Una cita con el especialista tarda 195 días en Soria, frente a los 33 de Valladolid y Ávila
Casi 165.700 personas están a la espera de una consulta, un 12% más que durante el primer trimestre
La lista de espera para una primera consulta con el especialista creció un 12% en el segundo trimestre del año hasta las 165.683 personas, que son 18.186 más que el anterior. Disminuye, sin embargo, el tiempo que cada paciente aguarda de media para esa cita, que pasa de los 79 días a los 62.
Misma evolución registran las listas para una prueba diagnóstica, que incrementan su cola de pacientes hasta los 16.701, un 7% más que en el primer trimestre, un aumento que también coincide con una reducción en los tiempos de espera. En los hospitales de Castilla y León hoy un paciente aguarda de media 136 días para una resonancia magnética (52 menos que a comienzos de año), 64 para una ecografía (los mismos que en el primer trimestre), 59 para un TAC (tres días menos) y 25 para una mamografía (tras recortar en 17 jornadas esa demora).
El incremento del número de pacientes en estas listas de espera refleja cierta recuperación del dinamismo asistencial entre abril y junio, coincidiendo con una ola coronavírica más contenida, la cuarta, y después de un año en el que la actividad ha transcurrido por momentos al ralentí, con los recursos volcados en la atención de los casos covid. El alivio hospitalario durante el segundo trimestre posibilitó retomar el ritmo en el acceso a las consultas y pruebas diagnósticas que encargan los especialistas, aunque con una cadencia aún lejos de la normalidad en los servicios y sin capacidad todavía de absorber el atasco generado en este año y medio.
Por hospitales, los últimos datos publicados por la Consejería de Sanidad revelan las notables diferencias entre unas provincias y otras, en parte por la «falta de un criterio homogéneo» en la gestión y registros de cita entre unos centros y otros, tal y como advierte Sacyl cada vez que publica en su página web los informes trimestrales.
En consultas externas, el hospital que registra una mayor demora media es el de Soria, donde los pacientes aguardan de media 195 días hasta que son vistos por el médico especialista. Eso es seis veces más de lo que espera un ciudadano en el hospital de Ávila (34 días)o en centros de mayor tamaño como los vallisoletanos Río Hortega (con 33 jornadas es la demora) y el Clínico (37).
Por encima de la media de Castilla y León, se sitúan, de mayor a menor demora y después de Soria, los hospitales del Bierzo (97 días), Burgos (73), Santos Reyes (67) y Salamanca (65). Por debajo de ese promedio autonómico se encuentra el centro de Medina del Campo (59), Santiago Apóstol (58), Zamora (56), Segovia (52) y Palencia (46), además de los ya mencionados hospitales de Valladolid y Ávila.
En cuanto a la cifra total de pacientes, el mayor número de personas pendientes de acudir a una primera consulta con el especialista se concentra en el hospital de Burgos, donde esperan su turno 29.362 personas, un 9% más. Otros dos hospitales tienen más de veinte mil pacientes en la cola. Son el de León, con 22.156 inscritos, un 19% más. Y el Río Hortega de Valladolid, con 20.042, una subida del 47%, la más abultada de la Comunidad junto al hospital de Segovia.
A continuación figuran el Clínico de Valladolid (20.042 pacientes en espera para el especialista, un 25% más), el hospital de Palencia (14.472, un 3% más), el de Salamanca (11.439, que reduce su lista un 24%) y Zamora (11.297, un 35% más). Por debajo de los diez mil pacientes se sitúan el resto:el complejo de Soria (8.584, un 43% más), el del Bierzo (8.026, -29%), el de Ávila (7.506, sube un 29%), Segovia (5.564, 48% más), Santos Reyes (5.067, crece un 12%), Santiago Apóstol (3.255, -8%) y Medina del Campo (1.691, un retroceso del -21%).
Atendiendo a las especialidades médicas, a la cabeza se mantiene oftalmología con el mayor embudo en los hospitales de Castilla y León, con 27.466 personas en espera para una consulta tras sacar de la cola a más de 800 en el último trimestre). Completan el podio traumatología (24.020 pacientes en total, tras sumar más de 4.500 entre abril y junio) y dermatología (17.133, que son 5.000 más que en marzo, la especialidad donde más pacientes se sumaron a la lista de espera). Les siguen, por volumen total de pacientes, los servicios de ginecología (9.360 personas), otorrinolaringología (8.319), urología (7.570), neurología (7.172), cardiología (6.593), anestesia (6.523), digestivo (6.085), rehabilitación (5.636), neumología (5.275) y psiquiatría).
