La doble moral de Igea: mantiene su acta pese a exigírsela a Requejo y a Fernández Antolín
El procurador no deja el escaño que logró con Cs, aunque reclamó al ex presidente de la Diputación de Zamora y al concejal de Valladolid que renunciaran a sus cargos cuando abandonaron el partido
En política, como en la vida, las más de las veces no conviene hablar muy alto o sentenciando porque se te puede volver en contra como un bumerán. Y eso es lo que le sucede al procurador Francisco Igea , quien pese a ser expulsado del partido, tal y como él mismo comunicaba en su comparecencia ante los medios este jueves en las Cortes de Castilla y León tras la junta de portavoces, decide mantener su escaño , ese que lograba en las autonómicas del 13 de febrero de 2022 concurriendo bajo las siglas de la formación naranja.
Una decisión, la de aferrarse a su asiento en el parlamento autonómico, que evidencia la doble moral de Igea , quien no aplica para sí lo que sí exigió este mismo año para otros cargos del partido en la Comunidad, en concreto para el ex presidente de la Diputación de Zamora, Francisco Requejo , y para el ex concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valladolid, Martín Fernández Antolín , cuando decidieron abandonar la formación naranja.
A ambos el ya ex procurador de Cs reclamó en febrero de este año que entregaran el acta de diputado provincial, en el caso de Requejo, y de concejal en Valladolid, en el de Antolín. Algo que hacía Igea después de que Francisco Requejo anunciara su intención de irse de Cs para concurrir a las municipales del 28 de mayo con la agrupación de electores Zamora Sí y de que Fernández Antolín dejara la formación naranja y, por tanto, la portavocía del grupo municipal en el consistorio vallisoletano. "Es obligado pedirles el acta" , dijo entonces Igea. Afirmación que, en esa doble moral que evidencia, ahora no se aplica para sí , pese a que él también está fuera del partido, bien es cierto que al ser expulsado, pero tan fuera como Requejo y Antolín cuando tomaban la decisión de marcharse.
En ese momento, cuando les reclamó un acta a la que ahora él se aferra, no habló ni de que ni el candidato ni el programa siguieran en activo, ni mucho menos de "no engañar a los electores, no defraudarlos, no darles gato por liebre" , como hace ahora para argumentar por qué se queda con el acta de procurador que obtuvo bajo las siglas y como cargo de Ciudadanos, un partido que con su expulsión le deja claro que ya no lo representa.