ESPÍRITUS LIBRES | NOEMÍ PÉREZ / Arquitecta en el Corneja
«La normativa pone muchas trabas para actuar en las casas en el medio rural»
Desciende del Valle del Corneja. Su padre es aparejador, con estudio en Sabadell y natural de Piedrahita. Noemi estudió en Ávila y Arquitectura, en Segovia. Sin desligarse de Cataluña, optó por abrir estudio en Piedrahita su pueblo. Han pasado 17 años y sigue trabajando en su tierra. Reivindica mayor atención para la arquitectura popular y pastoril de molinos, lavaderos, batanes y fuentes en el valle y rechaza la minería.
Esta es la pregunta que Toni Pardo, cineasta y anterior entrevistado, hizo sin saber a quién iba destinada: ¿Cuál es el mayor error que has cometido en tu vida?
Respuesta. No darme cuenta de que la vida hay que aprovecharla más y dedicar tiempo a personas que no merecían la pena.
Pregunta. ¿Qué es ser un espíritu libre?
Respuesta. Navegar por la vida con las circunstancias que te vengan y con el rumbo puesto en la felicidad, entendiendo que solo tenemos una oportunidad para vivirla.
P.- ¿Se siente un espíritu libre?
R.- Sí.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Soy arquitecta.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Una joven feliz.
P.- ¿De qué se siente más orgullosa en la vida?
R.- De poder trabajar en lo que me gusta y de mi familia, porque gracias a su apoyo he podido conseguirlo.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- Viajar por el mundo.
P.- ¿Qué es el amor?
R.- La esencia de la vida. Sin amor no tiene mucho sentido vivir. Primero quererme yo y, después, querer las cosas que hago y a los que me rodean.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Mi educación ha sido religiosa, pero últimamente no tengo mucha relación con él.
P.- Dígame un espíritu libre que admire.
R-. Santa Teresa de Jesús. Una mujer revolucionaria en su época y cuya trayectoria y escritos siguen vigentes hasta ahora.
P.- Diecisiete años con un estudio de arquitectura abierto en Piedrahita, ¿da para tanto el Valle del Corneja?
R.- Sí porque, aunque desgraciadamente sufre la despoblación, mucha gente tiene sus raíces en el pueblo y quiere conservar la casa de sus antepasados y tener un lugar al que ir con las comodidades actuales.
P.- Para arreglar la despoblación, ¿hay que contar con los arquitectos?
R.- Claro. Y con los servicios. No puedes dejar a una población incomunicada, sin médicos… es lo básico. Además, un arquitecto es fundamental para poder sacar partido a esas construcciones antiguas y poder darles las comodidades que hay en la actualidad.
P.- Si tuviera que hacer un informe de vivienda, ¿qué tal está la zona del Valle del Corneja?
R.- Pues depende de qué población la normativa pone muchas trabas para actuar en las casas y creo que hay que ser conscientes de que una persona que quiera invertir en una vivienda en el medio rural es una oportunidad para revalorizar la zona.
P.- ¿Los arquitectos son sensibles a las realidades sociales y culturales de la geografía?
R.- Sí. El arquitecto hace casas para personas y cada persona que viene a mi estudio tiene una realidad y unas esperanzas.
P.- Si tuviera que destacar un conjunto urbano del Valle del Corneja, ¿cuál sería?
R.- Piedrahita, por mi arraigo, y El Barco de Ávila.
P.- ¿Hay algo que le preocupe en el entorno geográfico del Valle del Corneja?
R.- Las minas. Creo que hay unas políticas de grandes empresas y grandes intereses que solo miran por ellos y van a perjudicar una zona magnífica que habría que explotar, no destruir.
P.- Las fuentes y los molinos de agua son importantes en esa zona de la región…
R.- Creo que como hay tanta extensión sin habitar las autoridades sí tendrían que tener más inversión en la montaña. Allí hay muchas fuentes que antes usaban pastores y ganaderos y que ahora con el desuso se están perdiendo. En esta sierra hay mucha agua y sí se puede reaprovechar, señalizar, hacer rutas… Es una zona que no se está aprovechando. Podría ser una ruta muy bonita, pero hay que invertir más.
P.- ¿Echa en falta en su estudio de arquitectura un encargo de edificio de 20 plantas?
R.- No. Mi estudio es de arquitectura rural y de recuperación, un edificio así no tendría sentido. De hecho lo que más vale en los pueblos es el patio de las casas, justo lo que no está construido, porque ya estamos hartos de estar encerrados en las ciudades.
P.- Si le dejaran hacer el proyecto que desee en su zona, ¿qué haría? ¿Qué echa en falta en esa parte de Ávila?
R.- Rehabilitaría el convento de Santo Domingo en Piedrahita, una gran joya que está en ruinas. Lo haría por la relevancia que tuvo en su época, por las oportunidades que tiene y porque creo que puede ser un buen partido para revitalizar la zona.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo entrevistado.
R. ¿Qué sueño te gustaría que se hiciera realidad?