Diario de Castilla y León

La Comunidad encabeza la reducción de población con 13.000 empadronados menos

L Los datos del padrón continuo muestran que Castilla y León resta casi el doble de ciudadanos que Asturias, segunda en la lista, y que reduce su población total hasta las 2.370.000 personas

Una imagen de archivo de un pueblo de Valladolid. E.M.

Una imagen de archivo de un pueblo de Valladolid. E.M.

Publicado por
Ricardo García
Valladolid

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Castilla y León se sigue vaciando con alarmante velocidad , a razón de 13.075 habitantes durante el año pasado . Un dato que le vale a la Comunidad no solo situarse a la cabeza del país en esta dramática situación, sino para asentarse de manera indiscutible en el primer puesto de la tabla haciendo frente al que quizá sea el mayor problema de este territorio, que ya se pierde en el tiempo y cuya proyección para el futuro es siempre desalentadora.

Los datos del padrón continuo recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no dejan lugar a dudas. Castilla y León es, con mucho, la comunidad autónoma del país que más sufre la despoblación , ya que entre el 1 de enero de 2021 y la misma fecha de este año perdió más de mil empadronados cada mes, aunque esta es una cifra superior a los 10.499 habitantes que señala el BOE en sus datos consolidados . Una discrepancia que se produce debido a que el Boletín Oficial del Estado utiliza en su estadística unos datos anteriores.

 

Es lo que se desprende de comparar las últimas cifras publicadas por el INE con las que aparecían hace un año, y que se traducen en que un 0,5% de los castellanos y leoneses ya no residen , o al menos no están empadronados, en la Comunidad. Esto hace también que frente a los 2.383.139 ciudadanos contabilizados al cierre de 2020, tan solo queden 2.370.064 (2.372.640 según el BOE).

Sin embargo, es cuando se observa la siguiente región en la lista cuando se puede entender la magnitud de la despoblación que sufre Castilla y León. Y es que ese segundo puesto lo ocupa Asturias , que pasa de 1.011.792 ciudadanos a 1.004.499. Supone una diferencia de 7.293 empadronados menos, poco más de la mitad de los que desaparecen en la comunidad castellana y leonesa.

Algo similar ocurre con la Comunidad de Madrid, que resta 6.795 habitantes , con la particularidad de que sobre sus casi 6.750.000 empadronados solo representan el 0,1%. Aún así, hay que destacar que en este territorio, mucho más poblado que Castilla y León y por tanto más susceptible de sufrir movimientos demográficos, la pérdida de habitantes en notablemente inferior.

En el lado opuesto de la tabla, la Comunidad Valenciana es la que más habitantes ganó a lo largo de 2021 en todo el país, pues sumó nada menos que 32.701 empadronados , de nuevo según los datos publicados ayer por el INE. Por detrás de ella se situó Andalucía, que incrementó sus registros en casi 22.000 habitantes, mientras que Cataluña se quedó a un margen mínimo de alcanzar 20.000 nuevos empadronados. En cualquier caso, para encontrar le mayor aumento de población relativa hay que buscar en el cuarto puesto de la lista, donde se sitúa la Región de Murcia. Este territorio pasó de 1.518.486 habitantes a 1.531.439, lo que equivale a un crecimiento del 0,9% .

Dentro de estos mismos datos relativos, es precisamente Asturias la única comunidad que, con un -0,7%, supera a Castilla y León, que a su vez empata con Extremadura en el -0,5%. Junto a ellas Madrid, el País Vasco, Galicia, Aragón y La Rioja completan  la lista de los territorios donde disminuye el número de habitantes.

Con todos estos datos, además de los de que arrojan las comunidades alojadas a mitad de tabla, el del conjunto nacional señala que España continúa creciendo en población , después de haber incorporado a sus registros 50.490 habitantes empadronados durante el pasado año. Así, el último dato de población es de 47.435.597 millones de personas.

EXTRANJEROS

Uno de los desgloses de datos que frece el último informe del Instituto Nacional de Estadística publicado tiene que ver con los extranjeros inscritos en el padrón a lo largo de 2021, que en la Comunidad fueron 815 más que al cierre de 2020. Esto hace que de los 144.110 de la cifra a 1 de enero de 2021 se pasara a 144.925, con una variación relativa positiva del 0,6% , muy lejos del 1,3% de la media nacional tras sumar 72.410 extranjeros empadronados.

