Castilla y León concentra uno de cada cuatro ‘puntos negros’ por accidentes con animales
El Ministerio instala nuevas señales destellantes en los 36 tramos de la red estatal con mayor accidentalidad en la región, con 799 incidentes en cinco años / Cinco están en autovías y 31 en nacionales / Suman 50 kilómetros
El Ministerio de Transportes ha identificado en toda España 150 tramos de su red de carreteras con alta frecuencia de accidentes por la presencia de animales y 36 están en Castilla y León, una cuarta parte . En todos esos puntos ha instalado unas nuevas señales con focos destellantes para advertir al conductor sobre la posibilidad de que un animal se cruce en su camino. Y, a su vez, para cumplir con su responsabilidad legal de señalar los enclaves de mayor accidentalidad y evitar posibles reclamaciones de daños.
Son los llamados ‘tefiva’ o tramos con especial frecuencia de incidentes viales con implicación de animales , un listado con los 150 intervalos de más de un kilómetro que cumplen dos requisitos: en los últimos cinco años (con datos del periodo 2017-2021) han registrado al menos diez incidentes de este tipo y alguno de ellos ha ocasionado un accidente con víctimas.
Esos ‘puntos negros’ suman 205 kilómetros en toda España. Pese a suponer una pequeña porción de la red estatal (representa el 0,8% de los más de 26.400 kilómetros de ‘asfalto’ gestionado por el Estado) concentraron 3.200 incidentes durante el citado lustro . En esos tramos se registró el 21% del total de accidentes por presencia de animales que dejan víctimas. Es decir, uno de cada cuatro siniestros con daños personales sucede en alguno de estos ‘puntos negros’.
Esos 36 enclaves de Castilla y León que figuran en el listado suman 49,8 kilómetros , lo que convierte a esta autonomía en la primera del país tanto por el número de puntos de riesgo como por los kilómetros de riesgo; en ambos casos representan el 24% del conjunto nacional. Le siguen Cataluña (con 25 tramos), Aragón (20), Valencia (15), Andalucía y Castilla-La Mancha (ambas con 13). A continuación se sitúan Asturias y Galicia (con nueve cada una), Cantabria y La Rioja (cuatro ambas) y Murcia (dos).
Atendiendo al número de incidentes, en esos 36 intervalos de Castilla y León se registraron 799 en total , de nuevo, una cuarta parte sobre los 3.200 de todo el país, según datos facilitados por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
Aunque en el conjunto de España este tipo de accidentes tienen una baja representatividad (y los que ocasionan víctimas mortales no llegan al 1%), en la extensa Castilla y León los siniestros con implicación de un animal son los más habituales en la red de carreteras , por encima de los que se desencadenan por una distracción del conductor. El año pasado alcanzaron el 66% de todos los accidentes registrados en la Comunidad (dos de cada tres). Y la proporción aumenta hasta el 84% en la provincia de Soria, que es la primera del país en número de accidentes con animales. En Burgos, también a la cabeza nacional, representan el 75% y en Palencia, el 70%.
A continuación se sitúan León (65%), Zamora (62%), Segovia (61%), Valladolid (53%), Ávila (51%) y Salamanca (47%), según datos de la DGT.
A la vista de esa frecuentación de accidentes en Soria, llama la atención que sólo exista un tramo ‘tefiva’ en esta provincia, en concreto, en la N-111, a la altura del municipio de Almarza.
Burgos es la que tiene más tramos en el listado (11), seguida de León (7), Zamora (7), Ávila (3), Valladolid (3), Salamanca (2), Segovia (2) y Soria (1).
La nueva señalización para estos tramos consiste en un triángulo reglamentario de advertencia por peligro de paso de animales en libertad al que se añaden en sus vértices tres focos destellantes «de forma que los usuarios podrán identificar claramente que están circulando por uno de estos tramos y tomar las debidas precauciones», según la descripción del proyecto. Equipadas con baterías o placas solares para poder emitir luz, también incorporan un panel indicativo de la longitud afectada por dicho tramo . Los focos destellantes funcionan durante las horas nocturnas y crepúsculo para llamar más la atención del conductor. El proyecto contempla, adicionalmente a esta señalización, la adopción de «otras medidas complementarias si así se considera necesario, tras el análisis pertinente.
En aquellos tramos que miden menos de dos kilómetros, se ha instalado una señal al principio y otra al final, tanto en carreteras convencionales como en vías de alta capacidad. Aquellos intervalos que superan los dos kilómetros de longitud pueden incluir de manera adicional otro par de señales en la zona intermedia a modo de recordatorio, sin focos pero con el panel indicativo de la distancia restante hasta el final del intervalo peligroso . Cuando coinciden varios tramos consecutivos, se han agrupado en un mismo intervalo a efectos de su señalización, de modo que los 125 puntos identificados se traducen sobre el asfalto en 136 intervalos a señalizar en España. Suman 216,6 kilómetros.
La previsión del proyecto era finalizar la señalización en «octubre de 2023» y desde el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible confirman que en Castilla y León ya se ha ejecutado toda la señalización prevista.
A partir de ahora y de forma periódica (al menos cada cinco años) se llevará a cabo una nueva identificación de este tipo de tramos «para actualizar la relación y la adopción de las medidas oportunas»
CINCO AUTOVÍAS
Por tipos de vía, 107 de los 150 tramos ‘tefiva’ del país corresponden a carreteras convencionales y los 43 restantes, a vías de alta capacidad, en el caso de estas últimas pese a las delimitaciones para evitar la irrupción de animales en la vía. En Castilla y León, 31 se sitúan en vías nacionales y cinco en autovías.
