Cerrar

Badiola, ante la crisis del saneamiento ganadero: «Hay que garantizar la seguridad alimentaria y aplicar criterios técnicos»

El veterinario leonés, autoridad internacional por sus investigaciones sobre el 'mal de las vacas locas', alerta de que la ley «hay que cumplirla» y hace un llamamiento para que la sanidad animal no se politice

El veterinario e investigador leonés Juan José Badiola. ICAL

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Que se sienten a negociar los gobiernos central y autonómico y aborden en conjunto el saneamiento ganadero. Es el consejo del conocido veterinario leonés Juan José Badiola , célebre en el ámbito internacional por sus investigaciones sobre la encefalopatía espongiforme bovina –o 'mal de las vacas locas'–. El investigador, que también fue rector de la Universidad de Zaragoza y presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, considera «muy dura» la decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) de prohibir el movimiento del ganado bovino fuera de la Comunidad tras la Orden de la Junta de Castilla y León que establece unas medidas más laxas para controlar la tuberculosis en el vacuno  –una decisión que ha terminado por obligar a la Junta a echar marcha atrás–. Pero también se muestra contundente en que las medidas que se tomen «tienen que garantizar, antes que nada, la salud de los consumidores». Cómo hacer compatible esa seguridad alimentaria con el trabajo de los ganaderos es, a su juicio, lo que deben abordar entre el Mapa y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Por ello «vamos a dejarnos de amenazas y decisiones unilaterales» , remarca, a la vez que recomienda que se estudie «cada caso particular». Por otro lado, subraya, «la normativa hay que cumplirla a rajatabla , y una normativa autonómica no puede contravenir otra estatal y menos una europea en este asunto».

«Yo entiendo el papel del Ministerio de Agricultura como órgano coordinador de todo el territorio», apunta el investigador en respuesta a este periódico. «El hecho fundamental es que la tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa transmisible a la especie humana . Esto es un principio básico», remarca. «Cuando hay animales que con la prueba de la tuberculina dan positivo –falla pocas veces, es una prueba bastante exacta–, o bien con otra prueba más específica, ese animal está contagiado de tuberculosis», asegura, aunque «también es verdad que a veces hay otras enfermedades, por ejemplo, la paratuberculosis, que puede dar una reacción positiva a la prueba de la tuberculina».

«Dicho eso», puntualiza el veterinario, «hay que ayudar a los ganaderos, creo que prohibir los movimientos del ganado es un poco duro, andar con esas medidas, de tú haces esto y yo te pongo lo contrario, no me parecen razonables». Por eso «lo lógico es que sienten, que discutan la Comunidad Autónoma y el Ministerio de Agricultura y ver qué medidas pueden garantizar la seguridad alimentaria de los consumidores y que a su vez se permita que los ganaderos puedan trabajar, es lógico».

En opinión del científico, debe estudiarse «cada caso partícular» , puesto que «hay zonas, por ejemplo en Salamanca donde el problema es mayor, en las que los ganaderos tienen la sensación de que se les trata como apestados». Por eso «cada caso habrá que estudiarlo con mucho detalle, ver qué se puede hacer, y aplicar medidas que no sean excesivamente lesivas para los intereses de los ganaderos, pero que a su vez garanticen la seguridad alimentaria , para no exponer a un riesgo de una enfermedad transmisible, como es la tuberculosis, a las personas».

También llama Badiola a que las decisiones sobre la sanidad animal «no se politicen». A su modo de ver, el saneamiento ganadero es «una cuestión técnica, y se debe resolver con criterios y soluciones técnicas, no políticas» . Por eso, recomienda a los responsables de las administraciones: «Tengan en cuenta a los consumidores y tengan en cuenta a los ganaderos, y tomen la mejor solución posible».

Cargando contenidos...

«Entiendo que la Comunidad Autónoma trate de minimizar los efectos sobre los ganaderos, lo cual también es de entender. Se encuentra entre dos fuegos: la normativa y las presiones de los ganaderos », opina. En cuanto a si esa normativa es demasiado restrictiva, «es una cuestión de opinión», dice . «Entiendo que si hay que sacrificar todos los animales de una explotación por un animal afectado, esto no se comprenda por parte de los ganaderos. ¿Se podría llegar a una situación en la que esos efectos tan perjudiciales para los ganaderos se minimizaran un poco? Pues habría que estudiarlo, pero primero hay que aceptar lo que está establecido en la ley . No hay que olvidar que se trata de una normativa comunitaria y eso son palabras mayores».