La pelea entre dos familias gitanas de Burgos acaba con el destierro de una de ellas
La Policía Nacional descarta que se produjese un tiroteo durante el enfrentamiento, que obligó a un clan de Cuéllar (Segovia) a atrincherarse en una vivienda / La intervención se salda sin detenidos ni denuncias cruzadas
Una inesperada y desmedida aglomeración de personas en el casco antiguo de Miranda de Ebro puso en jaque este martes a la Policía Nacional. El motivo: un violento enfrentamiento entre dos familias de etnia gitana , una de ellas procedente de Cuéllar (Segovia), que obligó a pedir refuerzos a la Comisaría Provincial de Burgos cuando los agentes que acudieron al aviso se vieron completamente desbordados.
La tensión iba in crescendo e incluso llegó a hablarse de un tiroteo en la calle Real Aquende , donde tuvo lugar el conflicto. Sin embargo, fuentes policiales desmienten a este periódico que se llegase a tal extremo. De hecho, ni siquiera se emplearon armas blancas u objetos lacerantes durante la trifulca.
El altercado comenzó en torno al mediodía. Dada la escasez de efectivos, la Policía Nacional envió desde la capital dos furgones de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y un coche zeta. Para entonces, el clan segoviano se encontraba atrincherado en el interior de una vivienda porque desde la familia rival «querían lincharles» , amén de exigir que abandonasen Miranda inmediatamente.
Ante tales circunstancias, se inició una negociación con la familia de Cuéllar para intentar que aceptasen el destierro y que la escalada de violencia no fuese a más. Finalmente, el clan abandonó la ciudad, con escolta policial hasta las afueras, pasadas la 1 de la madrugada, en dirección Burgos. Así las cosas, la Policía cree que ya se han asentado de nuevo en su municipio de origen.
¿Arma de fuego?
Según ha podido saber este periódico, un testigo declaró a los agentes que uno de los integrantes del clan segoviano había exhibido un arma de fuego con intención de amedrentar a sus rivales. Para verificarlo, se procedió al registro del domicilio en el que la familia se había escondido pero no se encontró nada. Sobre las causas del conflicto, ninguna de las partes quiso aportar información al respecto y no hubo denuncias cruzadas , como tampoco las había previamente. Por lo tanto, no fue necesario detener a nadie.