Primer asalto: el PP no cederá a Vox la presidencia de las Cortes
Fernández Mañueco tiene decidido intentar retener la jefatura del hemiciclo regional para dejar clara su intención de gobernar en solitario y no ceder el puesto a los de Abascal
Alfonso Fernández Mañueco está dispuesto a regir los tiempos, marcar los ritmos y gestionar la tensión del proceso de negociación para formar gobierno que comienza el lunes con la ronda de contactos con los partidos, con el PSOE como primer invitado.
Ayer, en su comparecencia es el mensaje entre líneas que quiso transmitir: que el marcará los tiempos, los acuerdos y las decisiones, descartando injerencias de Génova, que además ha entrado en guerra atómica contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Algo que no favorece las aspiraciones del PP de Castilla y León y que entiende que llega en el peor momento, porque les debilita en la negociación. «Va a ser complicado mantener la firmeza con el monumental lío que se ha abierto en Madrid», confiesan fuentes del PP.
Castilla y León
Mañueco, decidido a intentar hasta el último momento un gobierno en solitario
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El primer asalto será el 10 de marzo, día en que se constituirán las Cortes de Castilla y León y en el que hay que elegir presidente de la institución. Mañueco no cederá a Vox ese puesto si es que los de Abascal finalmente lo exigen como eje de la negociación, estableciendo un paralelismo de lo que consiguió Ciudadanos hace dos años a cambio de dar la presidencia de la Junta al PP en un gobierno de coalición. Lo tiene decidido y así lo ha transmitido a su entorno más cercano, según ha podido saber este periódico de fuentes del PP.
El PP propondrá su candidato a presidir las Cortes. El nombre todavía no está decidido y si lo está, sólo se encuentra en la cabeza de Mañueco. Aunque las fuentes consultadas por este periódico apuntan que será una mujer. Pero quedan muchos días y muchos encuentros oficiales y extraoficiales, porque populares y verdes ya están hablando y tanteándose en conversaciones que no quieren que trasciendan.
Vox tiene previsto pedir la presidencia de las Cortes, tal y como adelantó este periódico. Y hacerlo en el primer encuentro que su líder, Juan García-Gallardo, mantendrá con Mañueco la próxima semana, concretamente el miércoles a las once de la mañana, después de la cita con el PSOE. La que fuera única procuradora del partido de Abascal en la pasada legislatura y número dos en la lista vallisoletana, Fátima Pinacho, tiene todas las papeletas para ser la aspirante, según fuentes de Vox consultadas por esta periódico.
El PP llevará su candidato a la presidencia de Cortes a la espera de lo que haga el PSOE, que podría intentar, darle un susto al PP, si encontrara respaldos en UPL y Soria Ya. Entonces sólo lo podría impedir la alianza entre ‘populares’ y Vox. Leonesistas y sorianistas todavía no se han pronunciado. Esperan las reuniones para tomar decisiones, aunque su planteamiento inicial se centra en no tomar partido a través de la abstención. Pero prefieren guardarse la baza para negociar a última hora, cuando la angustia apriete al Partido Popular.
La alternativa de Vox parece improbable. Sólo sería posible con el respaldo del PP y eso sería un paso decisivo y claro de una coalición de gobierno, porque el PP ligaría la presidencia de Cortes al acuerdo de gobierno, en solitario o con la formación de Santiago Abascal.
Pero a día de hoy, el Partido Popular ha decidido retener la presidencia de las Cortes con su mayoría. En cualquier caso, las decisiones son enormemente cambiantes, a la vista del vértigo que proporcinan los acontecimientos políticos.
Por otra parte, el PP no cuenta con la absteción del PSOE para la investidura de Mañueco. Fundamentalmente porque lo que pide Pedro Sánchez no está en manos del PP de Castilla y León, que es renegar de Vox en todo el territorio.
Mañueco ha dicho que la negociación es cosa del PP de Castilla y León, precisamente para sacudirse la presión de la política nacional que tiene su foco y sus alientos en lo que pasará de aquí al 31 de mayo, fecha límite para la investidura de Mañueco. De lo contrario, se abriría el abismo de la repetición electoral que nadie quiere, aunque Vox ya ha expresado que no le importa.
Fernández Mañueco sigue reiterando su deseo de gobernar en solitario, es decir, sin Vox, pero no ha descartado a Vox. Y sabe que en algún momento, en la recta final, si el Partido Socialista no se abre a la abstención, tendrá que hacerle alguna oferta de pacto. Pero eso también lo saben ya en Vox, que han decidido bajar el nivel del ruido inicial y entrar en un proceso de conversaciones discretas que ya se están produciendo entre interlocutores.
Más bien tanteos para ver hasta dónde está dispuesto a ceder el partido de Santiago Abascal, cuya estrategia en esta negociación es desgastar a la dirección nacional del PP, que ayer entró en implosión en su confrontación con Ayuso.
A Abascal no se le han podido poner mejor las cosas. Y sabe que ahora el PP de Casilla y León está más debilitado para litigar con ellos por la investidura de lo que lo estaba el domingo. La guerra de Madrid tendrá sus consecuencias en la negociación de la Junta, como la tuvo en los resultados electorales.
Castilla y León
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