Los sindicatos de Castilla y León exigen vacunar a los trabajadores nuevos de residencias
Reclaman a Sanidad un informe de inmunidad y priorizar a los residentes ante la tercera dosis
El caos originado por los rebrotes en las residencias de Castilla y León durante las últimas semanas, que provocó el fallecimiento de varios mayores, ya vacunados con pauta completa, pone de manifiesto la alarmante situación a la que deben hacer frente Sanidad y Familia para evitar una reproducción de los contagios que deriva en ingresos y muertos por Covid.
Los sindicatos autonómicos denuncian el escenario que sufren los centros residenciales y centran sus exigencias en varios puntos, a su parecer, claves para cortar de raíz los hechos acaecidos en las últimas semanas. Vacunar a los nuevos trabajadores, un informe de inmunidad y priorizar a los más vulnerables de cara a la tercera dosis. Tres sindicatos contactados por este periódico coinciden en sus peticiones, además de reiterar la falta de control que existe en las residencias, no sólo con la entrada de nuevos trabajadores a los centros, sino de los propios familiares.
La secretaria técnica de la Federación Castellano-Leonesa de Residencias de la Tercera Edad (ACALERTE), Belén Giraldo, expone en primera instancia la necesidad de incrementar los test Covid a la vuelta de las vacaciones, con el objetivo de aislar a los contagios «lo antes posible». «La preocupación ante el aumento de los contagios con la pauta completa de la vacuna hace que pidamos la obligatoriedad de vacunar a los trabajadores que entran nuevos a los centros», afirma Giraldo, a la vez que hace un llamamiento a la concienciación tanto de los propios usuarios como de sus familiares en las visitas.
La responsable de ACALERTE lamenta la falta de control y reitera su petición de la realización de un informe de inmunidad, por parte de Sanidad, para comprobar el estado de los mayores, a fin de esclarecer el por qué de los contagios, los ingresos y los fallecimientos. En este sentido, en su denuncia de falta de medidas, recalca que «debe existir un mayor control», exigiendo un mayor número de test a los trabajadores, que, realmente, son quienes entrar y salen con mayor asiduidad de los centros residenciales.
Por su parte, el secretario general adjunto de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Castilla y León (FSS-CCOO-CyL), Luis Álvarez, centra sus críticas en la «calidad inadecuada» de la atención en residencias, un problema que viene dado ante la falta de personal, con un número de trabajadores «mínimo» y con unas condiciones laborales «pobres». En este conflicto, Álvarez culpa a Sanidad y enlaza la cuestión principal con la «falta dederechos laborales», un aliciente para recordar que, después de año y medio de pandemia, «no se ha aprendido nada».
Respecto al informe de inmunidad, el sindicalista asegura que el resultado sería «muy bueno» y exige priorizar al grupo «más vulnerable de la población» en una más que posible tercera dosis de la vacuna, como residentes, discapacitados o usuarios de ayuda a domicilio, junto a los trabajadores.
Por último, el responsable del departamento de residencias del sindicato CSIF, Francisco Gallardo, expone, en el contexto del informe de inmunidad, uno de los puntos más importantes: realizar una prueba de anticuerpos a todos los usuarios y trabajadores de residencias para priorizar la vacuna en función del grado de anticuerpos que poseen frente al coronavirus. «De esta forma, se podría vacunar simplemente al 10%, al 40% o al 80%, pero garantizaría el resultado de la tercera dosis», recalca Gallardo. Además, respecto a las medidas de control en los centros, reclama un cribado semanal “que ahora no se hace», para comprobar a corto plazo la evolución de los casos.