ESPÍRITUS LIBRES | JOSÉ ÁNGEL GONZÁLEZ / GEÓLOGO
«El Museo de los Mares Antiguos de Monsagro permite retroceder y nadar 480 millones de años después»
El devastador incendio sufrido en Monsagro ha puesto de relieve su importancia forestal y cultural. Por este motivo eleva su voz el que fuera precursor del Museo de los Mares Antiguos y que sigue muy implicado desde la Universidad de Salamanca y su departamento de Geología en el área de Paleontología con Monsagro y su patrimonio geológico. Es catedrático en esta materia y forma parte del grupo de investigación de geomorfología ambiental y patrimonio geológico. Lleva desde 1980 dando clases en la USAL.
Esta es la pregunta que Isidoro Anguita hizo sin saber a quién iba destinada: ¿qué entiendes cuando escuchas hablar de espiritualidad?
Respuesta.- Mirarse uno al interior.
Pregunta.- ¿Qué es ser un espíritu libre?
Respuesta.- Alguien que tiende a plantar cara a la vida y sabe adaptarse a las diferentes circunstancias que vienen, siempre desde una mirada éticamente positiva.
P.- ¿Se siente un espíritu libre?
R.- Sí que lo intento y cada vez me gusta más.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Haciendo algo que me encanta por lo que, además, me pagan. Doy clases, hago trabajos de investigación en diferentes ramas de la Paleontología y la Geología.
P.- ¿Qué quiere ser de mayor?
R.- Siempre soñé con volar, tanto en el plano físico como en el mental.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- Mi sueño, a estas alturas de la vida, es mantenerme bien y seguir haciendo lo que realmente me gusta.
P.- ¿Qué es el amor?
R.- Algo muy complejo. Soy un emotivo romántico y, para mí, el que ama intenta hacer feliz a aquellos que ama.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Canto en un coro de la iglesia de San Benito desde hace muchísimos años. Pero, como paleontólogo, tengo que responder a las preguntas desde la lógica.
P.- Dígame un espíritu libre que admire.
R-. Ángel Mateos, el alcalde de Monsagro. Le veo luchar y hacer un montón de cosas con sus ideas y una sonrisa.
P.- Los paleontólogos, ¿lleváis la contraria al Antiguo Testamento?
R.- Nosotros decimos qué información nos dan los fósiles. Y, en cuanto al género ‘homo’, es evidente que los datos que se manejan en el Antiguo Testamento no son reales a la luz del registro fósil que hay. Y, sobre todo, los paleontólogos tenemos asumida la Teoría de la Evolución, que, aunque la Iglesia la ha admitido, todavía tiene muchos detractores a muchos niveles.
P.- ¿Qué es un fósil?
R.- Un resto de un organismo del pasado. O una señal que nos ha dejado, como por ejemplo una huella de dinosaurio. No es el mismo dinosaurio, pero nos revela que estuvo allí.
P.- ¿Qué tal le cae Spielberg?
R.- Bastante bien. Dio una salida importante a muchos niños que conocieron la paleontología a través de sus películas. Y hay que decir que se asesoró bastante bien de científicos para que no fuera demasiado irreal.
P.- ¿Qué une y qué diferencia a la biología, geología y paleontología?
R.- Si uno quiere ser paleontólogo puede acceder a través de los grados de Biología y de Geología. A los biólogos les cuesta asumir más cómo son los extractos del tiempo geológico, mientras que a los geólogos nos cuestan más las cuestiones de paleozoología, la botánica, los nombres de las especies en latín…
P.- ¿El geoturismo ha contribuido a familiarizar a la sociedad con la geología?
R.- Estoy convencido de que la sociedad tiene interés por la historia de lo que está pisando.
P.- ¿Es cierto que Monsagro es la capital de los trilobites?
R.- Es la villa de los trilobites. Realmente no están los restos propiamente dichos, pero sí sus marcas, el recuerdo de que estuvieron allí.
P.- ¿El Museo de los Mares Antiguos de Monsagro es una cita obligada para los científicos?
R.- Para los científicos y para todo el mundo que quiera retroceder y nadar en un mar de hace 480 millones de años. Al final, todos nos quedamos admirados de encontrarnos durante unas horas en el hemisferio sur, en el interior del mar junto a los organismos que vivían en aquella época.
P.- Ha tenido una estrecha relación con Monsagro, que ahora es el diamante en bruto de la Sierra de Francia.
R.- Es un diamante, y no solo en el turismo geológico, en toda la rama turística. Por eso llevamos a nuestros estudiantes a aprender en las calles y paredes de Monsagro.
P.- Ser paleontólogo y no haber visitado Monsagro, ¿es una cruz en el currículo?
R.- Tanto como una cruz, no. Hay que tener en cuenta que a nuestros estudiantes los llevamos por otras zonas para que vean huellas de dinosaurios. Lo interesante es que en Monsagro aprenden a valorar el patrimonio geológico.
P.- ¿Qué se pierde el que nunca ha visitado Monsagro?
R.- Se pierde ver un material increíble, una organización muy didáctica y el poder pensar qué ha pasado en la historia y las vueltas que da.
P.- Los geólogos, ¿tienen el corazón de piedra?
R.- Qué va. Nos gustan muchísimo las piedras, pero nuestro corazón es enormemente bullicioso.
P.- En un trilobite, ¿hay hueco para la poesía?
R.- No sé si hay hueco para la poesía, pero sí se pasan grandes ratos descubriendo cómo vivían. Algunos incluso hemos soñado con verlos en el fondo del océano.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo entrevistado.
R.- ¿Qué lugar del campo escogerías para darte un buen paseo?