CHD se ‘ahoga’ en el misterio de Riaño
El organismo del agua sigue sin aclarar por qué el pantano leonés tiene la barbaridad de 122.000 millones de litros menos que el año pasado, que se registró una sequía extrema
El pantano leonés de Riaño vive en las últimas semanas una situación dramática en la que viene perdiendo cientos de miles de litros de agua prácticamente a diario. Mientras tanto, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el organismo encargado de gestionar el agua de la cuenca, es incapaz de ofrecer una explicación razonables de los motivos por los que este embalse reduce su volumen a un ritmo muy superior al que lo hacen el resto de los de Castilla y León y se ‘ahoga’ en un misterio que sigue sin resolverse. Según los últimos datos que, precisamente, ayer remitió la CHD, el embalse de Riaño cuenta en estos momento con 475,7 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone que está al 74,2% de su capacidad. No obstante, este dato es muy inferior al del año pasado, de 598,5 hectómetros cúbicos, y a pesar de que en aquel entonces Castilla y León atravesaba una sequía extrema y sin precedentes, lo que despierta las primeras incógnitas que el organismo encabezado por la soriana María Jesús Lafuente es incapaz de despejar.
Porque no resulta lógico pensar que frente a un escenario de sequía como el del pasado verano, ahora Riaño cuente con 122.000 millones menos de litros de agua almacenada (122 hectómetros cúbicos menos), lo que es una total barbaridad en términos absolutos. Sin embargo, y pese a la magnitud de las cifras, desde la CHD se empeñan en atribuir los datos a una campaña de riego que ha comenzado antes de lo previsto pero que, de nuevo, contrasta con un periodo de tiempo en el que las precipitaciones, aunque insuficientes para ofrecer tranquilidad de cara al verano, han sido más abundantes.
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A través de una nota de prensa remitida ayer a los medios de comunicación, la Confederación señala que «la escasez de precipitaciones y la ausencia de nieve durante el final del invierno y la primavera han provocado que las aportaciones a los embalses se reduzcan drásticamente durante los últimos meses », pero pasa por alto las lluvias que se produjeron a lo largo de los meses de octubre y noviembre y las nevadas del invierno que se echaron de menos en 2022, factores que contribuyen al llenado de los embalses.
Por otro lado está la cuestión del d esembalse hacia el pantano de Ricobayo , propiedad de Iberdrola y dedicado exclusivamente a la producción de energía hidroeléctrica. Curiosamente, este embalse zamorano ha mantenido en las últimas semanas su volumen, e incluso lo ha aumentado , cuando Riaño es su principal fuente de llenado. Preguntas y más preguntas que desde la CHD siguen sin responder.
Lo que sí aseguran en la mencionada nota de prensa es que «la escasez de precipitaciones y las anomalías de temperatura, excepcionalmente altas para esta época del año, han provocado una mayor demanda de agua embalsada para atender los abastecimientos y riegos necesarios ». De hecho, a continuación añaden que el embalse de Riaño atiende las demandas de riego «de casi 75.000 hectáreas», aunque fuentes consultadas por este periódico elevan ese dato hasta las 82.500 y confirman que los trasladados desde la CHD son datos algo erráticos.
Lo que resulta evidente es que, a pesar de la escasez de lluvias, no todas esas hectáreas que riegan con agua de Riaño la están demandando en estos momentos, por lo que de nuevo sigue sin haber una explicación razonable al espectacular vaciado que está sufriendo.
Y a medida que se ahonda en los datos de la CHD, más escamante se vuelve la situación del pantano leonés. De los 43,6 hectómetros cúbicos de variación negativa semanal que acumula toda la cuenta, una cuarta parte, 10,3, corresponden solo a Riaño. Una vez más, esta evolución contrasta con la del resto de embalses , que o bien pierden mucho menos o incluso ganan algo de volumen.
Por lo tanto, y a la vista del difícil verano desde el punto de vista hidrológico que los agricultores y ganaderos anticipan por la escasez de precipitación en los últimos meses, parece razonable que la CHD explique dónde ha ido a parar el agua de Riaño después de una reducción en su volumen que desentona completamente con la del resto de pantanos de la cuenca del Duero.