En concreto, las autovías con mayor riesgo de accidente por animales son la A-1 , a la altura de Bahabón de Esgueva, en Burgos; la A-6 a la altura de Gutierre-Muñoz (Ávila) y de Bembibre (León); y la A-66 , en Béjar y Nava de Béjar, ambos en la provincia de Salamanca.
el doble de accidentes
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible reconoce que «el aumento de la población de la fauna salvaje en nuestro país» está incrementando en los últimos años la accidentalidad con implicación de animales.
En Castilla y León, la autonomía más extensa del país y zona de paso de transitadas vías nacionales, estos accidentes se han duplicado en la última década, pasando de los 6.600 registrados en 2012 hasta los 12.500 del año pasado , según datos de la DGT.
Con la elaboración del registro ’tefiva’, el Ministerio establece un «procedimiento sistematizado y homogéneo» para toda la red estatal de carreteras de identificación de tramos «donde hay una constancia fehaciente de existencia de paso frecuente de animales y riesgo de que puedan provocar accidentes de circulación con drásticas consecuencias».
La nueva señalización se añade a otras actuaciones de la Dirección General de Carreteras, según detalla el proyecto del Ministerio, que trabaja «para evitar o reducir el riesgo de este tipo de accidentes» con el «objetivo prioritario de mejorar las condiciones de seguridad en las vías de su competencia». Y cita, por ejemplo, «actuaciones tales como construcción de pasos de fauna , en aquellos lugares donde de acuerdo con los estudios correspondientes así se recomienda en la declaración de impacto ambiental de las carreteras; el vallado de las márgenes de las autovías y autopistas; mantenimiento del estado de las vallas para reponer roturas o huecos realizados en la misma; despejes o desbroces de unas franjas en los laterales de las carreteras (en las márgenes de las carreteras convencionales), para facilitar la percepción anticipada por parte de los conductores de la posible presencia o irrupción de animales tratando de cruzar la calzada; e incluso la instalación de señalización de advertencia de peligro por posible cruce de animales».
RESPONSABILIDAD LEGAL
Con esta señalización, el Ministerio, además de velar por la seguridad del conductor, puede eximirse de la responsabilidad de los atropellos registrados en estos tramos por especies cinegéticas ante posibles reclamaciones por daños al titular de la vía.
La ley establece que, a priori, recae en el conductor la responsabilidad en accidentes de tráfico por atropellos de especies cinegéticas , sin que pueda reclamarse por los daños ocasionados. Y añade que será responsable el titular del aprovechamiento cinegético o el propietario del terreno cuando el accidente sea consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes de aquél. Y, también, «podrá ser responsable el titular de la vía pública si es consecuencia de no haber reparado la valla de cerramiento en plazo , en su caso, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentalidad por colisión de vehículos con los mismos».
Así lo establece el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Y a esa ley se remite este proyecto de señalización, al indicar que «a todos los efectos», los puntos ‘tefiva’ «son los considerados como los tramos con alta accidentalidad por atropellos de especies cinegéticas» en su disposición adicional séptima.
Un tramo de la N-122 suma 53 incidentes
Un tramo de 1.800 metros de asfalto en la Ribera del Duero vallisoletana es el tramo más conflictivo de la red estatal de carreteras en Castilla y León por la irrupción de animales. Se encuentra en la N-122 a su paso por Quintanilla de Arriba –frente a la legendaria bodega Vega Sicilia– y acumula 53 incidentes en cinco años.
Los datos facilitados por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible computan un total de 799 incidentes en los 36 puntos ‘tefiva’ o tramos con especial frecuencia de incidentes viales con implicación de Castilla y León. Y el que acumula un mayor número de casos es este enclave del punto kilométrico 320,6 de esta carretera nacional que alberga el sueño eterno de convertirse en Autovía del Duero.
El segundo puesto lo ocupa otro enclave de esta misma vía, a la altura de Castrillo de Duero, último municipio de la provincia vallisoletana antes de traspasar la ‘frontera’ con Burgos, con 47 incidentes registrados en 2017 y 2021, que es el periodo considerado para la elaboración del listado de estos ‘puntos negros’ por parte de la Dirección General de Carreteras.
Esta carretera N-122, que hilvana Castilla y León junto al Duero, tiene en total seis enclaves en el listado ‘tefiva’, con un par en Burgos y otros dos en Zamora.
El tercer punto se sitúa en un tramo de autovía, en concreto la A-6 a la altura del municipio leonés de Bembibre, con 36 incidentes registrados en cinco años a lo largo de apenas un kilómetro y medio de la Autovía del Noroeste.
Por provincias, Burgos es la que tiene más tramos ‘tefiva’ (11) y también la que acumula mayor número de incidentes, con 226 en los últimos cinco años. Le siguen León, con 164 incidentes en sus siete tramos;Zamora, con 133 incidentes en sus siete tramos;Valladolid, con 131 incidentes en sus tres tramos;Ávila, con 51 incidentes en tres puntos; Segovia, con 46 en dos enclaves;Salamanca, con 25 incidentes en sus dos intervalos, y Soria, con 23 incidentes concentrados en un único punto de su territorio.