El debate de la PNL de Sanidad acaba con la petición de dimisión de Casado
La propuesta de PP y Cs que sale adelante con el apoyo de UPL y Por Ávila es tildada por la bancada socialista, que coreó al unísono la dimisión de la consejera, de «operación cosmética que no cambia nada»
Bronca en las Cortes. El debate de la Proposición No de Ley (PNL) del Partido Popular y Ciudadanos para instar a la Junta a acordar con los grupos de la Cámara, los ayuntamientos y diputaciones y los profesionales sanitarios el refurezo de la Atención Primaria terminó con la bancada socialista pidiendo, con un grito unánime, la dimisión de la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Otro episodio cómico que pone de manifiesto el descontento generado por la máxima responsable sanitaria de Castilla y León, precursora del Plan de la reestructuración sanitaria en el mundo rural, que mantiene la tormenta política en el Parlamento autonómico.
Las Cortes de Castilla y León celebraron ayer la segunda sesión del acto plenario, dos semanas después de que el PP mostrase su apoyo a la PNL socialista que tumbaba el plan de Sanidad, impuesto por Casado y con el beneplácito del líder de Cs en la Comunidad y vicepresidente de la Junta, Francisco Igea. Es por ello, tras los ataques del martes entre Mañueco y Tudanca, que regresaban al Hemiciclo con reproches después de lo que fue un espejismo de consenso quince días atrás, que se presentaba una jornada movida en Cortes durante la mañana de ayer, sumado a manifestaciones de bomberos forestales y trabajadores del transporte sanitario que aumentaban la presión de los responsables del Gobierno autonómico. Sin embargo, a pesar de todo, la protagonista indiscutible, una vez más, fue la consejera de Sanidad, de quien se reclamó entre gritos y abucheos su dimisión.
Los grupos Popular y Ciudadanos, socios de gobierno en la Junta, lograron su acuerdo para la reordenación de la Atención Primaria. La proposición conjunta de ‘populares’ y ‘naranjas’ fue respaldada en el pleno por los procuradores de UPL y Por Ávila, Luis Mariano Santos y Pedro Pascual, que recordaron a la Junta que puede ya poner en marcha las medidas planteadas y le advirtieron de que estarán vigilantes. El resto, el Grupo Socialista, Podemos, VOX y la procuradora no adscrita María Montero se abstuvieron en la votación. De esta forma, las Cortes instan a la Junta a la consecución de un acuerdo con los grupos de la cámara, los ayuntamientos y diputaciones y los profesionales de la sanidad para reforzar la Atención Primaria en la Comunidad. Además, le pidieron que exija al Gobierno de España la adopción de una serie de medidas que permitan contar con el número de especialistas médicos y de enfermeras necesarios para dar respuesta a las necesidades en los próximos 30 años.
Inició su intervención el portavoz de Ciudadanos, David Castaño, quien pidió en la presentación de la iniciativa apartar el «ruido malo», de la «patada hacia delante» o «electoral» de quienes han utilizado la sanidad como arma arrojadiza de desgaste. «El momento es ahora», dijo para poner los cimientos de una sanidad «de todos y para todos». Por ello, apostó por planificar la prestación médica y de enfermería en todos los consultorios, no generar agravios entre lo urbano y rural y también para desarrollar la cita previa y aprovechar la tecnología como un «aliado y no como una amenaza». Además, Castaño abogó por mejorar las emergencias, el transporte sanitario y las condiciones de los sanitarios y por formar más especialistas. Ésta es, dijo, la «mínima base» para negociar la planificación y advirtió de que la patada hacia delante o el mirar para otro lado solo «engorda el problema».
El ‘popular’ Raúl de la Hoz defendió la apuesta de PP y Cs por un modelo de «proximidad y calidad» y por el diálogo, frente a las «excusas infantiles» de los socialistas. Además, indicó que los dos socios tienen diferencias y en relación al sistema sanitario también, pero remarcó que las resuelven en una mesa, a través del diálogo y con una iniciativa que recoge una posición común. De la Hoz insistió en numerosas ocasiones que el PSOE «está empeñado en que a Castilla y León le vaya mal», alegando que, a pesar de las palabras de consenso y colaboración, una premisa que mantuvo el presidente Mañueco durante el acto plenario del martes recalcando que todavía esperaban la coordinación que anunció Tudanca, «el PSOE no mueve, ni ha movido ni moverá un dedo para que se resuelvan los problemas».
