Un plan de 10 millones con el objetivo de crear 70 empresas en el entorno de las universidades de Castilla y León
El programa buscará lograr 1.750 colaboraciones en I+D+i de las compañías con las instituciones académicas
El Plan de Transferencia de Conocimiento-Universidad (TCUE) 2024-2027 contará con un presupuesto de diez millones de euros , a razón de 2,5 millones por cada uno de los cuatro ejercicios, frente a los 2,3 millones del anterior plan de tres años (2021-2023) y los 2,6 millones del correspondiente a 2018-2020. Un dinero que la Junta de Castilla y León destinará con el objetivo de crear 70 empresas en el entorno de las nueve universidades y lograr 1.750 colaboraciones en I+D+i de las compañías con las instituciones académicas, entre el 1 de septiembre de 2023 y el 31 de agosto de 2027.
El borrador del nuevo Plan TCUE, elaborado por la Consejería de Educación y consultado por la Agencia Ical, contempla la creación de 70 compañías hasta 2027 cuando en menos de dos años del último programa se lograron 23 empresas en el entorno de las instituciones académicas, pese a que la previsión era alcanzar el medio centenar. En ese tiempo, también se impulsaron 1.247 proyectos de I+D+i, por lo que las propuestas ahora no son muchas más pese a prolongarse durante cuatro ejercicios.
El Plan, que se enmarca en la RIS3 de Castilla y León 2021-2027, buscará lograr tambié n 675 prototipos y pruebas de concepto, alcanzar 3.150 nuevos contratos de colaboración universidad-empresa en materia de I+D+i y consultoría o presentar 930 proyectos a convocatorias públicas e internacionales. Y eso que el informe de evaluación del anterior plan reconocía que había “margen para la mejora” para definir medidas dirigidas a aumentar el número de proyectos de colaboración entre universidades y empresas, con acciones “más concretas” para facilitar la creación de compañías.
También, se persigue alcanzar un millón de euros en concepto de ingresos por acuerdos de explotación de invenciones y otros registros e implicar 300 empresas en el desarrollo de prototipos, pruebas de concepto, tesis doctorales, trabajos de fin de grado o máster o actuaciones de intercambio de personal. En cuanto al número de participantes registrados en actividades y fomento del emprendimiento, hay una estimación de 8.500.
El borrador del nuevo Plan TCUE mantiene el objetivo original del programa para fortalecer la relación entre el ámbito universitario y empresarial , promoviendo la incorporación del conocimiento como un activo relevante para la economía regional. A lo largo de los últimos quince años se han sucedido ocho planes de diferente configuración y duración, que han ido haciendo evolucionar el modelo autonómico. “ Queremos seguir potenciando la transferencia del conocimiento generada en nuestras universidades , desarrollar nuevas actuaciones que permitan abrir la ciencia a la ciudadanía, poner en valor los activos humanos, incrementando las vocaciones científicas, y fomentar el espíritu emprendedor en todas las facetas, como base del crecimiento económico y social de Castilla y León”, recoge la introducción del documento.
Se presenta como una “auténtica” hoja de ruta y para proporcionar el respaldo “necesario” para aprovechar “plenamente” el potencial del conocimiento existente en la Comunidad, contribuyendo a consolidar la posición de Castilla y León dentro de un modelo económico basado en la innovación y el conocimiento.
Implicar a investigadores y docentes
Por lo tanto, establece como objetivos generalizar las actividades de transferencia de conocimiento hacia sociedad y empresas en las universidades, implicando al personal investigador y docente de todas las ramas de conocimiento; avanzar hacia una investigación e innovación responsable, para que la ciencia sea más “inclusiva”, “transparente” y “colaborativa” ; implantar planes de movilidad entre el mundo académico, la industria y el sector público para el desarrollo de capacidades y el enriquecimiento mutuo de las competencias, culturas y prácticas así como desarrollar y poner en marcha medidas para incentivar ecosistemas sociales innovadores, donde tengan cabida todos los agentes del sistema de I+i (Investigación e innovación). Con estos propósitos, el Plan pivota en cuatro ejes como ‘Fortaleciendo capacidades’, ‘Fomentando la colaboración universidad-empresa-sociedad’, ‘Impulsando el talento emprendedor’ y ‘Difundiendo el conocimiento’.
En cuanto al punto de partida del nuevo Plan TCUE, la Junta subraya que el gasto interno en I+D ascendió en Castilla y León en el año 2021 a 795,9 millones de euros, lo que representa el 1,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y sitúa a la región en el quinto lugar entre el conjunto de las autonomías. Las empresas concentran el 61% del gasto total en investigación y desarrollo, seguido de las universidades (26%). En 2021, un total de 11.200 personas se dedicaron a actividades de I+D y el número de investigadores castellanos y leoneses asciende a 7.223.
La Consejería destaca, según Ical, que las universidades son agentes “claves” en el desarrollo autonómico al mejorar de forma permanente la sociedad a través del desarrollo del potencia y capital humano (docencia), de la generación de nuevos conocimientos (investigación) y de la transferencia del conocimiento. Añade que la “creciente” sensibilidad social entiende que la universidad debe aumentar su compromiso con la ciudadanía, a través de la transferencia del conocimiento. De ahí, su evolución desde un enfoque académico hacia una colaboración “más estrecha” con la industria y la sociedad, con una mayor orientación hacia la innovación, el emprendimiento y una creciente adopción de herramientas digitales para compartir conocimiento de una manera “más amplia y accesible”. Una de esas actuaciones pasa, según el nuevo Plan, por que las universidades participen en los procesos de compra pública innovadora como vía para acceder a proyectos disruptivos de I+D con empresas de vanguardia.
Interacción “constante”
Además, precisa que la innovación, como impulsor “fundamental” del crecimiento económico, no puede prosperar sin la interacción “constante” y “fructífera” entre dos de sus actores principales, las instituciones académicas (claves en la parte docente e investigadora) y las empresas. Eso sí, destaca que la colaboración no se puede limitar a disciplinas técnicas o científicas sino que también debe abarcar campos como los de las ciencias sociales, las humanidades y las artes. “La innovación no se limita a productos o tecnologías tangibles sino que también involucra la creación de nuevos modelos de negocio, estrategias de marketing, enfoques de gestión y comprensión de las dinámicas sociales y culturales”, apunta el borrador de la Consejería.
Además, valora el “papel central” de las oficinas de transferencia de conocimiento (OTC) al facilitar la colaboración entre las universidades y las empresas. No en vano, gestionan la concesión de licencias, la transferencia de propiedad industrial e intelectual, la realización de servicios de investigación y desarrollo, la consultoría, la internacionalización, la investigación colaborativa las aceleradoras de proyectos, la creación de ‘spin off’ y la búsqueda de soluciones innovadores para los problemas relevantes de la sociedad castellano y leonesa.