DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO
Alarma por atropellos. 15 en dos meses dejan 5 muertes y 16 heridos en Castilla y León
Los siniestros mortales de este tipo se repiten en las últimas semanas
- «Fallas un minuto y cambia tu vida y la de los tuyos»
- FRAN SARDÓN | ASPAYM: «La prevención es la mejor respuesta a la siniestralidad»
Los accidentes de tráfico no sólo se cobran la vida de conductores y sus acompañantes. Los peatones son la parte más vulnerable en la crónica del tráfico. En los dos últimos meses han sido víctima de 15 atropellos en los últimos dos meses. Una cantidad de siniestros de este tipo en las vías de Castilla y León inusitada que desata todas las alarmas. Cinco vidas perdidas.
Este martes un hombre de 68 murió al ser atropellado en la BU-V-1011 a la entrada de la burgalesa Santa María del Campo y una mujer que iba con él también resultó herida.
La semana pasada, en una jornada para olvidar si no fuera tan necesario recordar para prevenir, siete personas resultaron heridas en seis atropellos urbanos en Valladolid, Salamanca y Burgos. Cuatro de ellos se registraron en la capital vallisoletana. En medio de la mala racha, por lo menos no hubo fallecidos.
Precisamente en la provincia de Valladolid, el pasado 30 de octubre, dos hombres, de 77 y 55 años, perdieron la vida al ser arrollado por una furgoneta en Velliza . Ambos caminaban por el arcén cuando un vehículo se salió de la vía. El juez decretó el ingreso en prisión provisional para el conductor de la furgoneta.
Un varón «con múltiples antecedentes policiales» protagonizó un violento atropello el 17 de octubre en San Andrés de Rabanedo . Primero fue robado un vehículo en León capital, horas después un hombre de 78 años fallecía tras ser arrasado por un coche que cruzó de carril y se subió a la acera por completo. Ni siquiera se quedó a intentar auxiliar al peatón. Se dio a la fuga y la policía lo detuvo días más tarde.
A finales de septiembre, el 26, otro hombre murió al ser atropellado por un autobús en Guijuelo , Salamanca. Los servicios de emergencia tan solo pudieron confirmar el fallecimiento sobre el terreno.
Entre los 16 heridos el pronóstico difiere. El varón de 60 años arrollado en la avenida Simón Nieto de Palencia el pasado 24 de octubre resultó herido grave.
«Fallas un minuto y cambia tu vida y la de los tuyos»
Cuando abrió los ojos en una ciudad desconocida no entendía nada. Llevaban 60 días cerrados. Los que estuvo en coma inducido. « Me desperté, ni sabía si estaba vivo o muerto , dónde me encontraba ni qué me pasaba. Fue un golpe muy duro para mí y mi familia», explica Miguel García , vallisoletano que sufrió un accidente de tráfico que marcó cada instante de su día a día a partir del suceso.
Una noche de fiesta cogió el coche en malas condiciones y se salió en una curva. Perdió el conocimiento. «Llevaba horas bebiendo y además no tenía puesto el cinturón». Una lesión medular unió su futuro a una silla de ruedas al dejarlo tetrapléjico. Tenía entonces 33 años; ahora, 53. Dos décadas en los que reaprendió a vivir. Y esa nueva vida incluía encarnar un mensaje y el compromiso de hacerlo llegar al mayor número de personas: «Fallas un minuto y cambia el resto de tu vida y la de los tuyos porque yo lo pasé mal, pero mi familia, peor».
Se refiere a sus padres, que estuvieron seis meses a los pies de su cama en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, y a su entonces novia y desde hace 19 años pareja de hecho. «Han sufrido muchísimo», comenta un Miguel inquieto, al que le gusta mantenerse activo. «Cobro una pensión y colaboro en Aspaym en lo que puedo. Dando charlas en colegios, animando a quienes sufren un accidente porque sé que al principio sobre todo es más difícil».
Reconoce que él pensaba que volvería a andar. «No sabía nada de las lesiones medulares y creí que igual que había recuperado la movilidad del brazo, las piernas responderían y no perdía la esperanza, pero no. Me costó asumir que no podría andar, pero al final no queda otra. No hay más operaciones, esto es lo que hay».
Es consciente de que igual que «no hay dos lesiones medulares iguales, no hay dos enfermos iguales». Afronta la situación sobrevenida de la mejor forma que sabe. «Me dicen que no paro, que voy de aquí para allá, pero también tengo mis ratitos de bajón, aunque no quiero que me condicionen. Lo tengo controlado. Con mi pareja hacemos la vida lo más normal posible, pero no llegamos a todo. Hay limitaciones y es un camino largo».
Miguel canaliza su energía en trasmitir a los demás los consejos que le hubiera gustado que calaran en él a tiempo. «La responsabilidad fue mía y solo mía . En las charlas que doy, sobre todo a chavales, les digo por qué no tienen que beber, que no fumen, que no tomen sustancias y se pongan a conducir, que lleven el cinto... Lo que me hubiera gustado escuchar a mí».
Pese a todo, Miguel se sabe en mejor situación que otros: «Tengo amigos que como yo llevan 20 años así, no lo han asimilado y están cabreados con el mundo entero. No merece la pena. Dentro de lo que cabe, tengo suerte de que puedo contarlo. Tengo amigos que se han matado y sus padres no han vuelto a recuperar la vida».
FRAN SARDÓN | ASPAYM: «La prevención es la mejor respuesta a la siniestralidad»
«Los primeros días de una persona con una lesión medular por accidente de tráfico son muy difíciles, tanto para él como para su familia. Su vida cambia drásticamente de un día para otro », señala Francisco Sardón, director general adjunto de Aspaym , una entidad «creada por personas que, principalmente, habían adquirido una lesión medular por un accidente de tráfico», y que desde sus inicios ha apostado por la sensibilización con charlas en colegios, campañas de concienciación en carreteras o programas para que los jóvenes sepan lo que es el día a día de personas con discapacidad.
« La prevención es la mejor respuesta a la siniestralidad en accidentes. Cuando una persona conoce de primera mano las consecuencias de una conducción imprudente o de un accidente toma más conciencia de la importancia de cumplir las normas», subraya Sardón, que añade que en Aspaym asesoran «para que la adaptación a su nueva vida sea lo más satisfactoria posible con apoyo psicológico, rehabilitación o poniéndole en contacto con otras personas que han sufrido un accidente»