48 antivacunas en el sistema sanitario de Castilla y León
Sólo el 0,074% de la plantilla rechaza la inyección / Diez son enfermeros y nueve, médicos / Otros 468 profesionales no se han vacunado por contagios o cuarentenas y 19 por contraindicación médica
Hay 48 profesionales en los centros sanitarios de Castilla y Léon que han rechazado vacunarse. Expresamente han dicho que no. Por convicción. Ya sea por miedo o desconfianza, porque cuestionen su eficacia, en protesta hacia la industria farmacéutica o porque den crédito a alguna teoría de la conspiración.
Sea cual sea su razón, nos referimos a personas que no han querido vacunarse por voluntad propia. No están ahí incluidos los que no han podido hacerlo por contraindicación clínica ni los que han tenido que retrasar la inyección cuando fueron llamados por alguna de las excepciones contempladas en la estrategia de vacunación, como por ejemplo estar contagiado en este momento, en cuarentena o haber pasado la enfermedad en los últimos seis meses. Esos casos quedan registrados en otro apartado específico, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad a través de una solicitud de acceso a la información pública.
Esos 48 antivacunas suponen el 0,074% de todo el personal del sistema sanitario de Castilla y Léon, una porción mínima sobre los casi 65.200 trabajadores que componen la plantilla en las nueve provincias y que masivamente han sido ya inmunizados.
¿Cuál es el perfil de las personas que se han negado a vacunarse? Pues sabemos que se trata de nueve médicos, diez enfermeros, dieciséis sanitarios de otras categorías y 13 profesionales no sanitarios. ¿Y dónde trabajan? Principalmente en hospitales (21 personas) y en centros de salud (16), a los que hay que añadir otros trabajadores del ámbito sanitario (10 personas). Por provincias, el mayor número de antivacunas está en Salamanca con 16 personas (13 rechazaron la primera y otras tres, sólo la segunda), seguida de León con otros 15 rechazos (12 la primera y tres la segunda). Casi nulas son las negativas en Valladolid y Segovia, cuatro rechazos en cada provincia, así como los tres de Soria, los dos de Zamora o sólo uno en Burgos y Palencia. Ávila es el único área de salud donde ningún trabajador ha rehusado el pinchazo.
La estadística de Sacyl registra a otras 468 personas en Castilla y León que no han recibido aún las dosis que les correspondían por el motivo ‘excepción’, es decir, por alguno de los supuestos contenidos en la normativa, como encontrarse enfermo por coronavirus en ese momento o haber pasado la enfermedad recientemente, estar en cuarentena preventiva por ser contacto estrecho de un contagiado, ausencia del puesto de trabajo «y otros motivos no especificados», enumera la Consejería de Sanidad. La mayoría, en este caso, son profesionales de Salamanca, León y Valladolid.
El registro computa de manera separada a las personas que no han recibido la inyección por tenerlo contraindicado. Ahí figuran 19 trabajadores del sistema sanitario, quienes han rechazo la vacuna por recomendación de su médico. De ellos, cinco no se han puesto ninguna dosis y otros catorce dejaron de recibir la segunda después de haberse puesto la inicial.
La vacunación en los centros sanitarios arrancó el 15 de enero en Castilla y León y a estas alturas ya ha sido llamado «todo el personal» de la Administración autonómica incluido en alguno de los dos colectivos prioritarios por riesgo de exposición. Es decir, el grupo 2 (personal de primera línea, que presta atención directa a pacientes covid, con independencia de las funciones que desempeñen, ya sea la prestación de un servicio sanitario como empleados administrativos, limpieza o voluntariado) y el grupo 3 (resto de personal, que no trabaja de cara al paciente, en centros sanitarios), según lo establecido en la Estrategia Nacional de Vacunación.
Todos ello suman esas más de 65.200 personas y el 99% ya ha recibido alguna vacuna. En concreto, 64.653 tienen la primera dosis y otros 54.745 han recibido también la segunda (el 84%), según el registro de la Consejería de Sanidad. Llama la atención el desfase de casi 10.000 personas pendientes de la segunda inyección, en especial porque el personal del sistema sanitario fue vacunado en inicio en exclusiva con las dosis de las farmacéuticas Pfizer y Moderna, que sólo requieren tres y cuatro semanas de espera entre una inyección y otra.
Las fuentes sanitarias consultadas explican que en algunas áreas de salud se ha inoculado también con Astra Zéneca a profesionales no sanitarios, como auxiliares administrativos, personal de mantenimiento o celadores, de modo que aún están a la espera de la segunda dosis porque el suero de la farmacéutica anglosueca tiene un periodo de espera más prolongado, de 12 semanas, entre la primera dosis y la segunda y retrasa la adquisición de inmunidad respecto a las vacunas de otros laboratorios. La última vacuna aprobada, la de Janssen, llegó más tarde a España, con la ronda de vacunación a los profesionales sanitarios practicamente finalizada en el conjunto del país.