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LA ESPUELA | FÉLIX SANZ SASTRE

«Talleres artesanos en los centros históricos dinamizarían el turismo»

Con 35 años de experiencia desde su taller de ceramista en Tudela de Duero, dirige desde hace dos décadas el Centro de Artesanía de Castilla y León. Asegura que el sector «tiene mucho futuro y sostiene ya 6.000 empleos directos»

.- J. M. LOSTAU

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Pregunta.– Cuatro días de mercado castellano organizado por Foacal en el entorno de San Pablo, en Valladolid, con un sol brillante y buen tiempo. ¿Muchos visitantes?

Respuesta.– Sí, hay mucha afluencia de gente. Este mercado tradicionalmente es muy visitado, y más cuando hace bueno. Es la primera vez que abre sin restricciones tras la pandemia y eso se nota.

P.– ¿Desde cuándo lo organiza la federación, Foacal?

R.– Nos hacemos cargo de él desde hace diez años, pero ya se celebraba con anterioridad. Empezó siendo un mercado medieval que se montaba en la Plaza Mayor. Ahora los artesanos van ataviados como los artesanos tradicionales castellanos de los siglos XVIII y XIX, un tiempo de auge de estos oficios. Un mercado que se pudiera instalar en aquellos entonces en el entorno de San Pablo.

Ahora todos los participantes son profesionales, artesanos con actividad profesional en su oficio, dados de alta en la Seguridad Social, en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), y los productos que vende son los que realiza el artesano que está allí presente.

También hay artesanía alimentaria, que también forman parte de la organización de artesanos alimentarios de Castilla y León. 

P.– ¿De dónde llegan tantos establecimientos como hay instalados?

R.– Este año hay 86 puestos de talleres artesanales de toda España. De Castilla y León hay 67, de ellos 33 de la provincia de Valladolid, y el resto de Extremadura, Cantabria, Navarra, Valencia, Aragón, Galicia… incluso tenemos algún artesano portugués.

Hay muchos artículos vinculados con complementos, pero también los hay de decoración, relacionados con juguetes, la variedad es muy amplia.

P.– Foacal también participa en el centro de artesanía ‘Artis’ de Portillo. Hay lista de espera, ¿no?

R.– Nosotros participamos a través de un convenio con la Diputación. Nos encargamos de las actividades que desarrolla la Diputación relacionadas con la artesanía. Artis tiene su propio director, que es de Sodeva. Efectivamente, las quince naves de Artis están ocupadas y hay lista de espera para que se instalen actividades artesanales que empiezan.

Es un modelo de éxito que ha puesto de manifiesto la capacidad de la artesanía para generar empleo, y sobre todo autoempleo. Pensamos que es un modelo que podría ser exportable y trasladable a otras provincias de la Comunidad Autónoma, en zonas parecidas a Portillo, comarcas con tradición artesanal, con una buena vía de comunicación, cerca de una capital de provincia… Este modelo puede ser muy interesante para contribuir a fijar población y crear nuevos tejidos económicos.

P.– Hay tres mercados en Valladolid en los que Foacal colabora con el Ayuntamiento para su organización: el de Navidad, el de Semana Santa y este castellano. ¿Falta algún mercado por impulsar?

R.– Nosotros pensamos que esto está muy consolidado, que es una oferta suficiente, porque tampoco vemos un espacio temporal adecuado para incluir más ferias de este tipo. 

A lo mejor, más que ferias, sí que se puede trabajar con otro tipo de propuestas, como la presencia de talleres-tienda artesanos en el centro histórico. Ya hay alguna experiencia muy interesante, como la de Toska, en la calle Núñez de Arce, un taller de joyería, visitable, a cargo de tres mujeres. 

Se trata de un buen modelo que podría desarrollarse no solo en Valladolid, sino en el resto de centros históricos de la Comunidad Autónoma. Hay alguna experiencia en otras ciudades. Por ejemplo, en Bilbao están apostando por la recuperación de estos espacios comerciales que se han visto abandonados por el comercio tradicional, porque la competencia con los centros comerciales es muy dura, se está perdiendo el comercio de proximidad.

P.– ¿Y eso cómo se podría materializar? ¿Con alguna ayuda de la Administración a los artesanos?

R.– Se podrían estudiar diferentes fórmulas. Desde ayudas directas para el pago de alquileres, o que la Administración cediera algunos locales. Se podrían estudiar distintas posibilidades. 

Nosotros pensamos que es un buen espacio de desarrollo, porque no solo permite generar nuevos empleos y nuevas empresas en el centro de la ciudad, sino que es un recurso turístico por sí mismo. Ayuda a las ciudades a ofrecer nuevos recursos para que los visitantes puedan pasear por la ciudad y en lugar de encontrarse con un espacio cerrado, se puedan encontrar con un taller que es visitable y está diferenciado, que no te lo vas a encontrar en ninguna otra ciudad, como pasa con las grandes superficies de marcas comerciales.

P.– ¿Qué feria no quiere perderse un artesano de Castilla y León?

R.– Lo primero que hay que aclarar es que las ferias son muy importantes para el sector artesanal, pero es una parte pequeña de esta actividad. El sector tiene otros canales de distribución y estamos presentes en múltiples actividades económicas. Desde la moda de complementos, la restauración de patrimonio, en el deporte, en los muebles, la música, los lutier… Las ferias no suponen más que en torno a un diez o un doce por ciento de la actividad del sector.

Es muy importante, porque es lo más visible, pero las empresas artesanas de Castilla y León están comercializando en múltiples mercados, y no solo en internet, sino en muchos otros mercados.

En cuanto a las mejores ferias, quizá sería mejor no citar ninguna para que no nos olvidemos de algunas importantes, pero es cierto que las de Valladolid son de las más atractivas. En general las de las capitales de provincia son muy interesantes, y por ejemplo en la provincia de Valladolid dentro de poco tenemos dos ferias de bastante interés como la que se hace por la Feria del Espárrago de Tudela y la de ‘Somos de Aquí’ de Laguna de Duero.

También hay ferias de carácter un poco más local que también son muy interesantes, como las de Tordehumos, Villalón, la de la India Chica de Medina de Rioseco, el Mercado Medieval de Tordesillas… Hay una oferta importante de ferias, que a lo mejor no son tan profesionales, pero que dan mucha cabida al producto local.

P.– ¿Lo de que la artesanía está en crisis ha pasado a la historia?

R.– Últimamente se empieza a dar más importancia a este tipo de producciones de cercanía. La producción artesanal es una actividad muy sostenible, que fija población fundamentalmente en el medio rural –el 60% de las empresas artesanas está en los pueblos–, que generamos oportunidades a muchos jóvenes que se incorporan a la actividad, que llegan titulados en las escuelas de arte, o bien con grado, de ciclos superiores, en el mundo del diseño de producto, del diseño gráfico, ilustraciones… 

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El sector es mucho más amplio que las ferias. Generamos más de 6.000 empleos directos en la Comunidad Autónoma y tiene una potencialidad mucho mayor. Cuando se habla de artesanía la gente tiende a pensar que somos los oficios perdidos, o casi una actividad etnográfica, y todo lo contrario: somos una actividad con muchísimo futuro, con muchas cosas que hacer y con gente con muchísimo talento en nuestra Comunidad haciendo cosas muy interesantes.