En los hospitales de Castilla y León hay cuatro servicios que citan a sus pacientes con una demora superior a los seis meses. A la cabeza Se sitúa el de neumología en Soria, donde una persona tiene que esperar 565 días de media para ser visto por ese especialista. Le sigue rehabilitación en Bierzo, con 349 jornadas de espera, oftalmología en el centro soriano, con 321 días, y dermatología en Segovia, con 198.
100 días para una ‘eco’
En cuanto a la lista de espera para pruebas diagnósticas, más de la mitad de los 16.700 pacientes de la lista estructural corresponden a ecografías: hay 9.206 personas pendientes de esta prueba, un 6% más que el trimestre anterior. La mayoría se concentran en el Clínico de Valladolid (3.140), el hospital de Burgos (1.844) y el Río Hortega (1.536).
Otros 4.265 pacientes están en la cola para una resonancia magnética, 2.571 para un TAC y 659 para una mamografía.
La brecha para acceder a una misma prueba es también amplia entre unos hospitales y otros. Por ejemplo, el tiempo medio para una ecografía ronda los cien días en Salamanca y Bierzo y los 78 en Burgos, frente a los 34 días de Ávila o los 47 del Río Hortega. Para una mamografía, la demora asciende a 53 días en Segovia y 50 en Burgos, pero sólo son ocho jornadas en el Clínico de Valladolid, 25 en su vecino Río Hortega y 29 en Ávila. Las resonancias tardan 187 días en el Clínico vallisoletano pero sólo 35 en Zamora.
Distintos criterios
Tanto los datos de consultas con el especialista como los de pruebas diagnósticas se refieren a la lista de espera estructural, que es la que computa la espera «atribuible a la organización y recursos disponibles», según los criterios de Sacyl. A eso hay que añadir los pacientes que están en la llamada lista ‘no estructural’, compuesta por aquellos casos cuya demora se debe a la voluntad del propio paciente (por motivos laborales o personales) o al criterio clínico del médico que solicita esa cita o prueba.
Nada más tomar posesión el nuevo equipo de Verónica Casado, en 2019, comenzó a publicar este mayor desglose de las listas de espera. Los datos constatan desde entonces las enormes diferencias entre unos hospitales y otros, tanto por la gestión como por los distintos criterios cada centro sigue a la hora de registrar sus demoras, una variabilidad ante la cual la Consejería de Sanidad mostró su preocupación porque abría la puerta a que un centro pudiera maquillar sus cifras.
La Junta se propuso entonces depurar esas diferencias, uniformizar el sistema de cómputo para conocer los problemas reales del sistema sanitario y eliminar las diferencias entre hospitales. En su ánimo por mejorar la transparencia de la gestión sanitaria, el vicepresidente Francisco Igea anunció también que se publicarían nuevos indicadores sobre el rendimiento de cada departamento e, incluso, de cada médico, para evaluar y mejorar los servicios públicos. Todo eso fue antes de que estallara la pandemia, sin que en este tiempo se hayan materializado estos compromisos.
Sanidad se ha limitado a matizar que las listas de espera sobre consultas externas y pruebas diagnósticas presentan «diferencias en el registro» que afectan a la «homogeneidad, validez y representatividad» de los datos.
A ese galimatías estadístico hay que añadir otro epígrafe incluido en los balances trimestrales: el de los pacientes ‘pendientes de una asignación de cita’ para una consulta o técnica diagnóstica. Es decir, aquellos que están en el limbo del registro, que ni siquiera tienen fecha, y donde unos hospitales meten a miles de pacientes –es el caso de Bierzo. Salamanca, Segovia y Medina del Campo– mientras otros apenas lo utilizan. En ese saco hay 31.222 personas para una consulta externa y 21.331 para una prueba diagnóstica.
Sumando los tres apartados (lista estructural, no estructural y pacientes pendientes de asignación), en Castilla y León hay en total 271.039 personas a la espera de ser vistos por un médico especialista, aunque sólo el 61% figuren en la lista ‘oficial’ (165.683). Y son 57.693 los que de alguna otra manera están a la espera de una prueba, aunque en la foto oficial salgan 16.701, que representan sólo el 29% de las citas diagnósticas pendientes.