Ana Maes: «Sin componer y sin cantar me moriría de amargura»
La artista zamorana, residente en Burgos, lanza hoy su segundo trabajo en menos de un año / Su nombre resuena con fuerza en la escena local tras ganar el LIF La 8 y triunfar en la Noche Blanca
Compite consigo misma en una carrera de fondo. No en línea recta sino en diagonal, peldaño a peldaño. Para Ana Maes, la vida se asemeja a una escalera. A veces se tambalea, otras permanece fija y segura. Y aunque desconoce hacia dónde llega, en apenas un año ha subido de manera vertiginosa. Sin tiempo que perder, pero tampoco dejándose llevar por las prisas. Cada cual a su ritmo, según sus circunstancias. Ella, partidaria de la escritura reposada y del detalle pulido , prefiere esperar un poco más para no dar pasos en falso. Porque en estas lides, mal que pese, más vale un pepino que un churro.
La metafórica escalera a la que alude esta joven artista zamorana afincada en Burgos desde los 16 se refleja, minimalista aunque poderosamente, en la portada de su Vol. 2, disponible a partir de hoy en plataformas digitales . Segunda maqueta en lo que va de año de una prometedora feemcee (rapera, para que nos entendamos) capaz de combinar, sin artificios, las rimas 4x4 de la vieja escuela con melodías pop o ritmos cuasi intrínsecos del trap . Cuatro temas, uno en colaboración con Dogen Zenji, con «más carga de letra» y la clara intención de que «se sepa más de mí: quién soy, de qué vivo, qué opino ante la vida y sobre la sociedad» .
«¿Dónde me estoy metiendo?», se preguntaba Ana Maes, recién salido el Vol. 1 durante los primeros compases de 2022. De un día para otro, le salió un bolo en Toro (Zamora) y creía que el repertorio se quedaba un pelín corto. Tenía unas cuantas referencias previas, pero le faltaba al menos un tema para cuadrar la actuación. Dicho y hecho, se puso manos a la obra. Y en menos de lo que canta un gallo, parió Vidas Paralelas. Le salió algo «agónico», quizá demasiado profundo. «Me recuerda bastante a mí misma por qué lo hago, por qué estoy a pico y pala» , reconoce, orgullosa, del que acabaría siendo el pistoletazo de salida de su nueva maqueta.
Poco ha llovido de un salto a otro, aunque peldaños haya escalado unos cuantos. A sus 24 primaveras, Ana Maes esperó a terminar la carrera de Biotecnología para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión. «Sin componer y sin cantar me moriría de amargura», confiesa, con mirada sincera y tímida sonrisa, tras recordar su momento más dulce como artista.
Corría el mes de junio, ayer como quien dice, cuando se alzaba con el oro en el LIF La 8. «Con el tema de los concursos nunca cumplía ningún requisito o no me cuadraban las fechas. Éste era perfecto porque pedían un EP y lo acaba de sacar. Veía que estaba donde tenía que estar». Puede que tuviese alguna premonición, aunque parece poco probable. «No pensé ni en ganar ni en perder. Solo quería hacer un buen bolo, partir el escenario al máximo» . Y así fue. Y encima arropada por «toda mi familia».
Brincó cuando se supo ganadora y no dejó de hacerlo. También lo dio todo en la Noche Blanca, una oportunidad de oro para abrirse a un público amplio y heterogéneo. De empezar «sola», aprendiendo sobre la marcha con sus propios medios, supo aprovechar el potencial de las redes para darse a conocer. Sin embargo, nota que «a través de los directos estoy ganando más gente». Y gracias a ello, probablemente, Víctor Rutty, Rober del Pyro y Dj Kaef se hayan fijado en ella para que les acompañe en Frías el 16 de septiembre .
Antes de ese concierto, de los que ya tiene cerrados y de los que están por venir, Ana Maes espera como agua de mayo las primeras reacciones a su Vol. 2. El single Who’s Next, potente videoclip inclusive, ha causado muy buenas sensaciones. Desde el plano estrictamente musical, por supuesto, pero también por ese «llamamiento», especialmente dirigido a las mujeres, en el que viene a decir algo así como «atrévete para que seamos más gente junta en esto».
De momento, esta joven de armas tomar ha logrado establecer una segunda familia en un mundillo donde, salvo excepciones como la del LIF, «no tienes una recompensa directa» . Puro trabajo en equipo compaginando múltiples disciplinas, desde el diseño gráfico del tatuador Jazulín de Ubrique (Only Cash) hasta el talento audiovisual de Ugolino&Sons perceptible en Who’s Next. En ese mismo barco también navegan bandas que a priori nada tienen que ver con su estilo como Memocracia o Los Queefing. Dentro y fuera del escenario, lo fundamental es «pensar como un colectivo».
Peldaño a peldaño, y siendo consciente de que «hay muchas trabas en el camino», Ana Maes celebra su «liberación», palpable a más no poder en Several Thoughts, sin prescindir de la «chulería» que tanto se estila en el rap y que expone sin tapujos en Dripping’ junto a Dogen. Entretanto, seguirá aprendiendo día a día para consolidar su propuesta, de principio a fin, en busca de nuevos horizontes.