Ciudad Rodrigo pone en pie el coso taurino para el Carnaval
Fue declarado Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial el pasado mes de julio y el montaje de los tablaos alberga más de 200 vecinos voluntarios
Los vecinos de Ciudad Rodrigo trabajan, desde primera hora de este sábado, en el montaje de los tablaos que configuran el coso taurino durante el Carnaval del Toro , que se celebrará del 9 al 13 de febrero. Después de que la pasada semana comenzase el montaje de la plaza de toros por parte de los operarios municipales, hoy han sido los mirobrigenses quienes han arrimado el hombro para vestir de gala la Plaza Mayor de la ciudad.
El coso taurino fue declarado como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial por parte de la Junta de Castilla y León el pasado mes de julio. Un reconocimiento encaminado a preservar “sus valores patrimoniales como singular ejemplo de arquitectura efímera que se monta y se desmonta íntegramente cada año de manera artesanal", según explicó la Junta, informa Ical.
Desde el siglo XV, la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo fue el referente taurino y el enclave oficial para la celebración de todo tipo de festejos, un coso que se monta cada año y supone un patrimonio vivo que se transmite de generación en generación. Siguiendo el escrito de la Junta, son los mirobrigenses, organizados en diferentes gremios, quienes se encargan con la experiencia de cientos de años de la construcción de un “entramado perfecto y seguro” de vigas, tablas, largueros, forros o cuñas, todo bien aferrado con las conocidas puntas de ‘veinte-ciento’ y alguna otra brida y constituido por 47 tablaos y cinco puertas. Los tablaos son previamente subastados de forma popular.
El coso taurino de forma cuadrangular , de aproximadamente 955 metros cuadrados, con 55 metros de largo y 18 de ancho, está formado por cinco puertas y cuarenta y siete tablaos o barreras. El tradicional proceso constructivo del coso taurino, salvando las diferencias existentes entre los diferentes tablaos, se ejecuta siguiendo unas pautas perfectamente definidas, a fin de garantizar la estabilidad de la estructura durante los festejos del Carnaval.
A este ancestral ritual que constituye el montaje de la plaza acuden cada año, según la Junta, más de 200 vecinos , participando en ocasiones hasta tres generaciones de una misma familia, siendo la participación de los jóvenes la garantía de la trasmisión de esta tradición a futuras generaciones. Fruto de esta cohesión y vinculación social, se consigue levantar, en poco más de tres días, la tradicional plaza de madera.