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Castilla y León lucha contra la despoblación con 28 aulas rurales de menos de cinco niños

León y Zamora concentran el mayor número de escuelas con pocos alumnos este último curso / Educación aguarda a la matrícula extraordinaria para saber cuántos centros funcionarán este año con ratios excepcionales

Un niño realiza ejercicios en la escuela | ICAL

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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El problema de la despoblación que azota a la Comunidad repercute en la supervivencia de servicios como la educación, con numerosas aulas en riesgo de desaparecer por falta de alumnado, como ponen de manifiesto las 28 escuelas rurales que el último curso, el 2021/2022, permanecieron abiertas con un reducido cupo que no llegó a los cinco niños . En concreto, hubo trece ejemplos que se mantuvieron activos con sólo tres estudiantes y otros quince en los que únicamente se ocuparon cuatro pupitres.     

Sobre todos ellos pendía la incertidumbre de saber si lograrían aguantar por más tiempo, como una espada de Damocles a punto de desplomarse, y los datos parecen indicar que tres de esos 28 casos en peligro están abocados a la desaparición si no hay cambios de última hora. En la localidad zamorana de Granja de Moreruela y en las vallisoletanas de Rodilana y de Cogeces de Íscar, esta vez no han llegado al mínimo requerido en el proceso de matriculación ordinario

En la práctica significa que si en septiembre, cuando finalice el procedimiento extraordinario , no hay al menos tres solicitudes en los citados centros y se constata que podrían tener continuidad porque, por ejemplo, hubiera en el pueblo familias con niños más pequeños que en un futuro próximo pudieran escolarizarse, cerrarían sus puertas.  

Representan, en todo caso, una pequeña proporción sobre ese total de 28 unidades educativas que a lo largo del último curso han seguido en funcionamiento en la Comunidad para facilitar la escolarización en pequeños enclaves , gracias a la flexibilización de las ratios marcadas por la Consejería de Educación en aras de garantizar el mantenimiento de este servicio en núcleos de escasa población. Y, según insiste el departamento liderado por Rocío Lucas, se trata todavía de una radiografía provisional, susceptible de cambios. 

Puede haber no sólo variaciones en positivo, si en los tres citados ejemplos que se tambalean logran que se matriculen más niños en Infantil o Primaria, como en negativo, pues quizá haya centros en los que se ha formalizado un número suficiente de matriculaciones pero finalmente las familias opten por cambiar a otro y se queden entonces sin el cupo necesario. Hasta dentro de unas semanas, por tanto, no hay nada definitiv o.

La casuística dibuja muchos escenarios, como demuestran los datos de años anteriores. Baste comprobar que para el curso 2021/2022 la Junta preveía que funcionasen 27 aulas con menos de cinco alumnos y finalmente hubo una más y se llegó a las 28 unidades. 

El año anterior, sin embargo, ocurrió lo contrario, pues la Junta estimó que estarían abiertas 43 y finalmente operaron 40. Después hubo un descenso drástico al curso siguiente al salirse muchas de ellas del listado, no por acabar en cierre, sino porque se consolidaron gracias a la llegada de alumnos y entonces dejaron de formar parte del grupo de ‘excepciones’ en riesgo de desaparecer. 

La supervivencia , en general, de las escuelas rurales, está condicionada también por el paso de los chavales a los institutos cuando cumplen doce años para continuar con sus estudios de Secundaria y Bachillerato, o por la decisión de algunas familias, que optan por llevar a sus hijos a un centro de cabecera comarcal más grande aunque haya suficientes niños en su localidad, para que estén en un entorno donde puedan relacionarse con otros niños de la misma edad. 

A la espera de saber cuál será el panorama a partir del 9 de septiembre, fecha en la que comienza el curso 2022/2023, los últimos datos reales son los del año académico 2021/2022, con esas 28 unidades con menos de cinco alumnos que se erigen como ejemplos de resistencia contra la decadencia demográfica y el envejecimiento de la población. 

De ellos, las provincias de León y de Zamora copan el mayor número , con siete ejemplos cada una. En el primer caso, se trata de las localidades de Destriana, Canedo, Cimanes del Tejar, Sosas de Laciana y Estébanez de la Calzada, con tres alumnos durante el último curso, y de Silván y Congosto, donde se han sentado cuatro. En el caso de Zamora, Peleas de Arriba y Castroverde de Cerrato han funcionado con una terna de estudiantes, mientras que con cuatro se incluyen Fariza, Arrabalde, Santa María de La Vega, Villardeciervos y Granja de Moreruela, según los datos facilitados por la Consejería de Educación. 

El siguiente territorio de la Comunidad teniendo en cuenta el número de aulas con escaso alumnado fue Salamanca , con seis casos en total. En el grupo de los de tres niños estaban El Maíllo, Garcibuey y Retortillo, y en el de cuatro, Montemayor del Río, San Pedro de Rozados y Valero. 

En el resto de provincias, salvo en Segovia, donde el curso pasado no hubo ninguna escuela rural en la que únicamente los maestros dieran clase a cinco chavales, o menos, hubo dos ejemplos en cada caso. Así, en Ávila funcionó el de La Aldehuela con tres niños y el de El Hornillo con cuatro; y en Palencia hubo dos con cuatro pupilos: el de Santervás de la Vega y el Baños de Cerrato. 

En Soria , por su parte, mantuvo sus puertas abiertas el de Deza con tres escolares y el de Serón de Nágima con cuatro, mientras en Valladolid el de Rodilana subsistió con tres matrículas y el de Cogeces de Íscar con una más. Esta vez, sin embargo, ambos centros vallisoletanos no han logrado mantener los cupos del curso pasado y se enfrentan a la incertidumbre de saber si finalmente llega un salvavidas en las próximas semanas en forma de solicitudes o si, por el contrario, los niños ya inscritos tendrán que desplazarse en autobús a otros centros. 

Según los datos que cada año aporta la Consejería de Educación en la presentación del curso escolar, desde que se empezó a aplicar la rebaja de ratios hace ya un trienio, León es el territorio de la Comunidad con un mayor número de escuelas en la ‘cuerda floja’ debido a sus características poblacionales, mientras que el resto de provincias presentan más oscilaciones. 

   

    

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