Diario de Castilla y León

El déficit de médicos de familia alcanza las 314 plazas sin cubrir en Castilla y León

El sindicato médico Cesm denuncia esta situación que afecta en mayor medida a las áreas de salud de Palencia, León, Ávila y Zamora / «Sanidad ofreció 250 contratos de fidelización y solo se ocuparon 23», asegura

Un pasillo del Hospital Universitario de Burgos (HUBU). RAÚL G. OCHOA

Un pasillo del Hospital Universitario de Burgos (HUBU). RAÚL G. OCHOA

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Alicia Calvo
Valladolid

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El déficit de médicos es uno de los principales lastres de la Sanidad castellano y leonesa sin que en un horizonte cercano haya sobre la mesa medidas que solucionen este problema que amenaza con cronificarse. El sindicato médico CESM denuncia que en Castilla y León hay en la actualidad más de 300 plazas de médico de Familia sin cubrir. Una actividad asistencial que aseguran que efectúan compañeros con el consiguiente sobreesfuerzo y saturación personal y del sistema.

Como es bien conocido por quienes lo padecen a diario, por los usuarios de consultorios a medio abrir o vecinos de pueblos que deben desplazarse para ser atendidos por un profesional sanitario, los puntos débiles que arrastra la Atención Primaria en Castilla y León se focalizan en mayor medida en el medio rural, donde se encuentran las plazas de difícil cobertura que la Consejería no consigue que se ocupen porque –según coinciden los sindicatos– «no se ofertan contratos con unas condiciones laborales lo suficientemente atractivas» para estos enclaves.

De las 314 plazas que Cesm contabiliza sin cubrir, «la gran mayoría pertenecen a zonas rurales», y los datos que maneja la central colocan a las áreas de salud de Palencia, de León y de Ávila en una situación más delicada, dado que afrontan el déficit de 55, 45 y 44 profesionales, respectivamente, tal y como puede observarse en la infografía adjunta. La siguiente con más déficit es Zamora, con 37 vacantes. Cada vez resulta más frecuente que la suplencia de innumerables jubilaciones, bajas o licencias por vacaciones, lejos de cubrirse por nuevos profesionales, «recaiga en compañeros» que suman a sus espaldas cada vez más tarjetas sanitarias para atender durante las mismas horas de jornada laboral.

En el medio de la comparativa provincial se sitúa Valladolid , que no es de las que afronta una situación más crítica respecto a plazas vacantes. Es la quinta con más déficit y casi una treintena (29) no están ocupadas por ningún profesional. Son tres de médicos de equipo y el grueso, 26, pertenecen a la figura de facultativos de área: 19 de Valladolid Este y siete, de la Oeste. Tras ella están Burgos , con 27 puestos que urgen ser ocupados; Salamanca , con 24, y Segovia , con 21 empleos de médico de Familia que esperan titular.

Por áreas, la de Valladolid Oeste , con siete vacantes, la del Bierzo , con catorce, y la de Soria , con 18, son las que menos déficit aparente presentan. Pero en algunos casos, como en El Bierzo, la gravedad reside en que se enfrentan a un problema perenne: «Hay ocho plazas de El Bierzo que pasa el tiempo y nadie quiere ocupar», señala Javier Salamanca, presidente de Atención Primaria de Cesm Castilla y León, quien explica que los médicos de área «no tienen un puesto de trabajo concreto, un destino determinado, sino que se les contrata para toda un área de salud». «Van a trabajar en uno u otro equipo y la Gerencia de Sanidad los va cambiando según las necesidades».

De las 314 vacantes contabilizadas por el sindicato, 125 corresponden a médicos de Familia de equipos de Atención Primaria y todos ellos en el medio rural. Las 189 restantes son de plazas de médico de área.

Para Cesm, este es un «catastrófico» escenario al que se llega por «la escasa o nula planificación de Sanidad a lo largo de los años». Para empezar, indica Salamanca, «las plazas de formación de Familia eran menos de las necesarias y los médicos que terminan su formación no se quedan». 

Cita como ejemplo que en la última oferta de plazas MIR para médicos de Familia de Castilla y León, la del año 2021, «solo se cubrieron 169 plazas de las 178 que se ofertaban».

Pero da otro dato que considera aún más preocupante: «Al acabar la formación, la Consejería de Sanidad ha ofrecido 250 contratos de dos a tres años de fidelización y solo se han ocupado 23 de ellos y para las provincias de León y Valladolid».

Las causas que esgrime son ya conocidas por profesionales y usuarios de la Sanidad castellano y leonesa: «Que las condiciones de trabajo en Castilla y León no son atractivas , que generalmente son de difícil cobertura y duras de ocupar».

Pero por si esto por sí solo no fuera suficiente, existe otro factor que golpea el sistema sanitario autonómico: el relevo generacional urgente por las jubilaciones a la vista. «En los próximos años, para 2025, cumplen edad de jubilarse 1.031 médicos , aunque alguno puede prorrogar la edad de jubilación. Pero ni con toda la oferta docente de estos años, ni aunque se quedasen todos –y eso no está sucediendo– sería suficiente para compensar las salidas», denuncia Javier Salamanca, que añade que «contando con que las promociones se quedaran, habría un déficit de al menos 200».

Por ello, Salamanca insiste en que «la situación asistencial en Atención Primaria en Castilla y León es absolutamente desoladora y el panorama que se plantea es que no se puedan mantener esos puestos asistenciales. Si hay una zona atendida por siete médicos, cuando se jubilen quedarán menos y no se cubrirá».

Ilustra esta realidad con el ejemplo de la provincia abulense. «En estos momentos en diez equipos de Primaria de Ávila rural faltan médicos. En el del Barco faltan cinco. En otros, dos o tres. Médicos de área, 28, y los que están trabajando tienen una carga extra».

En términos globales, explica el sindicato que «la plantilla de Primaria de Castilla y León la forman 2.295 médicos y, mientras, «la actividad vuelve a los niveles previos a la pandemia, o incluso mayores porque se están recuperando el ritmo y las pruebas que a lo mejor no se han hecho en este tiempo, los médicos cada vez son menos». 

«La sobrecarga médica actual es temerosa. Si una zona básica con dificultades orográficas atiende a la población con la mitad de la plantilla que debiera, el trabajo resulta excesivo y los profesionales acaban quemados y saturados. Así, quienes están en situación de jubilarse o de prorrogar su tiempo de trabajo tienen pocos motivos para seguir. Además, se hace muy difícil pasar consulta en todos los consultorios por falta de personal», explica Javier Salamanca, que también subraya, sin embargo, que «los médicos están poniendo todo su esfuerzo para intentar llegar a todos los sitios».

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