Las joyas artísticas de la Diputación de Palencia
El patrimonio artístico mueble de la Diputación está formado por casi 700 obras, la mayoría de ellas pintura, pero incluye también escultura y mobiliario especial
El patrimonio artístico mueble de la Diputación de Palencia está formado por casi 700 obras, la mayoría de ellas pintura, pero incluye también escultura y mobiliario especial, que se suma a la propia decoración de edificio sede de la institución, el Palacio Provincial, levantado entre 1906 y 1914 según proyecto y bajo la dirección del arquitecto palentino Jerónimo Arroyo López.
“En cantidad tenemos una colección bastante importante, mientras que es dispar en cuanto a calidad, porque se cuenta con obras buenas y otras más normales de artistas contemporáneos. Estamos muy por encima de la media como dotación artística de una administración”, afirma el jefe del Servicio de Cultura de la institución, Rafael Martínez.
Señala que, desde 1926, se acarició la idea de crear un museo de artistas y personajes palentinos, que fue retomada en 1948, pero que nunca se llevó a la práctica. “Se pretendía que formaran parte de los fondos del museo no sólo los pintores consagrados, sino también aquellos que hubieran tenido una beca o pensión de la Diputación y los que no siendo palentinos residieran o hubieran residido en Palencia o hubieran representado escenas, paisajes ambientes o personajes palentino”.
La Diputación, pionera en la idea del museo de artistas palentinos se fue haciendo con diversas obras y, tras el incendio de la Nochebuena de 1966, en el que se perdieron algunas de las que decoraron el edificio desde su inauguración y otras de las adquiridas o donadas con posterioridad, se incrementó de forma notable la adquisición de obras para diversas salas del edificio restaurado, puntualiza.
Con posterioridad, la política de becas, al igual que las pensiones para artistas concedidas a principio del siglo XX, llevó a que algunos artistas dejaran alguna obra como donación a la Diputación. Con la llegada de la transición democrática, se produjo, al igual que en toda España, un aprecio de las manifestaciones culturales y especialmente de todo lo considerado como propio.
Búsqueda y compra
La mirada hacia los artistas palentinos de dentro y de fuera de la provincia, contemporáneos o de los siglos pasados, hizo que la Diputación, fundamentalmente a través del Departamento de Cultura, iniciase la búsqueda de obras, y paralelamente, al conocerse este hecho, que galeristas y coleccionistas ofreciesen obras de artistas palentinos o de temática palentina a la Diputación, subraya Martínez.
La Diputación compró, cuando interesó y fue asequible el precio. Y se puede afirmar que ha comprado generalmente bien, tanto desde el punto de vista de la colección como del mercado. Adquisiciones notables de este periodo han sido las dos tablas de Pedro Berruguete, en la década de los ochenta, y varias e importantes obras de Casado del Alisal, Mañanós y Eugenio Oliva, además de algunas de Caneja y Victorio Macho.
Junto a las obras regaladas por los becarios, y la adquisición, una tercera vía posibilita la llegada de obras de arte a la Diputación. Se trata de la donación. Hace décadas llegó así parte de la testamentaria de Casado del Alisal.
Apunta que, en la actualidad, desde la inauguración del Centro Cultural Provincial y su sala de exposiciones, los artistas que exponen en ella donan una obra a la Diputación, lo que ha permitido incrementar notablemente un patrimonio que es de todos los palentinos.
Joyas
Martínez asegura que las dos tablas de Pedro Berruguete son, seguramente, los dos ejemplos más importantes de la colección de la Diputación, que representan a San Jerónimo y al Rey David. “Sabemos que son pareja de otras dos tablas , porque están publicadas a principios del siglo XX en la Colección Lafora, un anticuario muy conocido de España”.
Detalla que estas dos tablas estaban en poder de un coleccionista privado, quien ofreció una de ellas a la Diputación, que acabó siendo comprada tras diversas negociaciones, y vino acompañado de un dibujo veneciano. Al año siguiente, la misma persona ofreció la segunda tabla, la cual también fue adquirida en la década de los 80.
Para hacerse una idea del valor que poseen dichas obras, señala que, la última vez que uno de ellos salió con motivo de una edición de las Edades del Hombre, fue asegurado en 500.000 euros. “Son, quizás, las pinturas más importantes del conjunto que atesora la Diputación porque no se observa en el mercado ni en un edificio privado u oficial”, ya que, en los últimos años, tampoco ha salido en subasta ninguna obra de Pedro Berruguete, añade.
Se trata de una pintura antigua y de un autor muy importante que está recogido en los libros de texto. Entre el conjunto, también destacan varias e importantes obras de Casado del Alisal, Mañanós y Eugenio Oliva, además de algunas de Caneja y Victorio Macho.
De igual manera, se cuenta con Águeda de la Pisa, que es una pintora palentina del movimiento abstracto que se codeaba con el grupo más importante de España en este sentido, cuyo cuadro se adquirió hace unos años y se ubica en la sala de visitas del Palacio, además de otro ejemplo más que se ubica en el propio despacho de la presidenta, Ángeles Armisén.
Se intenta que en los despachos y zonas más representativas haya los mejores cuadros, como ocurre con otro cuadro de Gastón Orellana, con la ‘Cruz fosforescente’, un pintor de tipología también abstracta.
Distribución
Rafael Martínez traslada que esta colección de obras de arte no es muy conocida ni por el gran público ni por los estudiosos. Algunas de ellas han sido expuestas con motivo de exposiciones celebradas en Palencia o cedidas a exposiciones celebradas en Madrid y otros puntos de España.
Salvo la obra de Casado del Alisal más ampliamente expuesta por la propia Diputación con motivo del centenario de su muerte, apenas sobrepasan la treintena las obras que han participado en exposiciones.
De valor, interés y calidad desigual, la pinacoteca de la Diputación se halla distribuida por los distintos despachos, tanto de representación como de trabajo, de sus distintas dependencias, además de las que permanecen almacenadas por diferentes motivos.
Todo ello, el número de obras, su instalación actual, su temática y calidad dispar, hace que “no sea posible contemplar ya el conjunto de la colección, y que hayan de ser exposiciones temporales que agrupen la obra con algún criterio, o un catálogo general que estamos preparando, la única forma de poder dar a conocer la colección”.