , y 30 años de trabajo buscan ese reconocimiento que nunca llega. «No estamos en ninguna lista de prioridades, pero tampoco de cuestione secundarias», lamenta el director del Museo de los Dinosaurios y coordinador de los trabajos científicos y de excavación, Fidel Torcida. Pero siguen ofreciendo resultados. Estos son los dinosaurios cuyo esqueleto podría levantarse en un museo de más de 10 metros de altura y que reivindican el rico patrimonio que podría levantar toda una comarca marcada por la despoblación.
1.- Demandasaurus, el primero de Laurasia
En 2002 el CAS, iniciaba los trabajos en la Tenada de los Vallejos II en la zona de La Revilla-Ahedo en el municipio de Castrillo de la Reina. Aquel yacimiento cambiaría su perspectiva sobre la riqueza paleontológica de la comarca y el potencial de los dinosaurios de la Sierra de la Demanda.
Las excavaciones, que contaron con financiación de la Junta de Castilla y León en algunas campañas, finalizaron en 2004. Se obtuvieron 600 piezas fósiles de lo que en 2012 se describió como el único rebaquisaurio de Laurasia que es el supercontinente que hace más de 129 millones de años unía los continentes de Europa, Asia y América del Norte. Es el primer saurópodo diplodocoide del Cretádico descrito en la península ibérica. Y es la insignia de los Dinosaurios de la Sierra de la Demanda. Es Demandasaurus Darwini, el gigante que honra con su nombre a la Sierra de la Demanda donde se encontró y al pope de la evolución, Charles Darwin. Es clave para identificar el movimiento migratorio de gigantes entre los megacontinentes de hace millones de años.
2.- Europatitan, el vaquero más alto de Europa
Hace 125 millones de años, en una sierra de la Demanda plagada de agua y amplia vegetación, paseaba un titán. El Europatitan eastwoodi. En el yacimiento de el Oterrillo II, que se excavó desde 2004 a 2006, están los fósiles casi intactos , que revelan la existencia de este gigante. Pero, también, ha registrado su final. Fue devorado por carnívoros que se dejaron en el proceso de carroñeo hasta los dientes.
Cuenta con nueve rasgos propios en los fósiles descubiertos. Tenía un cuello que podría alcanzar los 16 metros de altura, una longitud de 27 metros y un peso de 35 toneladas. La revista PeerJ publicó su descripción como nuevo holotipo en 2017. Sus piezas se conservan en el museo, pero no se pueden ver. Una recreación virtual permite pasear entre estos gigantes, pero la exposición con su estructura esquelética montada es imposible sin una nueva gran instalación.
3.- Vegagete, el más pequeño de los Gigantes de la Demanda
La imagen del pie de este Rhabdodontomorpha frente a un pie humano sorprende. Cuando se habla de dinosaurios se piensa en grande. Pero no. Vegagete, llamado así porque los restos de seis individuos que se recuperaron en este yacimiento de Villanueva de Carazo en 1999 , era del tamaño de una mascota. La revisión de los 300 fósiles de este ornitópodo, que medía tanto como un Fox Terrier, no podría haber superado los 30 centímetros de altura, en su etapa juvenil y podrían haber alcanzado entre 60 y 70 centímetros al crecer. Es el dinosaurio ornitópodo más pequeño que se conocía en el momento de su definición en la revista Cretaceous Research hace prácticamente un año.
Este pequeño entre gigantes tenía un desarrollo evolutivo propio en el que caminaba sobre cuatro patas en sus primeros años de vida pero acababa siendo bípedo con unas patas especialmente esbeltas. Era herbívoro y podía correr muy rápido pero no grandes distancias lo que le permitía buscar lugares y esconderse en el peligroso mundo de gigantes de hace 125 millones de años en las riberas de los lagos de la Demanda del Cretácico.
