Oleg y su familia ucraniana dicen adiós a Soria y El Quintanarejo y se marchan a Torrevieja con trabajo
Tras el reportaje de este diario contactaron con ellos unos empresarios ucranianos para ofrecerles trabajo
La crudeza de la guerra en Ucrania deja a veces retazos de solidaridad que suponen un soplo de aire fresco para muchas familias que deciden, de forma obligada, abandonar su vida y poner rumbo a lo desconocido para conseguir poner a salvo a los suyos. Es el caso de Oleg (que cuenta con doble nacionalidad ucraniana y rumana lo que le permitió abandonar el país) que vivía con su mujer, sus dos hijos y su suegra desde mediados de marzo en una casa en El Quintanarejo (Vinuesa) cedida por Tommaso Prennushi y a que él, que vive en Madrid, solo la ocupaba los fines de semana. Este diario recogió hace unas fechas su historia, cómo abandonaron su casa en Odesa y cruzaron la frontera hacia Rumanía sin un plan establecido... Hasta que contactaron con su madrina (que vive en Parla desde hace años y ha trabajado con Prennushi que previamente se había puesto en contacto con ella para saber de qué forma podían ayudar).
Tras la publicación del reportaje, las redes sociales hicieron el resto. Y es que, «muchas personas de la zona compartieron la noticia en Facebook y unos empresarios ucranianos afincados en Torrevieja (Alicante) contactaron con Oleg para conocerle y ofrecerle un trabajo. Es el misterio y el milagro de las redes sociales, que a veces son negativas, pero en otras ocasiones obran milagros».
La empresa, además, continúa Prennushi « gestiona una serie de tiendas de decoración y quieren expandirse a los accesorios de cama, colchones, fundas... exactamente la experiencia de Oleg en Ucrania».
No hay que olvidar que antes de verse obligado a huir de su país tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Oleg era el encargado de gestionar una decena de tiendas dedicadas a la venta de colchones. Su mujer, por su parte, trabajaba como economista para el Gobierno.
Oleg no se lo pensó dos veces ya que, desde el principio esta familia tenía claro que la prioridad, tras ponerse a salvo, era conseguir un trabajo para poder vivir. Y es que en todo momento explicaron que son gente formada con ganas de trabajar y con necesidad debido a la situación que atraviesan. Por todo ello, Oleg viajó a Torrevieja la semana pasada para conocer a los empresarios y, apunta Prennushi «ha habido suerte, por lo que le han ofrecido un empleo desde el próximo lunes».
Tras este primer viaje, Oleg volvió cargado de buenas sensaciones hasta El Quintanarejo, donde ha recogido a su familia para marcharse a la costa, donde llegaron el pasado miércoles para ir tomando contacto con el nuevo entorno. De momento, explica Prennushi, «están hospedados en un hostal, pero están buscando un piso en alquiler en la comarca de Torrevieja» . Además, no quisieron emprender el viaje a tierras levantinas sin antes despedirse de Gregorio, Dolores, Lorenzo, Jaime... «los pocos vecinos de la aldea cuya generosidad ha sido impagable». Sin olvidar» a aquellas personas de Vinuesa, con su alcalde Juanra a la cabeza que no han escatimado esfuerzos en ayudarles».
Por su parte, tanto Tommaso Prennushi como su mujer Cassandra Giscombe se muestran «muy felices por este desenlace tan rápido, porque significa que esta bella familia ha encontrado rápidamente una solución de largo periodo, justo lo que se necesita para emprender una nueva vida tras la tragedia de la guerra. Iremos al pueblo en Semana Santa y estamos abiertos a prestar nuestra casa a otra familia de ucranianos que la puedan necesitar, si bien es verdad que un coche es necesario para poder desplazarse... Cuando lleguemos a casa nos encontraremos con este retrato que nos ha hecho el pequeño Iván, apodado Vania, la mejor demostración de su cariño».