Diario de Castilla y León

El Gobierno culpa ahora a la pandemia y la guerra de la parálisis de la A-11 en Valladolid

El PP exige conocer las modificaciones realizadas en los últimos años en los dos tramos de la provincia entre Tudela y Quintanilla de Arriba y reclama al secretario general de Infraestructuras que comparezca en el Congreso

Panorámica de la construcción de la autovía.- JOAQUÍN RIVAS / PHOTOGENIC

Panorámica de la construcción de la autovía.- JOAQUÍN RIVAS / PHOTOGENIC

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F. RAMOS / L.G. ESTRADA / M. HERVADA VALLADOLID / SORIA
Valladolid

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Hay proyectos pendientes de ‘cortar la cinta inaugural’ en la Comunidad con tanto retraso en su ejecución que la palabra ‘incumplimiento’ se ha convertido en su leitmotiv, como le ocurre a la A-11. La conexión por autovía entre Valladolid y Soria, que acumula tres décadas de retraso debido a la parálisis, añade una nueva excusa a su colección de pretextos (de todos los colores) que pretenden justificar sus continuos aplazamientos. 

Y es que el Gobierno, a través del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de Raquel Sánchez, culpa ahora a la pandemia y a la guerra de Ucrania de la parálisis en la que mantiene sumidos a los dos tramos de la Autovía del Duero en Valladolid, que acumulan retrasos continuos fruto de esa paralización.

Según alega el Ejecutivo de Pedro Sánchez , la «coyuntura económica derivada de la situación de crisis sanitaria durante los años 2020 y 2021», en referencia a la pandemia, «y la crisis derivada de la guerra en Ucrania», que comenzó hace un año, son los motivos que han provocado los actuales retrasos, unidos al hecho de haber tenido que tramitar «modificaciones de los contratos de las obras» , lo que ha supuesto un «reajuste» en los plazos finales. 

En la práctica, supone que los ciudadanos que viajan entre ambas capitales de provincia tienen que seguir circulando buena parte del trayecto por una nacional de intenso tráfico de vehículos pesados, observando por la ventanilla –lejos en la distancia– el lento progreso de los trabajos en la infraestructura, y con la incertidumbre de saber cuándo tocarán a su fin. 

Lento porque en este último año las máquinas apenas han avanzado un 4,4% en el tramo entre Tudela de Duero y Olivares de Duero , y sólo un 2% en el que conecta Olivares con Quintanilla de Arriba, hasta alcanzar un grado de ejecución del 22,4% en el primer caso y un 20% en el segundo. 

Estos últimos porcentajes corresponden con las estimaciones actualizadas por el Gobierno a fecha 30 de noviembre de 2022, en respuesta a tres cuestiones planteadas por el Grupo Parlamentario Popular a la Mesa del Congreso. 

En concreto, el 21 de diciembre del año pasado los procuradores Eduardo Carazo, José Ángel Alonso y Andrés Lorite registraron tres preguntas centradas en conocer el grado de ejecución de los tramos en obras en Valladolid de la A-11, para saber si se habían autorizado ampliaciones en el plazo de ejecución inicialmente previsto y para conocer en qué punto administrativo se encontraba la tramitación de los tramos en los que no se han iniciado las obras de construcción de la nueva autovía. 

La respuesta a esas demandas de información está sellada en el Congreso el día 1 de este mes de febrero, y se limita a justificar los atrasos bajo los argumentos de la pandemia y de la guerra, y a la aclaración de los citados porcentajes de ejecución de los tramos – un 20% el de Quintanilla de Arriba a Olivares y un 22,4% el de Olivares a Tudela , frente al 18% que compartían ambos justo un año antes–. 

A tenor de las respuestas emitidas, el Partido Popular considera que la «dejadez» del Gobierno central está provocando «graves retrasos en una infraestructura fundamental para Castilla y León y para la provincia de Valladolid» e insiste en saber si se han aprobado modificados en el proyecto en los últimos cinco años, y cuáles, así como  en aclarar en qué fechas concretas se han producido las modificaciones y por qué cuantías económicas. 

Además, el grupo ha formulado otras dos preguntas. La primera de ellas pretende aclarar cuándo se podrá circular por autovía en los tramos que discurren por la provincia de Valladolid, con el siguiente requerimiento: «¿En qué fecha concreta tiene previsto el Gobierno finalizar las obras de la A-11 a su paso por la provincia de Valladolid, concretando específicamente cada uno de sus tramos?». 