4.- Arcanosaurus ibericus
En el año 1990 Javier Izquierdo Molinero dirigía una excavación en el yacimiento Viajete, en la localidad de Villanueva de Carazo. Se localizaron en aquella expedición un total de 29 vértebras en un buen estado de conservación . Los restos se donaron al Museo de Salas donde estuvieron guardados durante tiempo. «Eran una joya sin clasificar y un enigma durante años, sabíamos que eran escamosos y poco más», recordaba en la presentación de la publicación científica del hallazgo el director del Museo de Dinosaurios de Salas, Fidel Torcida.
20 años pasaron hasta que el enigma empezó a resolverse. Los fósiles del Cretácico Inferior se parecían a la familia de los denominados escamosos, reptiles, y poco más. Es una especie de la familia de los varanoideos, ancestros del dragón de Komodo y que evolucionaron después hacia los grandes lagartos acuáticos de 15 metros. Con sus 125 años, es el varanoideo más antiguo y una especie única. El Arcanosaurus Ibericus, el lagarto misterioso ibérico que reivindica su lugar.
5.- Larachelus Morla, la tortuga más antigua de Salas
Esta tortuga de hábitos terrestres se arrastraba por la Demanda en el Cretácico Inferior. Está datada en entre 140 y 120 millones de años. Esta especie, publicada en Journal of Vertebrate Paleontology, se obtuvieron restos del caparazón tanto de la parte dorsal, denominada espaldar, y de la parte central, denominado peto. Estas dos partes presentan características únicas que convierten a este antepasado lejano de las tortugas marinas de las galápagos o las tortugas terrestres.
La diversidad de este tipo de tortugas del cretácico está muy presente en la cordillera ibérica. Y Larachelus morla, que debe su nombre a la leyenda de los Siete Infantes de Lara y a la famosa tortuga Morla del libro de La historia interminable . El análisis que determinó su holotipo fue realizado por Adrián Pérez (Universidad Complutense de Madrid) y Xavier Murelaga (Universidad del País Vasco) y se publicó en 2010.
6.- La huella de Iniestapodus burguensis
Tres yacimientos (Sereas 3, Sereas 7 y Sereas 8) cuentan con huellas de Iniestapodus en tres afloramientos rocosos de un complejo, el de las Sereas, que cuenta con un millar de huellas entre Cubillejo de Lara y Mambrillas. Destacan las icnitas a las que da nombre el jugador de fútbol Andrés Iniesta, cuyo gol dio un mundial a España, y apellido la provincia en la que se encuentra.
Estas tres áreas de las Sereas están muy cerca de Torrelara, zona muy rica en fósiles y que se ha excavado en los últimos años ofreciendo, entre una gran variedad de restos, dos saurópodos braquisaurios . ¿A quién podrían pertenecer las singulares huellas de las Sereas? A un saurópodo braquiosaruio. ¿Podría ser el mismo? Hay que seguir excavando e investigando para saber.
7.- Huellas en relieve, el paso de Atila
Que los humedales de la zona de Salas de los Infantes y alrededores fueron una autopista en el Cretácico ya no es una sorpresa habida cuenta de la riqueza paleontológica registradas en sus yacimientos . Pero, además de los fósiles cuentan con unas huellas únicas. Las de Costalomo son un ejemplo. Se han registrado unas 239 huellas de diferentes especies : 11 de terópodos, una de terópodo aviano, otra de ornitópodo, dos de saurópodos y otras cinco sin determinar su especie.
Pero lo más singular son las icnitas en 3D que quedaron esculpidas por la tierra en Costalomo hace 125 millones de años. Se trata de 12 huellas ce tres dedos esbeltos acabados en garras que quedaron impresas y rellenas en un intenso paseo por las charcas de salas . Estas huellas pertenecieron a un dinosaurio carnívoro de 10 metros de longitud y cuatro de altura cuya cadera estaba a tres metros del suelo. Miden entre 65 y 75 centímetros, el paseo determina que da pasos cortos, lentos «quizás acechando» a alguna presa. De ahí que el CAS lo denominara Atila porque debía ser «un auténtico azote entre las faunas de dinosaurios herbívoros de los que se alimentaba». El registro en tres dimensiones es único en el mundo.