Sacyl acepta retrasar la jubilación de 334 médicos de Castilla y León y se lo niega sólo a seis
Más de la mitad de las solicitudes desde 2020 son de Valladolid (70), León (62) y Salamanca (54) / La nueva ‘jubilación mejorada’ atrae a otros 44 facultativos de Familia que cobran el 75% de la pensión más el sueldo
Faltando médicos como faltan, aquellos que desean retrasar su jubilación en el sistema público son bienvenidos. En especial, en los últimos años. Desde 2020, un total de 334 facultativos ha recibido autorización para seguir trabajando en Sacyl tras cumplir las 65 primaveras. Lo han hecho a través de la llamada ‘prolongación del servicio activo’, un programa implantado hace una década en Castilla y León.
A estos hay que sumar los 44 que, en lo que va de año, se han apuntado a la nueva ‘jubilación activa mejorada’ lanzada por el Gobierno central para retener en el sistema a médicos de familia y pediatras con un importante estímulo económico, ya que permite cobrar un 75% de la pensión de jubilación además del salario.
Por una u otra vía, un facultativo puede continuar ejerciendo la medicina hasta los 70 años si así lo solicita y siempre que se lo autorice la administración sanitaria. En Castilla y León, el número de nuevas peticiones dibuja una línea ascendente desde el 1 de enero de 2013, que es cuando entró en vigor la Orden SAN/1119/2012 que aprueba el Plan de Ordenación de Recursos Humanos en esta materia para médicos de cualquier especialidad. En 2013 fueron 46 los que lo pidieron por primera vez, 51 en 2014, 55 en 2015, 67 en 2016... Y así las solicitudes fueron creciendo hasta 2020, cuando cayeron en picado por el estallido de la pandemia, con sólo 37 nuevas peticiones, año, todas ellas aprobadas ese año.
Tras la crisis sanitaria, las peticiones han ido aumentando, en parte por una mayor disposición de los facultativos para continuar pero también porque cada año es mayor el número de profesionales que alcanza la edad de retiro, dado el envejecimiento que caracteriza la plantilla sanitaria, un rasgo común al conjunto del país pero más acentuado en Castilla y León. En todo caso, el número de solicitudes para prolongar la actividad se ha recuperado hasta el punto de que en los últimos años han batido un récord. En 2021 fueron 115 los nuevos médicos que decidieron postergar el momento de colgar la bata y otros 114 lo hicieron en 2022. En los primeros siete meses de 2023, son 74 los que han querido continuar al pie del cañón tras cumplir los 65 años, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad, hasta el 31 de julio.
Sumando los datos de toda la década, 831 facultativos han pedido continuar ejerciendo, de los cuales 637 pudieron seguir en su puesto de trabajo, mientras 194 vieron frustrado ese deseo al recibir un ‘no’ por respuesta entre 2013 y 2023.
En la evolución año a año, vemos que el porcentaje de solicitudes autorizadas por parte de la administración sanitaria también ha ido creciendo en paralelo a la necesidad de retener efectivos ante el acuciante déficit. Mientras en 2013 la gerencia sanitaria sólo concedió el 20% de las solicitudes, en el último lustro supera el 80% cada ejercicio y se ha instalado en el 98% desde la pandemia.
2020 es el único año donde todas la peticiones recibidas fueron atendidas. Desde entonces, sólo seis médicos han visto rechazada su solicitud (dos en 2021, tres en 2022 y una en lo que va de año). Al menos uno de ellos esquivó esa jubilación forzosa acudiendo a los tribunales: fue el sonado caso del oncólogo burgalés Carlos García Girón, a quien el anterior equipo de la Consejería de Sanidad negó en 2021 su deseo de continuar, pero recurrió y el Tribunal Superior de Justicia le devolvió su derecho a continuar la actividad en el Hospital Universitario de Burgos.
Desde 2020, de los 334 facultativos que han aplazado su jubilación, por provincias, el mayor número procede de Valladolid, con 70 al pie del cañón más allá de la edad de jubilación. Otros 62 continuaron ejerciendo en Salamanca y 54 en León. Estas tres provincias concentran más de la mitad de las solicitudes de los últimos tres años y medio.
