ESPÍRITUS LIBRES | Julio González. Escritor y agricultor
«Escribo sobre los valores del medio rural en un mundo de fantasía»
Terracampino natural de Morales de Campos, en Valladolid, con ascendencia en Tordehumos. Cursó su etapa escolar en Medina de Rioseco y después decidió dedicarse a la agricultura y la ganadería. Es juez de paz en su pueblo. Tras participar en un concurso literario a los 16 años, se despertó su pasión por la escritura. Acaba de publicar su última obra, ‘Latidos de fuego y acero’, dentro de la saga ‘Aullidos de Sirga’. También es autor de las aventuras de ‘Tizón aprende con el abuelo’ y ‘Rafú, el zorro de cola arco iris’. Julio es el espíritu más libre de la Tierra de Campos.
La anterior entrevistada, Emma O´Brien, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:
Pregunta.- ¿Te dedicas a lo que deseabas cuando eras pequeño?
Respuesta.- Sí, tengo esa gran fortuna.
P.- ¿Qué es para usted un espíritu libre?
R.- No depender de un horario establecido. Administrar mi tiempo tal y como quiero.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Soy agricultor y ganadero.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Lo que soy ahora, pero con más tiempo libre y más arrugas.
P.- ¿Tiene algún sueño que cumplir?
R.- Que alguna de mis obras se llevara al cine. Sería un sueño hecho realidad.
P.- ¿De qué se siente más orgulloso?
R.- De ser padre y de luchar por mi hijo.
P.- ¿Qué es para usted el amor?
R.- Es complicado. Desde que me divorcié cambió mi concepto del amor y me cuesta sentirlo.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Muy bien. En mi familia hay muchos religiosos y estoy convencido de que Dios nos ayuda.
P. - Un espíritu libre al que admire.
R.- Francesco Totti. Un futbolista que no se vendió nunca. Un ejemplo.
P.- ¿Cuándo se subió por primera vez al tractor?
R.- Muy pequeño. Con 12 años ya acompañaba a mi padre a trabajar al campo.
P.- ¿En aquel tiempo cuántos libros había en su habitación?
R.- Siempre hemos leído mucho. Podría decir que los primeros apuntes literarios, además de los del cole, eran los escritos que nos dejaba nuestro padre diciéndonos el trabajo que debíamos hacer en el campo.
P.- ¿Recuerda algún libro que le haya marcado tanto como para empujarle a ser escritor?
R.- ‘Yagú, el lobo azul’. Ese me encantaba. La historia de un lobo que se hizo amigo de los hombres.
P.- ¿Con qué gana más dinero, con la cebada y la alfalfa o con los libros que publica?
R.- Gano más dinero como agricultor y ganadero, la verdad. Pero como escritor tampoco pierdo dinero.
P.- ¿Cuántos libros ha publicado ya?
R.- Tengo seis libros publicados. Otros están ya en el horno. Duermo siempre con un cuaderno junto a la cama, porque me inspiran mucho los sueños. Escribo historias que me sugieren mis sueños.
P.- ¿Qué le motivó para escribir?
R.- A los 16 años, un concurso de literatura del instituto. Quedé el último y la profesora fue muy crítica… Aquello me motivó. Después presenté ese mismo relato en Villalón y gané. Mi familia me animó a seguir escribiendo.
P.- ¿Cuál fue su primer libro?
R.- En la saga de Aullidos de Sirga, ‘El despertar. Yo soy el rey’.
P.- ¿Qué denominador común tienen todos sus aullidos?
R.- El contexto siempre es el medio rural. La lucha para la defensa de unos valores, como la defensa de las personas mayores, la lealtad, la tierra… La tradición contra los invasores. Son obras fantásticas, pero esos valores están muy presentes.
P.- A parte de la ficción, ¿podría dar un salto a un relato más realista, a una narrativa diferente?
R.- Estoy cómodo en mi terreno, porque investigo mis sueños y eso es algo que está por explorar. Es cierto que tengo una idea sobre una temática policiaca, pero está sin desarrollar.
P.- ¿La llegada de su hijo le abrió la puerta a los cuentos infantiles?
R.- Por una parte, sí, pero la pandemia también tuvo mucho que ver. Estábamos rodeados de cuestiones como la muerte y los niños tal vez necesitaban entenderlo de alguna forma. Así que sacamos estos cuentos, como ‘Tizón aprende con el abuelo: la muerte’. También tenemos a ‘Rafú, el Zorro de Cola Arco Iris’.
P.- Si volviera a nacer, ¿volvería a ser agricultor?
R.- Por supuesto. Ser agricultor, al igual que ser escritor, te permite ser dueño de tu tiempo. Mucha gente cree que es un trabajo que te esclaviza y no te permite tener tiempo libre. Es al contrario. Yo organizo mi vida y mis horarios con una libertad que no suele tener la gente que se dedica a otras cosas.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo entrevistado.
R.- ¿Te imaginabas hace años que ibas a ser como eres ahora?