Defensa desconoce cuántos proyectiles perdidos hay en el campo del Teleno de León
El Ministerio no es capaz de contabilizar los explosivos almacenados en estas instalaciones y que dificultaron la extinción de los incendios que en los últimos veranos han amenazado la zona
Ubicado en pleno corazón de la provincia de León, cerca del municipio de Luyego de Somoza y al oeste de Astorga y La Bañeza, se ubica el Campo de Maniobras y Tiro del Teleno, unas instalaciones del Ministerio de Defensa en las que para la realización de los ejercicios se almacenan proyectiles y explosivos de uso militar. Sin embargo, y a pesar de lo delicado de estos materiales, el departamento de Margarita Robles no es capaz de cuantificarlos, ni siquiera después de que su presencia haya complicado la extinción de los incendios que en los últimos veranos se han producido en la zona.
Precisamente, y tras el último fuego que se originó el pasado 23 de agosto y que calcinó casi 3.700 hectáreas, este periódico se puso en contacto con Defensa en busca de una cifra de proyectiles almacenados en el campo de tiro. Tras cuatro correos electrónicos, sin embargo, no se ha facilitado ninguna información al respecto, y con la particularidad de que solo el primero de los mensajes obtuvo respuesta.
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En ese mismo intento de saber cuántos proyectiles acumula el campo del Teleno, otras fuentes de Defensa fueron las que confirmaron a EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN que el Ministerio lo desconoce, a pesar de que esta zona es un verdadero polvorín.
Para los vecinos de la zona, las instalaciones militares se han convertido en una auténtica pesadilla, no tanto por las maniobras del Ejército como por las dificultades que supone a la hora de extinguir los incendios que en los últimos veranos han asolado el monte colindante.
De hecho, el que se produjo hace apenas dos meses, no pudo ser sofocado con los medios necesarios hasta que las llamas se extendieron más allá del perímetro de las instalaciones de Defensa y cuando ya había adquirido unas dimensiones muy preocupantes.
En el único correo electrónico respondido por Defensa se indicó que «el incendio se produjo como consecuencia de la caída de un rayo en el interior del Campo de Maniobras, teniendo por tanto un origen natural de carácter impredecible e inevitable ante el que los responsables del Campo actuaron, desde el primer momento, conforme a los procedimientos establecidos».
En cualquier caso fueron cuatro los días que tuvieron que pasar hasta que el operativo de extinción de Castilla y León pudiera desplegarse de la zona para actuar con seguridad por, precisamente, el riesgo que existe por la presencia de explosivos y munición real en el campo de maniobras.
En aquel momento las llamas amenazaban ya la localidad de Boisán, al oeste de Luyego de Somoza, lo que obligó a la Junta a declarar el nivel dos de peligrosidad. Hasta el día 2 de septiembre no se pudo rebajar a nivel uno, antes de que el día 6 se decretase el nivel 0 y se diera por controlado el jueves 8 de septiembre. No obstante, la extinción definitiva se produjo una semana después, el 14 de septiembre.
La superficie afectada, según los datos de la Junta, fue de un total de 3.680,63 hectáreas, de las cuales 414,30 correspondieron a superficie de matorral y 3.266,33 a ‘otras’, que coincide con el terreno que pertenece al campo de tiro, según precisaron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
Así, el incendio del campo de tiro del Teleno se convirtió en el más grave de los que han tenido lugar en la provincia de León durante este último verano, si bien en la misma zona tuvo lugar otro la campaña anterior.
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En aquella ocasión, el incendio se declaró antes del verano, el 19 de mayo, y fue extinguido diez días después tras haber calcinado 600 hectáreas. Frente a las causas naturales que según Defensa provocaron el más reciente, el foco de 2021 tuvo su origen en las maniobras de tiro realizadas en esta ubicación.
Una vez más, y al tratarse de una zona de caída de proyectiles, los equipos de extinción del Gobierno de España y la Unidad Militar de Emergencias, encargados de sofocar los fuegos en zonas militares, no pudieron acceder y todos los trabajos se centraron en habilitar un cortafuegos.
