Diario de Castilla y León

ENTREVISTA OTILIA CASTAÑO | GANADERA

«Más que ayudas y subvenciones, lo que pedimos es que paguen por la calidad de nuestras carnes»

Otilia Castaño en un paraje de la localidad de Villanueva de la Sierra, en Pías. -ARGICOMUNICACIÓN

Otilia Castaño en un paraje de la localidad de Villanueva de la Sierra, en Pías. -ARGICOMUNICACIÓN

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Otilia es ganadera. Ganadera convencida. Nació en Santiago de Chile, donde se fueron sus padres, pero volvía todos los años al pueblo de sus abuelos. A pesar de haber estudiado una Ingeniería Agraria en Chile, tenía claro que iba a volver a sus orígenes. Su vida transcurre en la Alta Sanabria, lejos del lago que todo el mundo conoce. Está segura de que la aportación de la ganadería en estas zonas de montaña es fundamental. Vive con su marido, también ganadero, y con sus hijos y le gustaría que hubiera continuación. Tiene muy claras las dificultades que atraviesan en el medio rural los ganaderos y las mujeres más concretamente, pero es un buen ejemplo de la resistencia a tener en cuenta. No se arrepiente de haber vuelto a sus raíces y de seguir defendiendo su medio de vida y una cultura tan cerca de extinguirse.

El cronista Epifanio Romo hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada: ¿Crees que somos felices?

Respuesta. Creo que no.

Pregunta. ¿Qué es un espíritu libre? 

Respuesta. Es una quimera. Pero somos espíritus libres y siempre lo seremos. Yo me levanto cada día y hago lo que más me gusta, aunque cada vez cuesta un poco más.

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Como ganadera. 

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Seguir siendo una excelente madre y buena esposa. Y, cuando llegue el momento, una abuela genial. 

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R.- De mis hijos, de lo que he hecho con Jesús, mi marido… Y de haber cuidado con amor y cariño a mis padres. 

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Me gustaría viajar con Jesús a Chile. 

P.- ¿Qué es el amor?

R.- Engloba muchas cosas. Es un conjunto.

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Creo que él se lleva mejor conmigo que yo con él. Me escucha más de lo que le rezo.

P.- ¿Está muy lejos la Alta Sanabria del resto de la región?

R.- En distancia, sí. En otros aspectos, no. No pueden dejarnos abandonados porque somos un remanso de naturaleza y paisaje maravilloso que no se pueden dejar tanto a nivel turístico como productivo o energético.

P.- ¿Habla gallego?

R.- Por supuesto que falo galego. 

P.- ¿Cuánta vacas tiene?

R.- 75, en semi-extensivo, de la raza rubia de Aquitania. 

P.- ¿Es rentable?

R.- Sí, pero con muchísimo esfuerzo. 

P.- ¿Qué recuerdos tiene de las ferias ganaderas de Porto?

R.- Un millón de ellos. Se juntaba mucha gente y se movía mucha economía. La gente también iba a disfrutar, a ver a amigos y familiares…

P.- ¿Tiene problemas con los pastos?

R.- La sequía, la estación de lluvia, los incendios… Todos tenemos problemas.

P.- Mujer, ganadera, madre de familia… Reúne todos los requisitos para que le lleguen las ayudas. 

R.- Más que las ayudas y las subvenciones, lo importante es que nos pagaran la calidad de nuestros animales. Ahí viene la pescadilla que se muerde la cola porque cada uno va a producir como puede y no como quiere. Y yo no quiero fastidiar el mercado a alguien que tenga un cebadero o un extensivo, por ejemplo. Es un trabajo metódico este. 

P.- ¿Cómo lleva la conciliación familiar?

R.- A veces tan ajustada que mi espíritu libre me dice “eh, que esto no es lo querías tú”. Me veo consumida por la vorágine del tiempo que me pilla. 

P.- ¿Qué piensa sobre las opiniones que piden limitar la carne?

R.- El ser humano es omnívoro. Yo respeto a quienes no quieren comer carne, pero ellos también deben respetar. Yo trato de dar a mis animales la mejor calidad de vida para reducir su estrés, un estrés que cada vez es mejor. 

P.- El día que los ganaderos desaparezcan del paisaje, ¿qué ocurrirá?

R.- Crecimiento exponencial de muchos animales que no estarán controlados, incendios, peligro de que las personas llegaran a los pueblos y “los destruyeran”, perderíamos la identidad de Alta Sanabria. ¿Pero de dónde consumiremos?

P.- ¿Le gusta lo que hace?

R.- Estoy un poco cansada de ser un salmón que nada contracorriente, pero aún me gusta. 

P.- ¿Recomendaría su trabajo a otras mujeres?

R.- Por supuesto. Nadie debe decirte que no cumplas tus sueños, que te vayas a hacer a la ciudad lo que hace todo el mundo. Yo soy la oveja negra del rebaño que hace lo opuesto al resto. Cada uno debe buscar su rumbo. 

P.- ¿La estampa rústica y bucólica de la ganadería todavía existe?

R.- Eso ya pasó. La ganadería es para gente cualificada que debe manejar sus cuentas, buscar rentabilidad, calcular costes, pagarse la seguridad social… Somos personas normales. 

P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.

R.- ¿Sabes dónde quedan los saltos del Bibey? 

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