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ESPECIAL 8-M | CULTURA

Gestión y talento no entienden de géneros

Tres referentes en disciplinas artísticas o de humanidades en Castilla y León analizan las dificultades que se encuentran en sus ámbitos, donde las mujeres no ocupan mayoritariamente puestos de jerarquía, y animan a las niñas a luchar para conseguir lo que desean ser

Gallego, Sastre y Arlegui. / E.M.

Publicado por
D. M. A. | VALLADOLID
Valladolid

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La brecha de género también alcanza al sector cultural, donde las féminas padecen una mayor tasa de paro, casi duplica la de los hombres, y tienen que apostar por el pluriempleo para la supervivencia dentro del sector. Son datos de un informe de la SGAE que también confirma que  dentro de la industria las mujeres solo ocupan puestos de jerarquía en un 27,6%, por un 36,8% de los hombres.  Datos que contrastan con la formación académica porque las mujeres apuestan por las enseñanzas artísticas, aunque la conciliación laboral y la ausencia de apoyo son, según este estudio, las principales barreras para la mujer. Otro de los aspectos analizados es la de los galardones: la proporción de mujeres que se han presentado a algún premio es similar a la de los hombres, pero solo el 16.3% de las mujeres recibieron premios por más de un 80% para los varones.

Una realidad a analizar con tres referentes en sus ámbitos. Ana Gallego, directora, escritora y actriz de teatro, al frente de la compañía vallisoletana de Teloncillo Teatro, Premio Nacional de Artes escénicas para la infancia y la juventud, que en 2022 cumple 54 años de actividad teatral. Desde hace 26, sus proyectos artísticos están dedicados en exclusiva a los niños y niñas. La segoviana Elvira Sastre, joven escritora, poeta y traductora literaria, y Marian Arlegui, licenciada en Prehistoria y conservadora de museos por oposición, con destino en el Museo Numantino Provincial de Soria desde1995, Museo Arqueológico que dirige desde 2018.

Marian Arlegui, directora del Museo Numantino Provincial de Soria. / E.M.

Marian Arlegu i vive este 8 de marzo como «un día necesario de reivindicación porque aún queda mucho que lograr», y considera que es una lucha global: «No pienso en nosotras mujeres europeas, sino en todo el mundo. Esa solidaridad me parece necesaria». En su caso, al trabajar en la Administración pública, considera que tiene «una mejor situación en general que las que trabajan en otras áreas». Ante una sociedad que, afirma, «sigue siendo de algún modo defensora de ciertos valores masculinos». 

Y pone un ejemplo: «Si se convocan ciertas reuniones científicas, proyectos de investigación, entre todos los que estamos a veces se da el caso y miras el listado y son todo hombres», indica Arlegui. Para ella es una  «omisión inconsciente e inconscientemente», pero real, a pesar de que considera que «no forzasemente podría considerarse machistas. Es un flujo subterráneo persistente». En su caso cuando decidió estudiar Arqueología, una rama dentro de la Prehistoria, un familiar suyo le dijo que «esa carrera es muy bonita para una mujer. ‘Esa anécdota es muy elocuente’», indica la directora del Museo Numantino, que incide en que «hay una atribución de que los hombres son de Ciencias, de la razón, y las mujeres son de Letras porque son de la emotividad y del sentimiento. Eso significa no saber que la historia, la arqueología, la gestión cultural son ciencias muy compleja». 

Desde su papel anima a todas las niñas a que «sean lo que quieran, sin distinción de género». Arlegui cree que históricamente no han «tenido referentes porque las mujeres una vez casadas estaban obligadas a quedarse en casa, no tenían derecho al voto, pero ahora estamos rescatando del silencio a grandísimas mujeres».

Ana Gallego durante una representación con Teloncillo. / TELONCILLO

Para  Ana Gallego , actriz y directora de Teloncillo, este 8 de marzo «es una fiesta de las mujeres en el sentido de la reivindicación, de poner el foco en la mujer y en todas las reivindicaciones en las que estamos pendientes de cumplir». Protagonista en la lectura del manifiesto en el Ayuntamiento de Valladolid, Gallego insta a «romper los techos de cristal y los machismos». En su ámbito de teatro para la infancia y la juventud «hay muchas mujeres trabajando y muy bien en la dirección, interpretación, pero sí que es cierto que en los espacios de decisión no hay tantas mujeres». En su compañía «hay bastante paridad.Somos 9 mujeres y 8 hombres. No hay diferencias de sueldos por ser mujer y hombre no solo en la compañía, sino en mi oficio», indica Gallego.

Para ella es fundamental «educar por la igualdad desde la base. Los niños aprenden mucho por imitación, que vivan en sociedades igualitarias, que lo estudien en clase no está de más. Educar en igualdad desde la más tierna infancia, tienen que hacer absolutamente lo mismo y al mismo nivel». Por eso cree que lo ideal sería «incorporar la perspectiva de género en estos estudios. Visibilizar a mujeres que hay, sean científicas, matemáticas… que durante años los libros de texto han ocultado». También que los aprendizajes artísticos vuelvan a los planes de estudio y que exista «una formación en igualdad y a la libertad inteligente de los niños y niñas».

En el teatro para la infancia y la juventud, explica, «se trabaja con diferentes roles y se pone en valor muchas cosas, que están implícitas en roles del teatro, y se va aprendiendo a medida de que los niños aprenden desde pequeños». El fin de todo esto es que «sientan curiosidad por estos personajes, tengan sentido crítico, matices estéticos, porque las artes les ayudan desde pequeños».

Elvira Sastre. / Gloria Nieto

Para la segoviana  Elvira Sastre  «el papel de la mujer va avanzando, pero aún habitamos en la desigualdad porque el punto de salida es infinitamente más lejano. Hemos conseguido cosas y a nivel europeo España es un referente en cuanto a feminismo, pero no nos podemos conformar». Apela a continuar en la lucha hasta que se logre la igualdad real porque «el conformismo en el feminismo es peligroso. Los derechos tan pronto se consiguen como se pierden, lo estamos viendo ahora mismo en Europa. Las únicas maneras de protegernos son a través de la educación y de las leyes. Es ahí donde debemos poner el énfasis».  

En el ámbito de la cultura, afirma, «sucede algo curioso, y es que hay una oleada de autoras magníficas, se está haciendo mucho caso a obras feministas, hay grandes jefas de editoriales, pero los dueños de todo y los que toman las decisiones finales siguen siendo hombres. Debería existir una paridad mucho más clara. En poesía creo que esta diferencia se acentúa. Es muy complicado hacerse paso».

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Sastre considera que en la actualidad «es muy importante la existencia de mujeres referentes actuales, contemporáneas, que sean un reflejo de nuestras metas o que simplemente nos inspiren y enseñen algo que desconocíamos», y considera que no es que no existan referentes, sino que no se visibilizan:  «Existe falta de atención por parte de medios o empresas hacia ellas para visibilizarlas. Hay mujeres maravillosas haciendo cosas extraordinarias: pienso en Carolina y Victoria, en Lucía Mbomio, en Anastasia Bengoechea, en Andrea Valbuena… ». En sus redes sociales utiliza un léxico más enfocado a la mujer porque «el 80% de la gente que me sigue en redes son mujeres. Es pura lógica. Los hombres que me siguen no buscan la condescendencia de una explicación. Lo entienden».