Diario de Castilla y León

El aeropuerto de Burgos sufre otro golpe al perder el transporte de mercancías

La terminal burgalesa queda este año sin tráfico de productos y se suma a los de León y Salamanca / Solo Valladolid mantiene este servicio, aunque cae un 48% frente a 2022

Imagen del último vuelo comercial desde el aeropuerto de Burgos en diciembre de 2021. ICAL

Imagen del último vuelo comercial desde el aeropuerto de Burgos en diciembre de 2021. ICAL

Publicado por
Ricardo García
Valladolid

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Es más que evidente, a la vista de las cifras publicadas por el Ministerio de Transportes, que los cuatro aeropuertos de Castilla y León no atraviesan su mejor momento. No obstante, hay algunos de ellos en los que la situación es crítica, ya no solo por unas cifras de pasajeros mínimas, sino porque además han perdido otros de los servicios que sí prestaron en 2022. Con respecto a esto último, el mejor ejemplo es la terminal de Burgos, que si ya de por sí permanece infrautilizada con apenas unos pocos viajeros y tan solo un puñado de ellos de vuelos comerciales, ahora se le suma el haber perdido el transporte de mercancías.

Al menos, eso es lo que indican las cifras del informe del Ministerio de Transportes que analiza las cifras de los aeropuertos españoles entre enero y junio de este año. Según se puede comprobar, ni un solo kilogramo de producto ha pasado por allí durante el primer semestre. 

En el mismo periodo del año pasado, por el contrario, fueron 300 lo kilos transportados, que por otra parte no dejaron de suponer una cantidad puramente testimonial frente a los enormes números de otros aeropuertos del país. La terminal de mercancías del madrileño Adolfo Suárez Madrid Barajas, que encabeza la lista nacional, acumula en seis meses casi 304 millones de kilos, con un incremento del 9,5% frente a 2022.

Con este nuevo recorte en los servicios del aeropuerto de Burgos, que a su vez supone uno aún más duro para la Comunidad, esta terminal se suma a las de León y Salamanca, las cuales se limitan al transporte de pasajeros y siendo el de mercancías una cuestión ajena a ellos en los últimos años. De hecho, mientras que la terminal burgalesa aparece penúltima en la lista que el Ministerio de Transportes elabora a este efecto, la leonesa y la salmantina ni siquiera figuran.

Por lo tanto, la única posibilidad para realizar transporte aéreo de carga en Castilla y León pasa irremediablemente por el aeropuerto vallisoletano de Villanubla, el cuál todavía se aferra a este tráfico para mantenerse como el más activo de la Comunidad. Todo ello, aún habiendo perdido gran parte del volumen que registraba en este sentido meses atrás. Así, frente a los 5.592 kilos que el Ministerio de Transportes cifra para esta terminal entre enero y junio de 2022, para el mismo periodo del año en curso se reduce un nada desdeñable 48,3%. Además, si la comparativa es con 2019, el desplome de las cifras es aún mayor, de un 65,4%, puesto que entonces se registraron 8.355 kilos transportados por vía aérea.

La escasa o nula actividad que los aeropuertos de Castilla y León registran en términos de mercancías no debe pasarse por alto, puesto que son un argumento más para confirmar como estas infraestructuras permanecen olvidadas. A la escasez de viajeros, ya de por sí dramática, se suma un escenario en el que las terminales de la Comunidad no cuentan con otra alternativa que justifique su mantenimiento. 

Es más, aquellas que en algún momento contaron con servicios de este tipo han visto como en los últimos años se han reducido o incluso se han suprimido, como es el caso del aeropuerto de Burgos. Se trata de circunstancias que individualmente no suponen más que ajustes relacionados con la gestión de los aeropuertos, pero que en conjunto representan la decadencia de estas infraestructuras. Además, a la vista de los datos de otras partes de España, no se trata de que el transporte aéreo se limite a las grandes ciudades, puesto que otras más pequeñas también manejan cifras aceptables.

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