Anteriores a este, en los años 1998 y 2005, otros dos incendios tuvieron lugar en la misma zona. Fueron provocados por las mismas causas, las maniobras del Ejército, y en ambos casos devoraron miles de hectáreas de una zona que apenas puede recuperar su masa forestal cuando el fuego es una amenaza siempre presente.
«Ucrania» en León
Ante los continuos daños materiales y naturales provocados por los incendios en la comarca de La Maragatería, donde se ubica el campo de tiro del Teleno, los vecinos se han asociado para mostrar su hartazgo por la situación. Entre sus reclamaciones está el cese de las maniobras militares con munición real, pues denuncian que el corazón de León «es el lugar de España más parecido a Ucrania. Los habitantes de La Somoza se despiertan cada día con cañonazos brutales que hacen vibrar los cristales de las casas, oyéndose en kilómetros a la redonda».
Explosiones y disparos que han perturbado la vida de los leoneses que habitan en torno al campo de tiro, y que se acentúan en las fechas de mayor actividad de los militares. No solo eso, si no que entre los vecinos de la zona también han comenzado a surgir las primeras sospechas acerca de si varios de estos incendios pueden no ser del todo accidentales. «Los ejercicios con fuego real de este calibre, con la sequía reinante, no habrían sido posibles sin el incendio que calcinó la práctica totalidad del interior de la zona de caída de proyectiles. Gracias a esa ‘limpieza’ de vegetación ahora pueden tirar a placer al monte sagrado de nuestros antepasados de donde nos llega el agua y la vida», indicaban algunos de ellos la semana pasada a la agencia Ical.
Es la visión prácticamente unánime de la Plataforma de Afectados por el Incendio del Campo de Tiro, que ha creado una red de observadores que siguen paso a paso cada movimiento militar. Así, aseguran que han podido comprobar que durante la semana han tirado a dos kilómetros del casco urbano de Luyego o a cuatro de Boisán; «de ahí el enorme ruido y las fuertes vibraciones». «Esto no se puede consentir en un lugar habitado y en uno de los puntos débiles del campo de tiro», señalan y recuerdan que los vecinos de Boisán estuvieron a punto de ser evacuados en la noche del 28 de agosto porque el incendio amenazó el pueblo.
Es evidente que los vecinos de los municipios que rodean el campo de tiro del Teleno están agotando su paciencia. A la Plataforma de Afectados por el Incendio se sumaron también los miembros de la Revuelta de la España Vaciada en Castilla y León.
Una de las principales concentraciones que se llevó a cabo el último fin de semana se celebró en la localidad leonesa de Filiel, y donde se puso de relieve la afección de las prácticas de tiro del campo de tiro y que genera una tipología «muy específica». Así, el portavoz de la Revuelta de la España Vaciada en León, Sergio Díez, resaltó que es ahora cuando «empieza la campaña de prevención de los incendios que se pueden producir el año que viene», lo que hace de este el momento idóneo para «dar un toque de atención a las administraciones para que comiencen con las labores».
En una localidad de poco más de un centenar de habitantes pero que «refleja muy bien las reivindicaciones de la España Vaciada», porque «ser pocos no resta en derechos», Díez denunció la «falta de empatía» de la ministra de Defensa, a la que acusó de «pasar del tema», al tiempo que lamentó «la falta de intención» para poner fin a un campo de tiro que «limita la actividad en la zona pero no genera ningún tipo de impacto ni social ni económico», sino que hace que los vecinos «vean pasar tanques y los proyectiles por sus pueblos y no puedan aprovechar el monte para hacer actividades productivas», mientras que «cuando se produce un incendio hay que esperar a que llueva para que se apague porque no se puede entrar dentro de sus límites».
En este sentido, la portavoz de la plataforma que pide el cese de la actividad del campo de tiro, Marisa Rodríguez, puso de relieve que las expropiaciones «forzosas» de terrenos llevadas a cabo para crearlo «no dieron de comer a nadie», sino que «se pagaron a 16 pesetas el metro cuadrado», al tiempo que «no se han podido aprovechar ni pastos ni leñas a pesar de que estaaba reflejado en los convenios».