Inauguración de la Variante de Pajares
La Variante de Pajares, 19 minutos en un visto y no visto
El tren entraba a las 16.03 horas en el túnel de la Variante en León y traspasaba la montaña hacia Asturias a 201 kilómetros por hora con sensaciones propias de un avión
Una sucesión de parpadeos, un portal del tiempo abierto entre las montañas traspasadas en un visto y no visto de 19 minutos . Desde el interior del vagón se repetían los intentos (baldíos) por captar el sonido y la luz de la oscuridad de los túneles. Cámaras pegadas al cristal y objetivos que sólo registraban el reflejo propio. Hasta que los pasajeros del primer viaje en alta velocidad entre Madrid y Castilla y León a Asturias se percataron de que las pantallas mostraban ese impactante recorrido por el interior de Pajares. La velocidad traspasaba el plasma. Había cierta sensación de ir volando cuando los oídos se taponaban.
La impresión de recorrer la Variante de Pajares a 201 kilómetros por hora la hace ideal para que Brad Pitt se plantee una segunda parte de la arrolladora película Bullet Train , esa que transcurría en un tren bala.Ya en la estación de Chamartín-Clara Campoamor las capas especiales que lucía el personal de Renfe anticipaban que los pasajeros de este viaje inaugural montaríamos en una especie de atracción de ciencia ficción. Y, en cierta manera, las emociones pueden ser las mismas, pero atravesando el mundo real.
A las 16.03 quien más quien menos en los vagones de la prensa anotó la hora. Los políticos, en el vagón de autoridades salvo cuando entraron en la cabina del maquinista, se fijaron en ella. Entrábamos en la Variante de Pajares , y en la historia de las infraestructuras ferroviarias del país. Al otro lado se veían montañas y de repente, cuatro minutos después, negro. Entre túnel y túnel una sucesión de monte, pueblos y casas, algunas con paisanas y paisanos asomados grabando la llegada del AVE. También hubo quien ondeó desde su balcón una pequeña bandera de Asturias, en Pola de Lena, al final del tramo estrenado (eran las 16.22) en lo que resultó de algún modo un caluroso recibimiento por lo espontáneo, cercano e inusual. Un saludo al colosal proyecto de ingeniería por el que ya estarán más cerca de los demás, y viceversa.
Por fuera, los vagones relucían. En la estación madrileña, en medio de una marejada de obras, una hilera de obreros detuvo su trabajo unos minutos para observar cómo salía del andén 21 un tren cargado con turismo, comodidad, cercanía, oportunidades… Eso en sentido figurado. En el más prosaico, trasladó autoridades, invitados y periodistas. El Rey Felipe VI caminó hacia el vagón de cabeza junto a Pedro Sánchez, Adrián Barbón y Óscar Puente . (Más tarde, en León, se les sumó Alfonso Fernández Mañueco ). La imagen que transmitían los 5 era similar: estaban ante algo grande, inmenso, titánico, comentaron.
Durante el recorrido compartieron mesa, aunque al ser de cuatro plazas y ellos sumar cinco Mañueco, Barbón y Puente alternaron sus asientos en algún momento. Desveló el presidente del Gobierno que el Rey conversó sobre otras inauguraciones recientes también de infraestructuras. Hace poco menos de un año estrenaron alta velocidad en Murcia, por ejemplo. Pero esto, la puesta en servicio de la Variante, del tramo de 50 kilómetros entre La Robla y Pola de Lena, es única. 20 años para llegar aquí, para conectar el norte peninsular con el resto del país a través de la alta velocidad.
A medio camino, antes de llegar a León, cruzan el pasillo del Alvia dos ex ministros del ramo, en direcciones opuestas. Magdalena Álvarez se dirige a la cola del convoy para saludar a algunos invitados. José Luis Ábalos , acompañado por el diputado y secretario general del PSOE de León, Javier Alfonso Cendón , se queda de pie charlando en la cafetería. Hay quien se pregunta si estará Francisco Álvarez Cascos aunque sea en la llegada, en Oviedo, al fin y al cabo con él como ministro empezó el proyecto. Pero no. Sí viajó un tercer titular de esta cartera cuando se llamaba Fomento, Íñigo de la Serna .
Dada la hora de salida, hay menú de comida y a la vuelta, merienda. También un obsequio, las típicas pastas asturianas de chocolate llamadas Moscovitas. ‘Paraíso natural’ lleva impreso el paquete.
Entre el viaje de ida y el de regreso (de tres horas y diez minutos) toca acto oficial en la estación de Oviedo. El ambiente festivo se percibe con la música de los gaiteros y gaiteras como recibimiento, que tapan los gritos de quienes se han concentrado en el exterior de la estación con banderas de España y lemas contra Puigdemont y el Gobierno.
En el interior de la sala en la que las autoridades coinciden en lo determinante de la obra para el progreso económico y social del país, se produce un chascarrillo simpático. Al flamante ministro de Transportes le presentan como «Carlos Puente» . Él se lo toma con humor y bromea con que tiene nuevo «nombre de pila» , en lo que se puede decir que fue un bautizo por partida doble del ex alcalde de Valladolid, que se estrena con nada menos que con una de las mayores obras de ingeniería civil ferroviaria de España y de Europa. Desde este jueves, abierta para todos los ciudadanos.
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