Además, consideró «desalentador» que el PSCyL siga instalado a su juicio en la misma estrategia desde el inicio de la legislatura, en la «irresponsabilidad», la «insensatez» y «la falta de escrúpulos». «Se presenta la misma oposición de las trincheras», de las pancartas y el oportunismo, dijo, porque en auguró que el PSOE no moverá «un dedo» para resolver los problemas de la Comunidad y se dedica a «retozar» en los problemas de la sanidad, a pesar de que a su juicio Castilla y León tiene «uno de los mejores sistemas sanitarios» del país.
De la Hoz destacó que la Comunidad ha recuperado «casi el 100 por 100» de la atención presencial, es la que más médicos en relación a su población y la que más fondos dedica a la Atención Primaria. Sin embargo, reconoció algunas tensiones por la falta de médicos en el medio rural, algo que aseguró es un problema compartido. Por ello, manifestó la «envidia» que le generan el PSOE de Aragón y Castilla-La Mancha por ser «responsable» y buscar soluciones con Castilla y León. «Presentamos esta iniciativa con el único objetivo de mantener calidad y proximidad sobre la base del diálogo sin excusas como las del PSOE; son ustedes un cero a la izquierda», cerró el portavoz ‘popular’ en las Cortes.
«NO SE FÍA»
Y aquí comenzó el lío. El socialista Diego Moreno subió al atril asegurando que no se cierran al diálogo, pero advirtiendo que «aquí ya no se fía», por lo que repitió que para sentarse a negociar antes deben retirar de forma oficial el plan, abrir los consultorios y recuperar la misma frecuencia en la atención. En su opinión, ahora intentar hacer a los socialistas «cómplices y colectivizar los daños», que generan manifestaciones como la de este domingo en Segovia. Moreno sentenció que la proposición no es más que una «operación cosmética» que en su opinión «no cambiará nada» y consideró que evidencia el «falso arrepentimiento» del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien recordó prometió que daría la orden de abrir los consultorios y que él mismo pilotaría la reforma sanitaria, que suponía, a su juicio, acabar con el Plan Aliste, Segovia o la reestructuración de la Atención Primaria. Dos semanas más tarde, recalcó, los consultorios siguen «cerrados y nada ha cambiado», por lo que se preguntó: «¿cuánto vale la palabra del señor Mañueco o cuánto tiempo de vigencia tiene la palabra del señor Mañueco?». En su opinión, la respuesta es que el tiempo que tarda el vicepresidente Francisco Igea, en llegar a un micrófono y desmentirlo. Además, denunció que se haga «caso omiso» a lo aprobado por las Cortes y se presente ahora un «compendio de buenas intenciones», que insistió «no es creíble», porque si se enmienda a la totalidad la política hecha, debería dimitir la consejera.
Una petición que tomó forma de la mano del resto de procuradores socialistas. La bancada comenzó en tono bajo a gritar la palabra ‘dimisión’, en referencia a la máxima responsable de Sanidad. Un tono que se fue elevando, unido a golpes en las mesas de cada uno de los procuradores,hasta que el presidente de la Cámara, Luis Fuentes, se vio obligado, alzando la voz, a llamar al orden al Grupo Socialista, que se relajó para dejar acabar a su procurador, que continuaba a pie quieto con expresión jocosa.
Cerró el portavoz del Grupo Mixto y procurador de Podemos, Pablo Fernández, aseguró que PP y Cs están dando un «espectáculo bochornoso» y tildó de «infame» lo sucedido, por lo que les pidió que dejen la sanidad a un lado en sus «sainetes» que apestan a su juicio a electoralismo «barato». Insistió en que buscan desmantelar la sanidad rural y añadió que la iniciativa supone una «enmienda a la totalidad» a lo hecho hasta ahora, porque recalcó muchos consultorios siguen cerrados y no se ha recuperado la atención presencial. El problema dijo no es Francisco Igea, «pobre diablo» amortizado, ni la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que añadió «pinta monas», sino que el PP concibe la sanidad como un negocio y el medio rural no es rentable.