Diario de Castilla y León

Arranca tras 21 años y 5 consejeros la balsa de Villalón para regar 2.135 hectáreas

Termina una obra que arrancó con el siglo, siendo titular de Agricultura José Valín / Tras una campaña en pruebas al 50% de rendimiento se transforman a regadío 4 municipios de Valladolid y Palencia

Balsa de Villalón, una laguna artificial de 117 hectáreas capaz de contener 10 hectómetros cúbicos. ICAL

Balsa de Villalón, una laguna artificial de 117 hectáreas capaz de contener 10 hectómetros cúbicos. ICAL

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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La balsa de Villalón funcionará en esta campaña a pleno rendimiento después de 21 años de obras . O mejor dicho, la balsa del sector IV del Trasvase Esla-Carrión (Valladolid-Palencia) , nombre técnico de una infraestructura de regadío única en la Comunidad autónoma . Ha sido necesario, además de esas dos décadas largas, el paso de cinco consejeros de Agricultura por el Ejecutivo Autonómico –José Valín, Silvia Clemente, Milagros Marcos, Jesús Julio Carnero y Gerardo Dueñas– . Se trata de un pantano artificial de 117 hectáreas de extensión, capaz de contener 10 hectómetros cúbicos de agua destinada a uso agrícola. Y junto a esa balsa, una potente estación de bombeo del agua del río Cea para llenarla, capaz de impulsar 2.400 litros por segundo con el trabajo de siete grandes bombas.

La comunidad de regantes Cea-Carrión (Sector IV) recibirá las obras definitivamente el próximo viernes. Lo hará de manos de la Junta –que la recibió a su vez a finales de 2022–, en un acto en el que está prevista la asistencia del último consejero de la lista mencionada, que lleva en el cargo menos de un año desde su toma de posesión el 20 de abril de 2022.  Para él ha sido, como quien dice, llegar y besar el santo . Atrás quedan lustros de arres y de soes, de arranques y paradas en trámites e intervenciones. Finalmente, la estación dará servicio a 2.135 hectáreas, que pasarán de secano a regadío , pertenecientes a 180 propietarios de los términos municipales vallisoletanos de Herrín de Campos, Villalón de Campos y Villafrades, y el palentino de Boadilla de Rioseco.

Termina así la larga andadura del proyecto, que echó a andar en 2002 con la solicitud de los cuatro ayuntamientos para iniciar una concentración parcelaria, cuya declaración de impacto ambiental fue formulada por la Consejería de Medio Ambiente el 23 de octubre de 2003, y cuya orden de ejecución se dictó el 17 de noviembre de ese mismo año. Junto a esa concentración parcelaria, que tardaría en ejecutarse 12 años, con una inversión de 10.389.837 euros, se realizó una segunda fase, la de la balsa y las bombas , que también terminó en 2015. Luego siguió una tercera fase, la red de tuberías, que acabó sumando una inversión total de unos 55,5 millones de euros.

A partir del viernes, todo estará listo para la entrada a pleno rendimiento de la estación de bombeo, aunque aún quedan algunos propietarios que no han instalado todavía los riegos de sus parcelas –supone para los bolsillos particulares de los agricultores un importante desembolso económico de entre 5.000 y 6.000 euros por hectárea– . «La estación de bombeo ya entró en funcionamiento la pasada campaña a modo de pruebas, y pudimos regar nuestros cultivos alrededor del 50% de propietarios que ya habíamos instalado los sistemas de riego», explicó este martes, en respuesta a este periódico, el presidente de la comunidad de regates Cea-Carrión (Sector IV), José Luis Antón . «Desde el 18 de mayo empezamos con las pruebas y regamos durante toda la campaña, aunque aún no habíamos recibido la obra. Pero a partir del viernes, estaremos a pleno rendimiento. Ya han instalado sus dispositivos de riego el 85% de los propietarios».

Abundancia

El porcentaje supone que unos 150 de los 180 regantes está en condiciones de transformar ya su secano en regadío . «El pasado año tuvimos agua de sobra, aunque fuera un año de sequía, ya que llenamos la balsa con agua de invierno, y había embalsada para 180 y regamos la mitad. Ahora, nuestra principal preocupación ya no será si llueve o no llueve, sino más bien la subida de costes de la energía, puesto que necesitamos energía para que funcionen las bombas. La energía está carísima».

Y es que la dimensión de la capacidad de bombeo de la estación es impresionante: en primer lugar, para captar agua sobre el canal del Trasvase Esla-Carrión, que impulsa agua a una presión de 1,9 bares con un caudal de entre 400 y 2.400 litros por segundo, con una longitud de 2,4 kilómetros . En segundo lugar, para impulsar el agua desde la balsa a las tierras de cultivo, con un caudal máximo de tres metros cúbicos al segundo y una presión de 7,9 bares. La distribución se realiza a través de una red de tuberías de entre 1.800 y 160 mm de diámetro que, de forma ramificada, finaliza en cada parcela con un hidrante donde se garantiza una presión y un caudal necesario para el riego por aspersión. Además, se provee de un sistema de control automatizado para la supervisión del riego de forma telemática.

En estos momentos «la balsa la tenemos llena», relata Antón. «Tenemos unos nueve hectómetros, nueve y poco, no más porque con las olas que se producen con los vientos del invierno, se nos va el agua por el aliviadero. Pero ahora ya la llenaremos del todo, estos días». La concesión a cada uno de los propietarios es de 4.700 metros cúbicos por hectárea . «Es suficiente para plantar dos tercios de alto consumo y un tercio de bajo consumo. Se pretende repartirlo de la mejor manera, equitativamente, para que no nos falte».

Con ese reparto, ya el año pasado se sembró remolacha y maíz . «Ya se veía otro color en el campo, se recogieron buenas pipas al estar en regadío y no en secano», añade. Ahora, los agricultores deberán pagar en cuotas, durante los próximos 25 años, el 24% de la inversión de la tercera fase de las obras, la de la red de tuberías hacia los cultivos, que contó con un presupuesto de 15 millones de euros .

«A los agricultores nos cuesta 4.100.000 euros, a través de un crédito a pagar en 25 años . En cuanto a la construcción de la balsa y la concentración, no tuvimos que pagar nada», subraya. Pero el grueso de los recibos a cada regante dependerá, sobre todo, del precio de la energía.  «Yo estoy muy contento de cómo ha ido este primer año de pruebas porque no hemos tenido ningún tipo de problema», celebra el presidente de los regantes. «El ingeniero que ha llevado la obra lo ha hecho muy bien y no hemos tenido ninguna fuga, cuando en cualquier obra, el primer año, siempre hay algún imprevisto».

En la comunidad de regantes ya saben qué van a sembrar este año. Abundará el maíz, la remolacha, las alfalfas, y también el trigo y colza, y algún girasol . Antes, lo único que se podía cultivar era cereal, girasol de secano, y alguna leguminosa. Los regantes conectados a la gran balsa de Villalón ven ahora con más optimismo el futuro de sus explotaciones. «La rentabilidad de un cultivo de regadío puede ser del doble o el triple que un cultivo de secano, pero más que el valor, lo importante es que te aseguras la cosecha , porque al precio que están los costes de los insumos que nosotros tenemos, si lo tiramos en secano y el cielo dice que no llueve en un mes, todo nuestro trabajo y nuestra inversión estará tirada en un pozo. En cambio con el regadío te aseguras que vas a coger», concluye Antón.

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