Diario de Castilla y León

Muere el bodeguero Alejandro Fernández, leyenda e impulsor de Ribera del Duero

El histórico bodeguero falleció el sábado en Santander a los 88 años y sus restos fueron incinerados este domingo en la intimidad familiar

Alejandro Fernández, en una imagen de archivo.- E. M.

Alejandro Fernández, en una imagen de archivo.- E. M.

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Uno de los bodegueros de más prestigio de la D. O. Ribera del Duero, Alejandro Fernández, falleció este sábado a los 88 años. Su marcha deja un vacío muy difícil de reemplazar en el grupo de viticultores de Castilla y León con un saber hacer en la elaboración del vino al alcance de pocos. Todo lo que elaboraba y seguía elaborando era un éxito garantizado. 

Pero no solo labró su leyenda, también catapultó la de la Denominación de Origen. Pesquera fue el gran vino internacional de Ribera, junto con Vega Sicilia, antes de que   existiera la D.O. y, con su entrada en el mercado, puso en el mapa el potencial de la comarca vitivinícola en todo el mundo.

Alejandro Fernández fundó Pesquera Bodega por primera vez en Ribera del Duero en 1972. Fue carpintero, herrero y todavía conserva dos patentes de máquinas para recoger la remolacha, aunque el vino fue su principal dedicación y uno de los pioneros de la transformación vivida por Ribera de Duero en las últimas décadas.

En 1975 comercializó su primer vino y en homenaje a su pueblo escoge para presidir sus botellas el arco y la torre de Pesquera.

El fundador de Pesquera deja anécdotas que hablan por sí solas de la veneración que han provocado  sus vinos en todo el planeta. El cantante Julio Iglesias, devoto de Alejandro, llegó a financiarle, a cambio de botellas, la inversión millonaria que necesitaba en uno de sus proyectos. También a apadrinarle en varias promociones, lo mismo que personalidades como Bill Clinton o Antonio Banderas. 

Pero hay más. Autoridades como el Rey emérito Juan Carlos I se llegó a saltar el protocolo para saludar a Alejandro Fernández cuando lo vio de lejos en una cita enológica. También lo hizo el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, un defensor de primera línea de los caldos de la Ribera del Duero.  Más ejemplos. El gurú del vino Robert Parker, con quien también labró una amistad, en 1985 definió el Pesquera como uno de los cinco mejores vinos tintos del mundo. 

De Alejandro Fernández se ha hablado en los últimos años también por su litigio con su ex mujer Emilia Rivera y tres de sus hijas, pero lo cierto es que, para gran parte de los expertos del vino en España, el know how de cómo hacer un buen vino lo ha tenido siempre Alejandro Fernández. Y también su hija menor Eva, la misma que le acompañaba el sábado cuando murió en Santander. Eva fue enóloga de Bodegas Pesquera.

El seguía fiel a su sueño: seguir haciendo vino. En sus últimas cuentas (2019) presentadas de Alejandro Fernández Tinto Pesquera SL, la matriz de las muchas sociedades que tiene la familia, los números arrojaban 82 millones de patrimonio activo y unos beneficios netos de 4,2 millones de euros. Alejandro fue incinerado este domingo en la intimidad familiar y el próximo sábado en Pesquera de Duero se celebrará una misa a las 19 horas. 

El alcalde de la localidad, José Luis Martínez Lubiano, afirmó a Europa Press que lamentaba su pérdida ya que era una persona «muy querida» y que había hecho «mucho» por el municipio.

«Ha llevado el nombre de Pesquera por todo el mundo», reconocía Martínez Lubiano que ha trasladado su pésame a familiares del fundador de Pesquera.

El consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, tuvo palabras emocionadas para el bodeguero. «Se forjó a sí mismo día a día y empeño tras empeño.  Un trabajador incansable que además abanderó el gran proyecto de la Ribera del Duero», escribió. 

Enrique Pascual, presidente de la DO Ribera del Duero, se deshizo en elogios. A través de un comunicado remitido por el órgano regulador señaló que el Fundador de Pesquera fue un «referente» de la Denominación de Origen, «impulsor» de la marca de calidad y «artífice» de la expansión de la DO «por todo el mundo». «Su forma de interpretar y amar la Ribera del Duero caló en las siguientes generaciones, contribuyó al crecimiento y el prestigio de nuestra DO. Admirado por la crítica y profundamente respetado por sus iguales, deja una gran huella», afirmó. 

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