Feijóo no acudirá a la toma de posesión de Mañueco por reunirse con sindicatos y patronal
El presidente nacional del PP tiene prevista una reunión para este martes que le impedirá acudir a Castilla y León por lo que será su número dos, Cuca Gamarra, quien le sustituirá
Se barajaba como una posibilidad, pero al final no podrá ser. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, no contará con la presencia del líder nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en su toma de posesión, prevista para este martes, 19 de abril. Una baja importante entre los ‘populares’ para un acto de gran relevancia, ya que no solo supone la ratificación del presidente de la Junta sino también un paso más en el acuerdo de gobierno firmado entre PP y Vox.
Finalmente, ha sido la apretada agenda de Feijóo la que ha imposibilitado que acuda a Valladolid, ya que para ese mismo día tiene previsto un encuentro con los sindicatos CCOO y UGT y con Cepyme y CEOE, representantes de la patronal, para buscar alternativas fiscales que presentar al Gobierno para combatir la crisis y fomentar la recuperación económica. Así, será la número dos de los ‘populares’, Cuca Gamarra, quien estará en Valladolid.
En un primer momento se llegó a especular con que Núñez Feijóo acudiría a Valladolid, donde se ubica la sede de las Cortes castellanas y leonesas, el día en que se celebró el pleno de investidura, el pasado lunes. Sin embargo, esto no fue así y el presidente del PP fue una de las ausencias más notables junto a la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
No obstante, la investidura es una cita a la que no tienen por costumbre acudir altos cargos de los partidos con representación parlamentaria, especialmente sus número uno. Cosa distinta es la toma de posesión, de la que Fernández Mañueco saldrá de forma definitiva como presidente de la Junta de Castilla y León. Y era esta cita para la que muchos contaban con la presencia de Feijóo, lo que finalmente no tendrá lugar debido a las muchas responsabilidades que el líder popular debe afrontar en sus primeras semanas en el cargo.
Otra de los elementos llamativos en la baja de Feijóo en la lista de invitados de Alfonso Fernández Mañueco es que contrastará con la presencia de Santiago Abascal durante el pleno de investidura, al que el líder nacional de Vox acudió para ser testigo de como su formación entraba a formar parte del ejecutivo regional. De hecho aquel día, del que el presidente de la formación ‘verde’ no perdió detalle, fue cuando reconoció que el gobierno de coalición del PP y Vox para esta legislatura contará con «muchos enemigos» durante una breve atención a los medios de comunicación.
Ahora todas las miradas estaban puestas en Feijóo, ya que se barajaba la posibilidad de que recogiera ese guante que Abascal le había lanzado de manera sutil. Sin embargo, el gallego sigue optando por apartarse todo lo posible de la alianza entre el PP y Vox en Castilla y León y que, a la vista de algunas de sus declaraciones más recientes, no le entusiasma.
Distinta opinión tienen Santiago Abascal y los suyos, que gracias a los resultados de las elecciones del pasado 13 de febrero han logrado pro primera vez en su historia pasar a formar parte de unas instituciones autonómicas con una relevancia que no se puede pasar por alto. No en vano, la presidencia de las Cortes ya ha recaído en el leonés Carlos Pollán, al igual que lo harán dentro de poco las consejerías de Agricultura, Industria y Cultura cuando los elegidos para encabezarlas sean nombrados consejeros por Mañueco.
Pese a la buena sintonía que tanto Vox como los ‘populares’ han querido mostrar, resulta evidente que ambos líderes no valoran igual el pacto. Mientras que Abascal lo ha defendido e incluso lo ha destacado como una prueba «piloto» de otros pactos similares que se podrán alcanzar en otras administraciones, Feijóo ha preferido guardar distancias, al igual que lo hará ahora si acudir a la cita del martes. Ha pasado de puntillas sobre el acuerdo de gobierno, a pesar de las muchas veces que ha sido preguntado al respecto e incluso cuando la última maniobra de Vox fue dilatar las negociaciones para que cobrara protagonismo durante el congreso extraordinario del PP en Sevilla, en el que se eligió al presidente gallego como sucesor de Pablo Casado.