Burgos, con 39 autorizaciones desde 2020, Zamora con 31, Segovia con 26, Palencia con 22, Soria con 18 y Ávila con 12 completan la lista de nuevas prolongaciones autorizadas.
La ‘prolongación de la permanencia en el servicio activo’ establece que un médico «pueda solicitar voluntariamente» su continuidad hasta cumplir, como máximo, los setenta años, «siempre que quede acreditado que reúne la capacidad funcional necesaria para ejercer la profesión o desarrollar las actividades correspondientes a su nombramiento, en función de las necesidades de la organización articuladas en el marco de lo planes de ordenación de recursos humanos». Para recibir el visto bueno, deben darse dos circunstancias. Primero, la «carencia de personal sustituto». Segundo, «la relevancia de las técnicas sanitarias que realiza el solicitante o relevancia de los proyectos de investigación que se encuentren en fase de desarrollo y que estén liderados por el solicitante».
Las autorizaciones de prolongación se conceden por un año, renovable a petición del interesado«por periodos anuales siempre que subsistan las circunstancias que dieron lugar a su concesión». Esas renovaciones anuales también evolucionan en ascenso cada año, como es natural, porque lo previsible es que una nueva petición continúe en la estadística de los años posteriores, computando como una solicitud renovada en los ejercicios siguientes, como máximo durante un lustro. Las incipientes renovaciones de los primeros años, con menos de una veintena de peticiones durante los primeros años, aumentaron hasta las 33 anuales en 2017, 62 en 2018, 81 en 2019 y 56 en 2020. Desde entonces se han multiplicado, con 137 renovaciones en 2021, 198 en 2022 y 125 en lo que va de año.
2.000 euros de incentivo
Desde el pasado mes de enero, los médicos en edad de jubilación disponen de otra vía para seguir ejerciendo. Es la llamada ‘jubilación activa mejorada’, destinada en exclusiva a los facultativos de atención primaria (médicos de familia y pediatras) en edad de jubilación, seguir trabajando con el salario correspondiente mientras perciben, de forma simultánea, el 75% de su pensión de jubilación. El ‘complemento’ puede suponer un plus de unos 2.000 euros al mes, un incentivo importante que persigue retener efectivos en atención primaria, donde el déficit de galenos es más notable . Eso sí, no está garantizada la continuidad en el mismo puesto de trabajo , sino que la gerencia provincial en cada caso determinará la función a desempeñar en función de las necesidades. En todo caso, el interesado puede desistir y mantenerse como personal prolongado o jubilarse.
En los siete primeros meses del año, 44 solicitudes se han presentado en Castilla y León, de las cuales 42 prosperaron y dos no (una porque el firmante superaba los 70 años y otro porque al final renunció). A esta medida pueden acogerse los médicos cuando acceden a la jubilación o también aquellos que estando ya retirados deciden volver al centro de salud. De hecho, doce de los que lo han solicitado en los siete primeros meses de este año ya estaban retirados . La normativa, en este caso, permite la continuidad tanto en régimen de jornada completa como parcial al 50%, permanente o de manera intermitente por temporadas.
Uno de cada tres pide continuar en primaria
En la próxima década está previsto que se jubilen casi tres mil médicos en Castilla y León. En concreto, 1.598 en la atención especializada y otros 1.391 en atención primaria, según datos facilitados por la Consejería de Sanidad de facultativos que cumplen 65 años entre 2023 y 2033 y que, por tanto, podrían jubilarse.
Si nos ceñimos sólo a las cifras de este año, son 397 los médicos que cumplen los 65 en 2023 (150 de atención hospitalaria y 247 en primaria). Dado que en lo que va de año son 105 los que han sido autorizados para seguir trabajando al cumplir la edad de retiro (73 mediante la prolongación y otros 32 a través de la jubilación mejorada), el 26% de los facultativos de Castilla y León ha preferido seguir trabajando en lo que va de año. Mayor es la continuidad en primaria, donde el 32% de los que alcanzarían este año la edad de retiro sigue al pie del cañón (79 de los 247 previstos para este año). En especializada, la tasa es el del 17% (al haber tramitado ya su continuidad 26 de los 150 que alcanzarían la edad de retiro).