La segunda, por su parte, reza así: «¿Qué ampliación en el plazo de ejecución de las obras de esta infraestructura conllevan dichos modificados, concretando específicamente por cada uno de los tramos de la provincia de Valladolid?». 

Y es que en su respuesta inicial, el Ejecutivo únicamente habla de «reajuste» para referirse tanto a las anualidades como en el plazo final de las obras, pero no aclara una fecha en el calendario. Así que continúa entre interrogantes cuándo estarán conectadas por vía rápida ambas capitales de provincia y cuándo, por tanto el corredor del Duero será una realidad, una vez se completen también las obras en Soria

Por ello, a fin de esclarecer las dudas que acompañan a estas eternas obras, el Grupo parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados ha solicitado la comparecencia en pleno del secretario general de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, para que dé cuenta de los retrasos que acumula la Autovía del Duero en la provincia de Valladolid y para que explique su baja tasa de ejecución.

A falta de esas explicaciones, la única referencia temporal, plasmada en el papel, se encuentra en las inversiones en los dos tramos vallisoletanos, que se perpetúan hasta 2025 . Es en ese horizonte cuando se contempla que lleguen a su fin, según los últimos Presupuestos Generales del Estado. 

En el caso del trayecto de ocho kilómetros y medio entre Quintanilla de Arriba y Olivares de Duero, hay una partida de 11,4 millones de euros el año que viene y otros 17,4 el próximo, en teoría para poner fin a unos trabajos que se iniciaron supuestamente en 2010, aunque las máquinas no entraron hasta mucho más tarde. En el caso del tramo entre Olivares y Tudela, que abarca 19 kilómetros, las previsiones contemplan 15 millones para 2024 y 20,9 para 2025, también con la meta de cerrar unos trabajos cuyo arranque ‘oficial’ está fechado en 2010.

Partidas económicas, en ambos casos, que se suman a los 54,6 millones de desembolso previsto por el Gobierno para la presente en el primer tramo, y los 25,5 para el segundo. En total, la inversión dispuesta entre Quintanilla y Olivares se cifra en 113,14 millones de euros y la cuantía entre Olivares y Tudela se concreta en 93,86 millones.

Mientras en Valladolid continúan los retrasos –no hay que olvidar que la última fecha de conclusión que se había barajado era diciembre de 2022–, en la provincia de Soria se encuentra en ejecución únicamente el tramo entre El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz, de unos 11 kilómetros. Fue adjudicado en mayo de 2009, sufrió el cambio de empresa por el concurso de acreedores de la anterior nueve años después. Finalmente la obra fue retomada en 2018 con una nueva adjudicataria. La previsión es que finalice este año 2023, aunque no hay fecha fijada.

Con el actual Ejecutivo se han abierto ya cuatro tramos de la  A-11 en la provincia de Soria , en total 53 kilómetros de la Autovía del Duero, que han tardado años en hacerse realidad. Se trata de los recorridos La Mallona-Venta Nueva, que puso a disposición del tráfico rodado sus 5,3 kilómetros en mayo de 2019, el Santiuste-El Burgo de Osma, de 8,5 kilómetros, un mes antes, así como el San Esteban de Gormaz-Langa de Duero y sus 12,8 kilómetros en junio de 2020, para concluir, por el momento, con el Venta Nueva-Santiuste en junio de 2022, de 17 kilómetros, y el más demandado por evitar uno de los puntos negros de accidentes en la provincia, el puerto del Temeroso.

El más retrasado es el tramo Langa de Duero-Aranda de Duero, de 22 kilómetros, que ya cuenta con trazado aprobado y la previsión de iniciar obras en 2023, pero sin determinar. Su primera adjudicación fue en 2008 y por distintos avatares, como la rescisión del contrato, sufre una destacada demora. El contar con el trazado definitivo en julio de 2022 dio luz verde a iniciar los procesos de expropiación y licitación de la obra.

Restan, por tanto, incógnitas para resolver el problema de cuándo estarán unidas por autovía ambas capitales, después de escuchar desde hace ya décadas que se trata de una infraestructura necesaria y prioritaria para la cohesión territorial de la Comunidad.

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