Llama la atención que las variaciones en el padrón de algunas de las comunidades en las que más crecen los habitantes están sostenidas precisamente por los extranjeros, pues de ese crecimiento en 32.701 personas en la Comunidad Valenciana mencionado anteriormente, 27.039 eran procedentes de fuera de España. En el caso de Castilla y León, por el contrario, más que sostener el crecimiento, el balance positivo de extranjeros lo que hace es mitigar la sangría demográfica, ya que de no darse este aumento se podría hablar de casi 14.000 castellanos y leoneses menos.

Además, el INE señala también que esos casi 145.000 extranjeros que aparecen empadronados en Castilla y León suponen el 6,1% de la población total de la Comunidad , una cifra que está todavía lejos de los máximos que marcan territorios como Baleares (18,8%), Cataluña (16,2%) o la Comunidad Valenciana (15,3%); o de la media nacional del 11,6%.

Por otro lado, las cifras también permiten analizar la composición territorial de las diferentes comunidades autónomas en base al número de municipios con los que cuenta cada una y su tamaño por habitantes. Conviene recordar que Castilla y León es la región que se sitúa como líder indiscutible en este sentido, con 2.248 municipios . Dicho de otro modo, uno de cada cuatro de los 8.131 ayuntamientos de España se ubica en la Comunidad.

Sin embargo, es reseñable que la inmensa mayoría de estos casi 2.500 municipios son muy pequeños, pues cuentan con menos de mil habitantes. Es el caso de 2.011, frente a los 215 que contabilizan entre 1.001 y 10.000 empadronados . Por lo tanto, lo más escaso en la Comunidad son los núcleos considerados grandes, aquellos a partir de 10.000 habitantes y que se dividen en trece hasta 50.000; cinco entre 50.001 y 100.000 y los cuatro que superan los 100.000 vecinos empadronados. Las nueve ciudades que componen estos dos últimos grupos se corresponden con ocho capitales de provincia, salvo Soria, y Ponferrada.

Además, en base a esta clasificación de municipios, otra de las informaciones que aporta el Instituto Nacional de Estadística es la que señala qué porcentaje de la población de cada comunidad autónoma reside en núcleos de mayor o menor tamaño. En este sentido, lo más destacable en el caso de Castilla y León es que cuatro de cada diez ciudadanos están instalado en ciudades con más de 50.000 habitantes.

Mientras tanto, el 56,2% de los empadronados castellanos y leoneses siguen eligiendo el medio rural como su lugar de residencia , lo lleva a muchos a vivir en los municipios más pequeños. Así, el 18,5% de la población de la Comunidad tiene su vivienda en municipios de menos de mil habitantes; el 25,6%, en núcleos de entre 1.001 y 10.000 vecinos; y el 12,1%, en poblaciones de entre 10.001 y 50.000 residentes.

Sin embargo, por muy pormenorizados que resulten todos los datos incluidos en el informe del INE, ninguno de ellos permite una lectura mínimamente positiva de la marcada despoblación que asola Castilla y León. La sangría demográfica que protagoniza la Comunidad se vuelve a hacer evidente con estos último datos, pero no hay que remontarse demasiados meses atrás para ver como estadísticas similares confirman siempre la misma realidad: Castilla y León es una de las regiones de España que más habitantes pierde periódicamente, si no la que más.

Además, a este complicado escenario se suma el escaso impacto de las distintas actuaciones llevadas a cabo para por diferentes administraciones para tratar de salvar de la desaparición al medio rural, que en la práctica totalidad de los casos es el que recibe el golpe más duro de la despoblación. Sin embargo, en estos últimos datos y en otros anteriores se empieza a poner de manifiesto una circunstancia aún más preocupante, pues el trasvase de población de los pueblos a las ciudades ha dejado paso a un éxodo generalizado del que muy pocos núcleos se libran.

De hecho, son ya muchas las capitales de provincia que ven como año a año su número de vecinos disminuye, si bien en algunos casos se debe a que hay una clara tendencia de movilidad hacia los municipios del alfoz. Por otra parte tampoco se puede obviar el papel importante, y cada vez más, que juegan los inmigrantes en la compleja ecuación de la despoblación, pues la llegada a la Comunidad de personas de otros países es lo que mitiga, al menos mínimamente, la constante disminución de los empadronados.

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