Diario de Castilla y León

ESPÍRITUS LIBRES

Eusebio Martín: «El secreto para sobrevivir se aprende con las canas. Hay que cargar mientras vacías, tomar mientras das»

El Tío Eusebio, que así se les llama a los hombres cabales en las sierras del mundo, ya se ha ganado a pulso el sobrenombre. Eusebio, el de Mayalde, vino a revolucionar la puesta en escena, el mensaje, el guion, la partitura y el método para defender la cultura tradicional y sus sonidos. Y lo ha hecho sin salirse de la linde, fiel a sus fuentes y bebiendo del mismo cántaro de la Tía Pilar y del resto de la cuadrilla, que es su familia, con la sale a cantar lo que le cantaron...

Eusebio Martín, miembro del grupo de música tradicional Mayalde. / ARGICOMUNICACIÓN

Eusebio Martín, miembro del grupo de música tradicional Mayalde. / ARGICOMUNICACIÓN

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Javier Pérez Andrés

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Esta es la pregunta es de la diseñadora María Lafuente sin saber a quién va destinada: ¿Qué es lo que le hace feliz en esta vida?

Respuesta.- Juntarme con mi mujer, mis hijos, mis nietos y mis amigos a hacer música.

P.- ¿Qué es un espíritu libre?

R.- Tengo un amigo que escribió una vez que ‘la vida es una chispa entre dos inexistencias’. Si eso es verdad, ser un espíritu libre es brillar con luz propia. 

P.- ¿Se siente un espíritu libre?

R.- Sí. A sabiendas de que mucha gente, antes de apagarse, arrimó sus ascuas a mi hoguera para hacerla grande. Todos esos viejos que viven cada día en nosotros.

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Tengo el trabajo más bonito del mundo: hacer feliz a la gente. Lógicamente, eso consume mucha energía. El secreto para sobrevivir se aprende con las canas. Hay que cargar mientras vacías, tomar mientras das.

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Solo aspiro a ganarme ese título que se concede en esta tierra y que cuesta mucho conseguir: quiero ser el tío Eusebio. Envejecer al lado de la tía Pilar, bailar hasta que me dejen las piernas y tocar la sartén hasta que me dejen los brazos.

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R.- De Mayalde, porque ese nombre engloba todo. Es el proyecto de un par de locos que se fueron a las cocinas y a las bodegas de su tierra, que abrazaron como maestros a gente analfabeta que no tenía el ‘don’ pero sí tenían mote. 

P.- ¿Eusebio y Pilar no tienen apellidos?

R.- Claro, pero nos pudo la bandera. Pilar Pérez García y Eusebio Martín Cifuentes están orgullosos de haber ganado otros apellidos distintos. 

P.- ¿Cuántos nietos tienen?

R.- Cuatro. Beltrán, Cayetana, Cuba y León. Ya han aprendido a galopar en la mesa de las panaderas. Para los nacidos en Salamanca, es fundamental aprenderlo antes de cumplir el año.

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- No. Hace muchos años que nos dedicaron las dos plazas de nuestros pueblos. Y eso es la gloria antes de morir. 

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- Es una bomba de relojería que traemos de serie todos los seres vivos. 

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Me hice ateo en el seminario, cuando me enteré que Dios era el genitivo de Zeus. En clase de religión tuve mucha suerte porque hacíamos una lectura diferente. El mal que había hecho a las mujeres aquello de ‘he aquí la esclava del señor hágase en mí según tu palabra’; o lo de ‘los pobres heredarán la tierra’, que nos preguntábamos, ‘sí, ¿pero cuándo?’; o la dificultad de entrar en el cielo de los ricos, ‘más que el camello por el agujero de la aguja’, que se solucionaba dejando cosas al convento. Dios es nuestra ignorancia.

P.- ¿A qué espíritu libre admira?

R.- A mi madre y mi nieta Cayetana. Son indomables, incombustibles. Y mi amigo Paco Luengo, que nos echaron del seminario juntos. Pero si tengo que elegir, mi padre.

P.- Folk, folclore tradicional o cancionero popular, ¿es lo mismo?

R.- Todavía no sé muy bien qué lo define. Yo sigo en la música tradicional que heredé, en la misión que nos propusimos: seguir contándole al siguiente lo que nos contaron. 

P.- Cambiaron la puesta en escena de la música y la cultura tradicional, ¿son conscientes de todo lo que han hecho?

R.- La siguiente generación nos dice que no nos podemos imaginar a la cantidad de gente a la que hemos llegado.

P.- ¿Cuál es el instrumento más original con el que hace música?

R.- Hay una pieza infantil que tocamos con una regadera que es una dulzaina, que además tiene el ‘culo’ convertido en bombo y los laterales son el redoblante. 

P.- ¿Siempre habrá tamborileros en Salamanca?

R.- Nunca van a desaparecer. Lo que se está perdiendo es el sentido ritual, mágico del maestro de ceremonias, esa parte ceremonial, la sabiduría del rito.

P.- Después de ‘Nanas con ná’, ¿ná o hay algo?

R.- Después vino ‘N’ca Mayalde’, el primer disco que grabamos en directo. El siguiente se llamará ‘Kesusín, Kesuseka. Mis caballos son tus caballos’. No sé para cuándo, pero cuando nos dé la tontuna nos encerramos y grabamos. 

P.- Déjeme una pregunta para el siguiente entrevistado.

R.- ¿Has tenido alguna vez en tus manos un objeto que no pensabas que pudiera ser un instrumento y, de pronto, has sentido la magia fluir por tus dedos?

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