Diario de Castilla y León

Y Rufino murió sin juntar a su padre con su madre

Fallece a los 86 años el hijo de uno de los 71 represaliados de Villadangos sin ver realizada la exhumación de los restos de su progenitor de una fosa común

Imagen de Rufino hijo junto a una fotografía de su padre.- E. M.

Imagen de Rufino hijo junto a una fotografía de su padre.- E. M.

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Alicia Calvo
Valladolid

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«Y seguimos esperando tu vuelta de tan largo ‘paseo’, se nos agota el tiempo». Este lema en un trozo de plástico llevaba consigo al cuello Rufino hijo en cada paso que daba en la búsqueda vital de Rufino padre, uno de los 71 represaliados en el 36 que se cree que arrojaron a una fosa común del cementerio en el leonés Villadangos del Páramo. Pero el tiempo se agotó paraeste leonés de 86 años que falleció este miércoles sin conseguir reunir los restos de su progenitor con los de su madre. 

Cuentan quienes compartían con Rufino Juárez la tensa espera que a menudo le invadía la sensación de que este proceso de recuperación es «algo que nunca termina». Pasó toda su vida, marcada por la cruenta ausencia paterna, esperando.

Primero, a saber dónde enterraron a su progenitor. Más tarde, a conseguir que la exhumación de la fosa común se llevara a cabo. Después, a que los enfrentamientos vecinales se resolvieran. No hubo final deseado para él. 

Cuando esta semana se desató la polémica con algunos de los vecinos del municipio que se oponían a que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (A. M. R. H.) iniciara los trabajos de recuperación de los restos de ‘los 71 de Villadangos’, Rufino ya había ingresado en el hospital. No llegó a saber de los términos en los que se desarrolló el viernes la insólita votación –inocua ante la ley, pero hiriente en su resultado– en la que una veintena de miembros de la junta vecinal se opuso a que los trabajos de prospección y cata en el cementerio comenzaran. 

En medio del conflicto, zanjado esta misma semana por la Junta de Castilla y León ampliando incluso la zona de excavación prevista, los familiares de estos represaliados del Franquismo apelaban a «la sensibilidad, la humanidad» y, también, a «la urgencia». 

Rufino se erigía como símbolo de la premura que hacía falta. Su estado de salud era delicado y el reloj jugaba en contra. Y los peores augurios se cumplieron. «Hay prisa, se acaba el tiempo para familiares y testigos», explicó a este diario Begoña, que compartía con Rufino ese vacío que dejaron sus seres queridos asesinados y desaparecidos en 1936. Unidos todavía más porque los suyos permanecen en el mismo lugar, en Villadangos. 

El presidente de la A.R. M. H., Emilio Silva, añade que Rufino, como el resto de allegados,  «ha peleado mucho» y en Villadangos se encontró «con otro obstáculo más», la hostilidad vecinal y la «reticencia» de las autoridades municipales a facilitar los trámites burocráticos. 

Las condolencias se multiplican gracias a las redes sociales y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, de la que era el socio número 10, tuvo unas palabras hacia este miembro tan «activo y vital»: «Hay personas que pasan la vida luchando y esparciendo semillas. Rufino Juárez ha sido un ejemplo de dignidad, de tozudez, de honradez, de lucidez y de compromiso con la memoria de su padre y de todas las personas desaparecidas por la represión franquista». 

La historia de Rufino Juárez Fernández se truncó el 21 de octubre de 1936. Natural de Vegas del Condado, labrador y presidente de la junta vecinal, llegó de un funeral de un amigo y su mujer le dio el recado que no le hubiera querido dar. Debía presentarse en el cuartel de la Guardia Civil. Lo hizo y fue conducido, como tantos otros, a San Marcos, entonces campo de concentración. No pasó mucho tiempo allí. En la madrugada del 22 lo fusilaron en el monte de Villadangos, según pudo reconstruir su familia.

La A. R. M. H. tenía previsto comenzar la exhumación en septiembre y la resistencia vecinal retrasa los planes. Será en la próxima primavera cuando previsiblemente ‘los 71 de Villadangos’ puedan regresar con su familia, pero la búsqueda de Rufino hijo no termina aquí. Sus allegados cogen el testigo para que Rufino padre vuelva con los suyos. Como Rufino hijo quería. Cuando los trabajos se hayan cumplido, entonces Rufino descasará en paz.

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